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LA VICTORIA CONTRA SAN LORENZO ES EL TRAMPOLIN PARA LA ILUSION
Racing se tiró a la pileta

El equipo de Merlo jugó su mejor partido en lo que va del campeonato, aplastó a San Lorenzo por 4 a 1 y agrandó sus ilusiones. El despliegue característico del puntero se matizó esta vez con pinceladas de buen juego. El orden de los goles fue el siguiente: Pusineri, con un sutil toque tras una pared con Erviti; Loeschbor, de cabeza; Estévez, picándola; Bedoya, también picándola y Maceratesi, en un rebote casi sobre la línea de gol. En el duelo de los arqueros ganó Campagnuolo. Fue expulsado Medero.

Por Ariel Greco

A Racing le hacía falta un triunfo así. Con contundencia, sin necesidad de tener que esperar hasta el pitazo final para soltar el desahogo, hasta con ratos de buen fútbol. Cuando a pesar del invicto y la punta en soledad se dudaba de su consistencia para pelear arriba, el equipo de Reinaldo Merlo apareció con un rendimiento convincente para apuntalar su ilusión no sólo desde el lado de los números. Además, en un partido considerado bisagra, el conjunto de Avellaneda despachó con un contundente 4–1 a San Lorenzo, el último campeón y, hasta ayer, uno de los principales candidatos al título. Demasiadas razones como para que los 40 mil fanáticos que desafiaron la lluvia se fueran más esperanzados que nunca con que este año puede ser el de la consagración.
El primer tiempo mostró dos facetas bien diferentes. Por un lado, el prolijo traslado de San Lorenzo impresionaba mejor a los ojos y aparentaba una superioridad del visitante. Con un mejor trato de pelota, el equipo de Manuel Pellegrini insinuaba en cada arranque, pero le faltaba pimienta arriba. Por eso casi no generó situaciones peligro sobre el arco de Campagnuolo. Por el contrario, Racing era todo ganas. Pelea en el medio, presión en todos los sectores de la cancha y pelota hacia adelante para ver qué pasaba. Los encargados de llevar el balón lo hacían como podían, casi a los tropezones. Sin embargo, con esas armas, el conjunto de Merlo creó muchas más situaciones de peligro que su rival.
Los goles que consiguieron anotar cada uno son una síntesis perfecta del concepto. Con todos los hombres de San Lorenzo desplegados en ataque, Pusineri combinó con Erviti, que le devolvió la pared con un taco. El ex volante de Almagro la dominó y metió un derechazo perfecto, combado, por encima de la cabeza del adelantado Campagnuolo. El empate de Racing llegó después de un cambio de frente impreciso de Bastía, que Vitali alcanzó a evitar el lateral y que derivó en un corner a favor. Allí apareció Loeschbor para meter un cabezazo perfecto, lejos del alcance de Saja. De ahí que, por las intenciones de uno y lo que concretó el otro, el empate en la primera parte era justo.
Muy diferente resultó la historia en la segunda parte. Luego de que Romeo desperdiciara un mano a mano con Campagnuolo que podría haber modificado el desarrollo, Racing se adueñó definitivamente del trámite. Con la habilidad de Estévez como principal argumento, el proyecto de candidato borró de la cancha al actual campeón. Y como si fuera poco, durante muchos pasajes desplegó un juego que levantó un inédito ole de parte de su tribuna.
Es cierto que lo mejor de Racing coincidió con el pasaje posterior a ponerse en ventaja, cuando San Lorenzo ya jugaba con uno menos por la expulsión de Medero y se había descompensado por completo. Pero antes de ello se había sobrepuesto al tanto de Pusineri y terminó redondeando el mejor partido del Apertura. Como yapa, convirtió tres golazos en la segunda parte: primero, Estévez recibió una buena habilitación de Milito y definió con clase, picándosela por encima de la cabeza de Saja. Luego, Bedoya anticipó a Paredes con todo San Lorenzo mal parado, y el lateral colombiano también tocó por arriba del arquero. Por último, Estévez desparramó defensores por izquierda y entre Maceratesi y Paredes la terminaron metiendo en el arco. Para que la fiesta sea completa y para que la ilusión de siempre esta vez tenga sustento en el juego.

 

El duelo, de Campagnuolo

Por J.J.P.

Se pusieron espalda contra espalda, caminaron una docena de pasos, giraron y dispararon. El arquero de San Lorenzo, Sebastián Saja, tiró con un matagatos y el de Racing y ex de San Lorenzo, Gustavo Campagnuolo, con una Colt 45.
Uno de los atractivos del clásico del domingo era justamente el duelo de los ex compañeros, candidatos firmes a ocupar una plaza en la Selección Nacional en el partido contra los paraguayos. No hubo equivalencias: Campagnuolo anduvo fenómeno y fue uno de los responsables de la victoria de su equipo, y Saja cumplió una de sus peores actuaciones desde que llegó a la Primera División.
Lo mejor de Campagnuolo (que no tuvo ninguna culpa en el golazo de Pusineri) fueron los dos mano a mano que le tapó con las piernas a Bernardo Romeo y la noción de tiempo y distancia con la que salió del arco en un par de peligrosos contraataques. Firme, sólido, transmitió tranquilidad a sus compañeros.
Saja tuvo responsabilidad directa en el segundo gol de Racing al dudar entre salir o quedarse y se equivocó más de una vez yendo a buscar sin convicción. De yapa, se mostró nervioso, sacó mal desde el arco y terminó envuelto en un escándalo entre jugadores rivales.
Campagnuolo, mientras tanto, se fue soplando el caño de su Colt 45.

LA PREGUNTA CANTADA DESPUES DE LA FIESTA
¿Puede salir campeón?

Por Juan José Panno

Si uno fuera hincha de hincha y le preguntaran si Racing puede salir campeón, uno diría que no es momento para hacer pronósticos, que mejor no decir nada, que el objetivo principal es sumar para no tener problemas con el promedio, pero la verdad es que uno no hablaría por cábala, por miedo a una nueva frustración y uno, más allá de lo que diga y de lo que se proponga, estaría tremendamente ilusionado.
Si uno fuera hincha de Racing, no querría que le preguntaran nada del futuro, pero como uno no es hincha de Racing, puede responder libremente a la pregunta que inexorablemente cae junto con la goleada a San Lorenzo, la buena actuación, la prolongación del invicto y la permanencia en la punta de la tabla.
La respuesta es obvia: sí, claro que Racing puede salir campeón. Como nunca en muchos años, el deseo de sus auténticos hinchas se sustenta en algunas bases sólidas y en datos objetivos de la realidad.
a) Armó un equipo peleador, corredor, prolijito atrás, sacrificado, vertiginoso, tiene muy bien cubierto el arco y con eso le alcanzó para trepar los primeros escalones.
b) Si al corazón y a los pulmones, como motores vitales les agrega cabeza, como en el segundo tiempo de su partido contra San lorenzo, entonces pasa a ser un equipo muy interesante. Dicho de otro modo: si juega siempre como ayer, especialmente en el segundo tiempo será difícil que pierda.
c) No tiene ningún jugador de esos que resuelven solos (Riquelme, Ortega, Romagnoli), pero Maximiliano Estévez tiene condiciones para alcanzar esa categoría si le dan continuidad y si se agranda seguido, tal como lo hizo ayer.
d) No es una máquina, ni nada que se le parezca, pero juega un campeonato sin cucos, un torneo cuyo nivel general es más bien módico. River sigue sin encontrar el rumbo, más allá de la victoria de ayer; San Lorenzo baja por el ascensor; Boca e Independiente están lejos y los que merodean son Belgrano, Colón y Lanús. ¿Por qué no Racing?
Por ahora los hinchas contrarios les clavan puñales cuando les cantan: boronbonbon... boronbonbón/ por qué no gritan/ dale campeón. Pero, en silencio, los hinchas de Racing van afinando la gola, por las dudas.

 

 

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