Belgrano de Córdoba no
deja de sorprender: segundo en el torneo Apertura, el de anoche ante el
tercero, Colón, en Santa Fe, era un compromiso de notable importancia
para la estrategia cordobesa de seguir manteniéndose en las posiciones
de vanguardia como la mejor manera de evitar el descenso. Y siguió
sorprendiendo al ponerse en ventaja ante el ambicioso equipo local. El
tanto de penal con el que los santafesinos conquistaron por fin el empate
puede haber sabido a amargura, pero en el balance fue más beneficio
para los cordobeses que para los locales, especialmente porque, al menos
hasta hoy, comparten la punta del Apertura junto a Racing.
A los 44 minutos, el capitán de Belgrano, Sergio Castillo, pateó
un tiro libre desde la izquierda, y ubicó el balón por detrás
de Leonardo Díaz, el arquero que esperaba el centro. Antes y después
de ese golpe mayúsculo que aplicó el lateral misionero,
Belgrano expuso las virtudes que se le conocen: voluntad para luchar por
cada pedacito de cancha con máxima concentración y solidaridad.
Colón atacó constantemente, con perseverancia también
elogiable, pero Belgrano estrechó filas y aguantó todo lo
que le tiraron. De esta manera, el equipo dirigido por Carlos Ramacciotti
se puso a la par de Racing, con 17 puntos. Colón, con 16 unidades,
es uno de los escoltas, y está claro que será un rival exigente
para cualquiera.
El primer cuarto de hora fue trabado, pero luego Colón presionó
y lo arrinconó a su adversario. Además del gol, en esa etapa
el conjunto visitante apenas dispuso de una llegada de Mario Grana dentro
del área chica para recibir un rebote y tirar junto al ángulo
superior derecho. El local se apoderó de la pelota y cargó
sobre la valla de Olave, que se mostró firme, pero además
siempre dispuso de la protección de sus compañeros.
Los disparos de Aquino y del uruguayo Delgado también fueron argumentos
para tratar de quebrar a los obstinados cordobeses. A los 41, Pereyra
falló en la definición y quien convirtió fue Cristian
Castillo, pero el árbitro Daniel Giménez anuló la
conquista por posición adelantada del defensor. Luego llegó
el tanto de Sergio Castillo, y el partido se planteó de un arco
a otro.
El segundo tiempo se basó en el ataque interminable de Colón
y el esfuerzo de Belgrano para defender la muralla celeste. La insistencia
santafesina tuvo su premio cuando Giménez vio un empujón
dentro del área del propio Castillo contra Gigena, cuando el delantero
saltaba con intención de cabecear. Migliónico remató
arriba al palo izquierdo de Olave, que se jugó para el otro lado.
El 1-1 pareció repartir la torta entre la convicción rojinegra
para atacar y la fuerza interior de Belgrano para sobreponerse a situaciones
complicadas.
BARRAZA
(BANFIELD) PERDIO EL CONOCIMIENTO
El clásico del Sur fue de Lanús
Con un gol de Hernán
Pagés cuando faltaban cuatro minutos para el final, Lanús
logró un gran triunfo 1-0 en el clásico ante Banfield, que
además le permite encaramarse entre los punteros. Con esta victoria,
el equipo de Carlos Aimar llegó a 16 puntos, a uno de Racing y
Belgrano.
En los primeros 45 minutos, el juego fue muy luchado e impreciso, con
un leve predominio de Lanús que presionó más cerca
del área de Banfield. Sin embargo, la buena tarea del arquero Cristian
Luchetti le impidió al conjunto local ponerse en ventaja. Primero
alcanzó a tapar un remate de Klimowicz y luego le ahogó
el grito en un mano a mano a Silvio González. Claro que de a poco
Banfield alcanzó a emparejar y el trámite se tornó
más peleado. Ya no hubo demasiadas llegadas, por lo que el partido
parecía encaminarse a un empate, pero Pagés tenía
guardado otro final. La definición del encuentro llegó con
un tiro libre de Christian Alvarez desde la derecha, que Pagés
conectó con un frentazo a la izquierda de Luchetti. Así
consiguió darle la festejada victoria a Lanús, que se recuperó
de la goleada sufrida ante Boca.
La nota dramática de la jornada la dio el defensor de Banfield
Julio Barraza, que sufrió un politraumatismo de cráneo con
pérdida de conocimiento, luego de chocar con Klimowicz. El jugador
no fue trasladado a un sanatorio, ya que se recuperó rápidamente
en el vestuario.
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