Por David Cufré
Guillermo Mondino, jefe del
gabinete de asesores de Domingo Cavallo, reconoció que el Gobierno
no tiene ninguna proyección sobre cuánto crecerá
la economía en 2002. La meta que se fijó el equipo oficial
es del 6 por ciento, pero podría darse cualquier resultado y eso
no debería llamar la atención. El rol del sector público
no es hacer proyecciones de crecimiento, sentenció Mondino.
La misma falta de certezas existe respecto de cómo evolucionarán
las cuentas fiscales en el último trimestre del año y si
será inevitable profundizar el recorte de gastos. Mañana,
precisamente, deberá Economía admitir el derrumbe que sufrió
la recaudación en setiembre. Y lo seguro es que, en caso de que
la recolección de impuestos no mejore, habrá que redoblar
la apuesta en el recorte, a menos que queramos ser como Entre Ríos
y cerremos el Estado.
¿Por qué creen que la economía pasará
de la depresión actual a un crecimiento del 6 por ciento en 2002,
como figura en el Presupuesto?
Es perfectamente posible. De hecho hay antecedentes. En el 90
la economía estaba estancada y en el 91 creció más
de un 10 por ciento. Por supuesto que el despegue dependerá de
un conjunto de condiciones, muchas de las cuales no podemos controlar.
Si el panorama internacional se torna extremadamente adverso se hará
más difícil.
El secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, dijo en una teleconferencia
con inversores que la proyección de crecimiento más realista
es del 3,2 por ciento...
Quiero aclarar esto porque hay mucha confusión. La forma
de elaborar el presupuesto cambió radicalmente a partir de la ley
de déficit cero. Lo central es que los gastos tienen que ser iguales
a los ingresos. Y los ingresos necesarios para eliminar los descuentos
en jubilaciones y salarios sólo podrán obtenerse si la economía
crece un 6 por ciento. En cambio, un 3,2 por ciento sería el crecimiento
compatible con el mantenimiento del recorte del 13 por ciento. Ese 3,2
por ciento no es ni siquiera una proyección. No es nada. Hoy no
sabemos si en el 2002 habrá o no descuentos.
¿Entonces el Gobierno no tiene ninguna proyección
sobre cuánto crecerá la economía?
No, la verdad es que no nos hemos puesto a hacer esos ejercicios.
Hay sobreoferta de proyecciones en el sector privado, más las de
los organismos internacionales. Con las nuevas reglas presupuestarias,
no creemos que sea el rol del sector público hacer proyecciones
de crecimiento. No nos ponemos en analistas, sino en formuladores de políticas
que lleven a conseguir las metas que nos fijamos.
¿Y cómo se manejarán en el Congreso si no tienen
siquiera la proyección oficial de crecimiento?
En el Congreso saben que hoy es muy difícil imaginar un crecimiento
mayor al 6 por ciento.
-Pero también podría ser muy inferior...
Sí, claro, lamentablemente es una posibilidad. No es ése
el objetivo ni guiará nuestra política. Los legisladores
saben que el presupuesto es una autorización al Poder Ejecutivo
a gastar, con una determinada asignación de partidas. Luego el
Ejecutivo es el encargado de ejecutar ese presupuesto y tiene mucha discrecionalidad
para hacerlo.
El diputado Oscar Lamberto (PJ) dijo que este presupuesto ofende
la relación entre los poderes del Estado.
¿Por qué? ¡Al contrario! Si le estamos dando
al Poder Legislativo mucho más poder que en cualquier otro momento
de la historia para definir una gran cantidad de pautas, siempre dentro
del marco de la ley de Déficit Cero. El presupuesto se discutirá
al mismo tiempo que la ley de coparticipación. No creo que nunca
antes el Congreso haya tenido tanta capacidad discrecional para tomar
decisiones de política económica. Noentiendo cómo
alguien puede encontrar esto ofensivo. Más grados de libertad no
puede ser ofensivo.
¿Habrá un recorte adicional de gastos en el último
trimestre?
El programa que presentamos al FMI plantea un recorte de gastos
importante para el último trimestre, de unos 900 millones de pesos.
Y habrá que hacerlo. Si la recaudación no se recupera, probablemente
habrá que redoblar la apuesta en ese recorte. A menos que queramos
ser Entre Ríos, no tendremos más alternativas que hacer
el ajuste.
...
No lo digo despectivamente. En Entre Ríos llegaron a una
situación en la que se les hizo imposible continuar y tuvieron
que tomar la decisión de cerrar el Estado. Creemos que hay que
prevenir esas situaciones y avanzar con la mayor eficacia posible en la
contención del gasto público. Inevitablemente, si la recaudación
cae más de lo previsto el recorte deberá ser mayor. Lo que
es de hierro es la restricción presupuestaria que enfrentamos.
Si no cumplimos con la regla del Déficit Cero no tenemos ninguna
esperanza de que se aflojen los mercados de crédito y se ablande
la restricción presupuestaria. Es así de sencillo.
¿El ajuste se hará reduciendo las transferencias de
coparticipación a las provincias?
Se están barajando diversas hipótesis. El programa
con el FMI dice que una de las alternativas es reducir las transferencias
a las provincias. Pero no es la única.
¿Cuáles son las otras?
Llegado el momento veremos. Hoy es prematuro. Debemos trabajar sobre
la hipótesis de que no hará falta hacer el ajuste. Creemos
que la situación mejorará sustancialmente y no será
necesario siquiera llevar a la práctica el recorte de 900 millones.
Pero, si no se da, debemos tener alternativas.
¿Por qué el riesgo país sigue por encima de
1500 puntos?
Nuestro diagnóstico es que el riesgo país depende
tanto de la tasa de crecimiento de la economía (cuanto menos crecimiento
más riesgo) como el crecimiento depende del riesgo país
(cuanto más riesgo menos crecimiento). Nosotros no trabajamos para
satisfacer a los inversores internacionales, sino para generar condiciones
productivas internas que permitan crecer. Estamos convencidos de que con
déficit cero y algo de crecimiento se producirá un cambio
muy significativo en la percepción de los inversores externos y
el riesgo país caerá.
¿Cuánto deberían descender las tasas de interés
para que la economía crezca? ¿Cuál sería una
tasa razonable para una pyme?
Es difícil decirlo, porque depende de cada pyme, de situaciones
particulares. Toda nuestra política económica busca lograr
que en un plazo no muy lejano las tasas de interés caigan a niveles
de un dígito. No digo en diez o quince días, pero sí
con el correr de los meses. Para las pymes estarían bien tasas
del 11 o 12 por ciento.
Son tasas que no se dan desde antes del Tequila.
En el 97 hubo tasas bajas. Pero sí, efectivamente, hace bastante
que el Estado tiene muchas dificultades fiscales y por tanto toma muchos
fondos del mercado financiero interno. Ahora que se retira como tomador
habrá una sensible descompresión y bajarán las tasas.
Entonces la economía reaccionará, porque hoy está
financieramente asfixiada. Apenas haya un alivio en la presión
financiera la economía responderá.
Una renuncia imposible
Guillermo Mondino recibió a Página/12 en su despacho
del Palacio de Hacienda anteayer por la mañana. Durante toda
la semana habían circulado versiones sobre una eventual renuncia
de Domingo Cavallo. Pero en la tarde del viernes fue cuando cobraron
mayor intensidad. A continuación, un ping pong con Mondino
sobre este y otros temas:
¿Renuncia Cavallo?
No, imposible.
¿Lo echan entonces?
Lo dudo muchísimo.
¿El canje de deuda se hará antes de fin de año?
No hay fecha fijada. Habrá distintas operaciones que
se irán haciendo gradualmente.
¿Está de acuerdo con la propuesta de la Unión
Industrial Argentina de suspender el Mercosur?
La situación macroeconómica regional es compleja,
porque la economía brasileña ajusta a través
de la devaluación. Es un mecanismo que transfiere una parte
muy importante de ese ajuste hacia los vecinos. El planteo de la
UIA me parece muy válido. No creemos que el Mercosur esté
en condiciones de tolerar un desvío cambiario adicional.
Como dice la UIA, eso puede llevar al Mercosur a la muerte.
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