Por
Ariel Greco
A Racing le hacía falta un triunfo así. Con contundencia,
sin necesidad de tener que esperar hasta el pitazo final para soltar el
desahogo, hasta con ratos de buen fútbol. Cuando a pesar del invicto
y la punta en soledad se dudaba de su consistencia para pelear arriba,
el equipo de Reinaldo Merlo apareció con un rendimiento convincente
para apuntalar su ilusión no sólo desde el lado de los números.
Además, en un partido considerado bisagra, el conjunto de Avellaneda
despachó con un contundente 41 a San Lorenzo, el último
campeón y, hasta ayer, uno de los principales candidatos al título.
Demasiadas razones como para que los 40 mil fanáticos que desafiaron
la lluvia se fueran más esperanzados que nunca con que este año
puede ser el de la consagración.
El primer tiempo mostró dos facetas bien diferentes. Por un lado,
el prolijo traslado de San Lorenzo impresionaba mejor a los ojos y aparentaba
una superioridad del visitante. Con un mejor trato de pelota, el equipo
de Manuel Pellegrini insinuaba en cada arranque, pero le faltaba pimienta
arriba. Por eso casi no generó situaciones peligro sobre el arco
de Campagnuolo. Por el contrario, Racing era todo ganas. Pelea en el medio,
presión en todos los sectores de la cancha y pelota hacia adelante
para ver qué pasaba. Los encargados de llevar el balón lo
hacían como podían, casi a los tropezones. Sin embargo,
con esas armas, el conjunto de Merlo creó muchas más situaciones
de peligro que su rival.
Los goles que consiguieron anotar cada uno son una síntesis perfecta
del concepto. Con todos los hombres de San Lorenzo desplegados en ataque,
Pusineri combinó con Erviti, que le devolvió la pared con
un taco. El ex volante de Almagro la dominó y metió un derechazo
perfecto, combado, por encima de la cabeza del adelantado Campagnuolo.
El empate de Racing llegó después de un cambio de frente
impreciso de Bastía, que Vitali alcanzó a evitar el lateral
y que derivó en un corner a favor. Allí apareció
Loeschbor para meter un cabezazo perfecto, lejos del alcance de Saja.
De ahí que, por las intenciones de uno y lo que concretó
el otro, el empate en la primera parte era justo.
Muy diferente resultó la historia en la segunda parte. Luego de
que Romeo desperdiciara un mano a mano con Campagnuolo que podría
haber modificado el desarrollo, Racing se adueñó definitivamente
del trámite. Con la habilidad de Estévez como principal
argumento, el proyecto de candidato borró de la cancha al actual
campeón. Y como si fuera poco, durante muchos pasajes desplegó
un juego que levantó un inédito ole de parte de su tribuna.
Es cierto que lo mejor de Racing coincidió con el pasaje posterior
a ponerse en ventaja, cuando San Lorenzo ya jugaba con uno menos por la
expulsión de Medero y se había descompensado por completo.
Pero antes de ello se había sobrepuesto al tanto de Pusineri y
terminó redondeando el mejor partido del Apertura. Como yapa, convirtió
tres golazos en la segunda parte: primero, Estévez recibió
una buena habilitación de Milito y definió con clase, picándosela
por encima de la cabeza de Saja. Luego, Bedoya anticipó a Paredes
con todo San Lorenzo mal parado, y el lateral colombiano también
tocó por arriba del arquero. Por último, Estévez
desparramó defensores por izquierda y entre Maceratesi y Paredes
la terminaron metiendo en el arco. Para que la fiesta sea completa y para
que la ilusión de siempre esta vez tenga sustento en el juego.
El
duelo, de Campagnuolo
Por J.J.P.
Se
pusieron espalda contra espalda, caminaron una docena de pasos,
giraron y dispararon. El arquero de San Lorenzo, Sebastián
Saja, tiró con un matagatos y el de Racing y ex de San Lorenzo,
Gustavo Campagnuolo, con una Colt 45.
Uno de los atractivos del clásico del domingo era justamente
el duelo de los ex compañeros, candidatos firmes a ocupar
una plaza en la Selección Nacional en el partido contra los
paraguayos. No hubo equivalencias: Campagnuolo anduvo fenómeno
y fue uno de los responsables de la victoria de su equipo, y Saja
cumplió una de sus peores actuaciones desde que llegó
a la Primera División.
Lo mejor de Campagnuolo (que no tuvo ninguna culpa en el golazo
de Pusineri) fueron los dos mano a mano que le tapó con las
piernas a Bernardo Romeo y la noción de tiempo y distancia
con la que salió del arco en un par de peligrosos contraataques.
Firme, sólido, transmitió tranquilidad a sus compañeros.
Saja tuvo responsabilidad directa en el segundo gol de Racing al
dudar entre salir o quedarse y se equivocó más de
una vez yendo a buscar sin convicción. De yapa, se mostró
nervioso, sacó mal desde el arco y terminó envuelto
en un escándalo entre jugadores rivales.
Campagnuolo, mientras tanto, se fue soplando el caño de su
Colt 45.
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LA
PREGUNTA CANTADA DESPUES DE LA FIESTA
¿Puede
salir campeón?
Por
Juan José Panno
Si
uno fuera hincha de hincha y le preguntaran si Racing puede salir campeón,
uno diría que no es momento para hacer pronósticos, que
mejor no decir nada, que el objetivo principal es sumar para no tener
problemas con el promedio, pero la verdad es que uno no hablaría
por cábala, por miedo a una nueva frustración y uno, más
allá de lo que diga y de lo que se proponga, estaría tremendamente
ilusionado.
Si uno fuera hincha de Racing, no querría que le preguntaran nada
del futuro, pero como uno no es hincha de Racing, puede responder libremente
a la pregunta que inexorablemente cae junto con la goleada a San Lorenzo,
la buena actuación, la prolongación del invicto y la permanencia
en la punta de la tabla.
La respuesta es obvia: sí, claro que Racing puede salir campeón.
Como nunca en muchos años, el deseo de sus auténticos hinchas
se sustenta en algunas bases sólidas y en datos objetivos de la
realidad.
a) Armó un equipo peleador, corredor, prolijito atrás, sacrificado,
vertiginoso, tiene muy bien cubierto el arco y con eso le alcanzó
para trepar los primeros escalones.
b) Si al corazón y a los pulmones, como motores vitales les agrega
cabeza, como en el segundo tiempo de su partido contra San lorenzo, entonces
pasa a ser un equipo muy interesante. Dicho de otro modo: si juega siempre
como ayer, especialmente en el segundo tiempo será difícil
que pierda.
c) No tiene ningún jugador de esos que resuelven solos (Riquelme,
Ortega, Romagnoli), pero Maximiliano Estévez tiene condiciones
para alcanzar esa categoría si le dan continuidad y si se agranda
seguido, tal como lo hizo ayer.
d) No es una máquina, ni nada que se le parezca, pero juega un
campeonato sin cucos, un torneo cuyo nivel general es más bien
módico. River sigue sin encontrar el rumbo, más allá
de la victoria de ayer; San Lorenzo baja por el ascensor; Boca e Independiente
están lejos y los que merodean son Belgrano, Colón y Lanús.
¿Por qué no Racing?
Por ahora los hinchas contrarios les clavan puñales cuando les
cantan: boronbonbon... boronbonbón/ por qué no gritan/ dale
campeón. Pero, en silencio, los hinchas de Racing van afinando
la gola, por las dudas.
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