El
comienzo callado
Fuentes
de la Casa Blanca afirmaron que el ataque sobre los talibanes afganos
ya comenzó: grupos comando norteamericanos y británicos
penetraron desde Pakistán en Afganistán para capturar, o
al menos rodear, a Osama bin Laden. Esto hace que los ataques aéreos
sean inminentes. George W. Bush reconoció que muchos hechos de
guerra no serán informados.
The
Washington Post
Recuérdese el contexto de los ataques. El islamismo radicalizado
está embarcado en una ola de victorias: el ataque contra los cuarteles
de los marines en 1983 que expulsó a Estados Unidos de Líbano;
el asesinato de 18 soldados norteamericanos en Mogadiscio en 1993 que
expulsó a Estados Unidos de Somalía; y, entre ambos, la
guerra que expulsó a la otra superpotencia, la URSS, de Afganistán.
El ataque que debemos consumar es tan obvio y necesario que es profundamente
preocupante ver al secretario de Estado norteamericano vacilar sobre el
tema (...) Afganistán es sólo la fase uno. Una etapa dos
lógica es Siria. Y la tres es Irak e Irán, obviamente la
más difícil y peligrosa. (Charles Krauthammer)
The
Washington Times
Estos tiempos de adhesión a Estados Unidos en Medio Oriente presentan
oportunidad única para apoyar decididamente a la oposición
iraquí para que derroque a Saddam Hussein. Un plan realista para
hacerlo contará con un apoyo amplio. Irak es en estos momentos
una fuente de financiamiento y apoyo estratégico de los terroristas
internacionales. Además, derrocar a Saddam permitirá a Estados
Unidos levantar las sanciones contra Irak, que siempre fue una fuente
de disputas entre los países de la región. La caída
de Saddam Hussein está en los intereses estratégicos, geopolíticos
y humanitarios de Estados Unidos. Aunque sea bin Laden el objetivo inmediato
de la búsqueda de la justicia, no deberíamos olvidar nuestros
intereses de largo plazo en Irak. (Editorial)
The
New York Times
Si nuestra prioridad es destruir la red de Osama bin Laden en Afganistán,
entonces tenemos que comprender que se necesita una red local para destruir
otra red local. Permítanme decirlo de otro modo: Si Osama estuviera
escondiéndose en las selvas de Colombia en vez de en Afganistán,
¿con quién deberíamos contar para encontrarlo? ¿Con
las fuerzas especiales norteamericanas? ¿Con el ejército
colombiano? No lo creo. En realidad, nada nos convendría más
que el apoyo de los cárteles de la droga. Ellos entenderían
que cuando queremos a alguien vivo o muerto quiere decir que
lo queremos muerto o muerto. (Thomas L. Friedman)
La
soledad talibana
Emiratos
Arabes Unidos (EAU), Arabia Saudita y Pakistán eran los tres países
que reconocen al régimen talibán. Los EAU rompieron relaciones
la semana pasada. Arabia Saudita lo siguió esta semana y es posible
que permita el uso de las bases aéreas de Estados Unidos en su
territorio paraatacar Afganistán. Y los primeros ataques contra
los talibanes salieron de Pakistán.
La
Repubblica
Para reforzar la coalición con los países árabes
moderados, la captura o el asesinato de algún elemento clave de
la red terrorista ofrecería a Bush un éxito mediático.
Siempre que un imprevisto golpe de fortuna no lleve a la Fuerza Delta
al corazón de la madriguera de Bin Laden, la tentación norteamericana
es ir a buscar a terroristas que operan en países amigos, como
Arabia Saudita y Egipto. De donde, por lo demás, partieron algunos
de los kamikazes. Obviamente, con una acción de los cuerpos especiales
y la asistencia de los servicios de inteligencia de aquellos países.
Tal necesidad de éxito tiene la Casa Blanca que ofreció
sacar a Siria de la lista negra, a cambio de cooperación e informaciones.
(Alberto Flores DArcais)
The
Moscow Times
Estados Unidos está ahora ocupado construyendo una gran coalición
internacional antiterrorista, invitando, entre otros, a criminales de
guerra, violadores de derechos humanos y dictadores a unirse a la causa
de la libertad. Esta coalición puede tener algunos éxitos
militares a la hora de atacar bases terroristas en Afganistán,
pero en el frente moral ya perdió. Los musulmanes de línea
más dura reclamaron que Estados Unidos se haga responsable por
la desdicha de palestinos e iraquíes. La desgracia de chechenos
y afganos comunes y corrientes se puede agregar a la lista. La sangre
inocente clamará por venganza, produciendo nuevos ataques terroristas
contra Estados Unidos y generando un círculo vicioso de terror
y contraterror. (Pavel Felgenhauer)
Gulf
News
Hay una perceptible coincidencia de opinión entre los Estados del
Golfo sobre la lucha de Estados Unidos contra el terrorismo. Esto no debe
sorprender a nadie. Como naciones amantes de la paz e imbuidas en las
disciplinas de la fe islámica, los Estados del Golfo quieren que
los terroristas sean juzgados. Hacer esto implica capturar a los acusados
y llevarlos a un tribunal para sopesar cuáles son las pruebas en
su contra y juzgarlos de acuerdo con ellas. No implica bombardear un país
hasta hacerlo desaparecer. Los Estados del Golfo, las naciones árabes
y los musulmanes en todo el mundo nunca pondrán su firma en una
agenda de estas características. (Editorial)
Pakistán
equilibrista
Estados
Unidos levantó las sanciones económicas sobre Pakistán,
que a su vez permitió el establecimiento de las fuerzas comando
que entraron ya en Afganistán. Pero Pakistán aún
quiere hacer, sin éxito, de mediador entre Estados Unidos y los
talibanes. Y rechaza el respaldo a la antitalibán Alianza del Norte
por temor a la propia desestabilización islámica.
Dawn
(Pakistán)
Rechazar compartir una definición de terrorismo puede invitar a
una nueva clase de colonización. Al sentirse amenazado, Occidente
puede acercarse a una actitud dictatorial que puede hacer las cosas desagradables.
Esta es una mirada extremista, pero las mentes terroristas se manejan
en los extremos. Los pasos para contener al terrorismo deben ser implementados
evitando las trampas que puedan recrudecer sus respuestas (...) Pakistán
no quiere distanciarse de Estados Unidos pero tiene que explicar mejor
las exigencias de su posición. Permitir las concesiones del contexto
global para perseguir al terrorismo trae dificultades que son compartidas
por muchos viejos amigos musulmanes de Estados Unidos. (Rifaat Hamid Ghani)
Le
Monde
Mientras que los talibanes amenazan con declarar la guerra a todo Estado
que apoye las acciones militares norteamericanas lo que Pakistán
ya prometió, las autoridades paquistaníes en la frontera
tienen todas las razones para ser prudentes. Profundamente conservador,
en la frontera, Baluchistán alberga centenares de escuelas coránicas.
Los talibanes descontentos de la actitud de Islamabad podrían intentar
infiltrarse, haciéndose pasar por refugiados, con el fin de encender
las tensiones. La situación es tanto más delicada ya que
Baluchistán estará en primera línea si Estados Unidos
se decide a utilizar las bases pakistaníes para un ataque contra
Pakistán. (Françoise Chipoux)
The
Nation
Si las reglas de Hollywood obligan a una corta y filosa guerra contra
el nuevo enemigo, el César norteamericano podría buscar
mejor asesoramiento para no insistir en las multitudes de Pakistán.
La consecuencia puede ser terrible: una bestial guerra civil que produzca
más rencor y anime a más actos de terrorismo. Islamabad
hará todo lo posible para impedir una avanzada militar sobre Afganistán.
Por una cosa: hay soldados, pilotos y oficiales pakistaníes en
Kabul, Bagram y otras bases. ¿Cuáles serán las órdenes?
¿Las obedecerán? Más probable es que Osama bin Laden
sea sacrificado por los intereses de la gran causa y su cuerpo, vivo o
muerto, sea entregado a las autoridades en Washington. Pero ¿será
eso suficiente? (Tariq Ali)
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