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CAVALLO RATIFICO EL RUMBO Y ANUNCIO UN AJUSTE ADICIONAL DE 900 MILLONES DE PESOS
“No voy a bajar los brazos ni desfallecer”

La recaudación tributaria en setiembre se derrumbó un 14 por ciento, superando los pronósticos más pesimistas. Cavallo ratificó que seguirá aferrado al timón, aunque admitió que �la depresión se ha agudizado en los últimos meses�.

Por Maximiliano Montenegro

“Persevera y triunfarás. Ese es el slogan. No vamos a bajar los brazos. Vamos a seguir perseverando porque cuando uno no tiene alternativas tiene que perseverar y no desfallecer”, dijo en un momento. “Seguimos en depresión y se ha agudizado en el último trimestre”, admitió después. Así, sincero como nunca, el ministro de Economía que soportó el viernes último un aluvión de versiones sobre su inminente renuncia ratificó que seguirá aferrado al timón, con la esperanza de sacar a flote el barco, aunque el nivel del agua le dificultara ya la respiración. Fue durante una conferencia de prensa en la que informó que la recaudación de setiembre se desplomó un 14 por ciento, superando los pronósticos más pesimistas, arrastrada en una espiral recesiva, con deflación de precios y salarios, sólo comparable con la depresión del año 30. Alguien podría agregar que Domingo Cavallo tampoco teme seguir embistiendo una y otra vez el mismo iceberg. Porque, frente a ese derrumbe de la recaudación, aseguró que cumplirá a rajatabla con la meta de déficit cero y para ello anunció un ajuste adicional del gasto público de 900 millones de pesos para el cuarto trimestre del año.
Aunque el ministro lo niegue en público, en privado sus colaboradores confirmaron que, como anticipó Página/12, se evalúa fraccionar el medio aguinaldo de diciembre sobre salarios públicos y jubilaciones en cómodas cuotas. Por otro lado, para tentar a los empresarios a comprar títulos de la deuda pública, anunció que en adelante se podrán pagar impuestos computando capital e intereses de dichos bonos a su vencimiento.
Así como en la primera etapa de la Convertibilidad llegó a entusiasmarse con las tasas record de crecimiento que mostraba la economía argentina, en esta segunda etapa en el Ministerio Cavallo parece por ahora predestinado a batir record de indicadores negativos. El mismo reconoció ayer que, seis meses después de haber vuelto al Ministerio, no sólo no había logrado reactivar la economía sino que, encima, la situación había empeorado.
No tenía demasiado espacio para inventar una historia distinta. La caída del 14 por ciento de los recursos tributarios en septiembre es la prueba irrefutable de que la recesión siguió profundizándose el mes pasado. El cuadro se completa con un riesgo país que permanece firme arriba de los 1600 puntos y en el que los bancos suspendieron el crédito a empresas y particulares, pese a la leve recuperación de los depósitos de las últimas semanas.
Pero, aun así, el bajón en los ingresos fiscales fue todavía más pronunciado que lo que esperado. Y luce todavía más impresionante cuando se analiza en detalle. Por ejemplo:
u Por primera vez, la recaudación del impuesto a las cuentas corrientes cayó, casi 13 por ciento respecto de agosto. “En setiembre hubo un día hábil menos. Pero lo mismo esto muestra que la cadena de pagos está muy resentida, por lo que muchas obligaciones y pagos se han ido dilatando en el tiempo”, explicó a este diario el subsecretario de Ingresos Públicos, José María Farré.
u El IVA, el principal impuesto, se derrumbó casi un 32 por ciento. Sin embargo, en Economía se consuelan con que la baja se debe, en parte, a los planes de competitividad y al nuevo régimen de anticipos a cuenta de IVA del impuesto al cheque, aportes patronales y gasoil. Sin embargo, qué parte de la caída se debe al anticipo de otros tributos y qué parte al parate en las ventas no puede analizarse a partir de los datos de Hacienda: “No lo tenemos discriminado”, se excusó Farré.
u Los aportes a la seguridad social se precipitaron un 22 por ciento, agravando el desfinanciamiento del sistema previsional.
u La recaudación de Bienes Personales, el impuesto más progresivo de toda la estructura tributaria, se redujo en un 70 por ciento: apenas ingresaron al fisco 11 millones por este concepto, lo cual indica que lo único que se reactivó es la evasión.
Cavallo anunció ayer que se podrán utilizar bonos de la deuda pública para pagar impuesto futuros y no sólo deudas impositivas como había anunciado hace poco más de un mes. Además, en esta oportunidad, dijo, se podrá tomar el capital e intereses que pagan dichos títulos a su vencimiento a cuenta del pago de impuestos. La idea es que los empresarios compren títulos que cotizan a 70 por ciento de su valor y vencen el año próximo, cuando lo podrán canjear al fisco al 100 por ciento a cambio de impuestos, ahorrándose la diferencia. Si hubiera una corriente compradora de dichos bonos, se ilusiona la Cavallo, entonces subiría su cotización y, como contrapartida, bajaría el riesgo país, o la sobretasa de interés que paga el gobierno por su deuda. Sin embargo, nada asegura que la medida tenga éxito, en especial, porque las facilidades que ya había dado el ministro en este sentido no funcionaron según la teoría: la prueba más concreta es que el riesgo país, lejos de bajar, siguió subiendo.
Menos idealista, su secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, fue directo al grano y anunció un recorte de gasto público de 900 millones, adicional al comprometido con el FMI, “porque la recaudación proyectada no es tan buena como la que había estimado meses atrás”, explicó. Más ajuste, más recesión, menos recaudación, dice la experiencia de los últimos meses.

Caída de las reservas
La expectativa de que Estados Unidos disminuya esta tarde la tasa de interés en medio punto no alcanzó para mejorar las expectativas en el mercado. Las acciones cayeron 0,9 por ciento en promedio, con un volumen de negocios insignificante, de apenas 5,4 millones de pesos, mientras que el riesgo país trepó 50 puntos, hasta 1645. En Wall Street, el Dow Jones perdió apenas el 0,1 por ciento y el Nasdaq, el 1,2. Si, tal como estiman los financistas, Alan Greenspan baja la tasa al 2,5 por ciento anual, se trataría del nivel más bajo en casi cuatro décadas. En medio del nerviosismo por la caída de la recaudación y el cumplimiento del Déficit Cero, el Banco Central aclaró ayer que la caída de 1011 millones de dólares en las reservas del jueves pasado no se debió a una fuga de divisas sino a que las AFJP suscribieron 500 millones de títulos públicos; a que el BC transfirió 130 millones al Tesoro y a que se cancelaron líneas del exterior por 300 millones. Fuentes del Central dijeron que el viernes las reservas subieron en 150 millones de dólares.

ECONOMIA RECORTA EL GIRO DE FONDOS A PROVINCIAS
Si hay miseria, que se sienta

El panorama desolador que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, les presentó a los titulares de Hacienda provinciales sobre la recaudación tributaria le sirvió de preámbulo al anuncio menos deseado: el Gobierno no cumplirá con el compromiso de giro de fondos a las provincias desde ahora a fin de año. Ni el tono conciliador que utilizó, ni las explicaciones en que se extendió luego Jorge Baldrich, secretario de Hacienda, fueron suficientes para apaciguar los ánimos: los ministros provinciales salieron del Salón Padilla sabiendo que llevaban a sus respectivos gobernadores lo que sería interpretado como una “declaración de guerra” de Cavallo por los fondos de la coparticipación de impuestos.
Ya desde el momento en que se acordó la extensión de la ayuda del Fondo Monetario, a través del Memorando de Entendimiento se había sugerido la conveniencia de reducir en 900 millones la partida destinada a las provincias por coparticipación en los últimos cinco meses del año (agosto a diciembre). Mediante el atraso en los envíos, el “ajuste” se puso en práctica durante los dos meses ya transcurridos. Ahora, Cavallo explicitó la intención de incumplir con la transferencia de 1364 millones de pesos mensuales comprometida en diciembre pasado. El recorte sobre esa cifra en los giros de septiembre superó los 250 millones de pesos.
Los ministros provinciales reclamaron, durante la reunión, coparticipar la recaudación del impuesto a las transacciones financieras (ITF). Cavallo lo rechazó. Los provinciales insistieron, señalando que utilizarán la vía parlamentaria para alcanzar su objetivo. Cavallo les ofreció, a cambio, elaborar en conjunto un plan para refinanciar los vencimientos de deuda más próxima y quitar así presión sobre los ingresos más inmediatos. Para ello, propuso como posibilidad afectar la recaudación del ITF a un fondo de garantía para la emisión de nueva deuda provincial. El monto anual estimado de recaudación de este tributo, según señalaron los funcionarios del Palacio de Hacienda a los ministros provinciales, superaría los cinco mil millones de pesos. Los miembros del equipo económico sugirieron que el nuevo título garantizado podría pagar una tasa anual de interés de no más de 10 por ciento, y con los fondos obtenidos se cancelaría deuda que hoy paga del 26 al 30 por ciento. Pero la atractiva oferta no alcanzó para disimular el anuncio inicial: las provincias no recibirán lo que les corresponde.
Sin admitirlo, Cavallo les trasladó el déficit de la administración nacional a las provincias. Les reclamó bajar sus propios desequilibrios, pero le recortó los fondos que reciben, lo cual aumenta el desequilibrio. La Nación, al sacarse de encima el problema, introduce a las provincias en un verdadero círculo vicioso.
El planteo de Economía unificó a los gobiernos provinciales en su contra. Aun aquellos que venían haciendo “buena letra”, cumpliendo las pautas de ajuste y reestructurando sus propios Estados, ahora sufrirán el castigo, cuando esperaban una suerte de régimen de “premios y castigos” en el que aparecían, a priori, como los beneficiarios. Los representantes de San Luis y Santiago del Estero eran los más disgustados, ya que pese a haber recibido las “mejores notas” por su desempeño fiscal de parte de organismos internacionales, cayeron en la misma bolsa que el resto por decisión de Cavallo.


DEFENSA DEL ARANCEL EXTERNO COMUN
Mensaje para Mingo

Los ministros del área económica de Brasil y Uruguay, Pedro Malán y Alberto Bensión, defendieron ayer en Montevideo la vigencia del arancel externo común (AEC) para el Mercosur, contra la opinión de su par argentino, Domingo Cavallo, que había sugerido la conveniencia de su eliminación. El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, descartó en tanto desde Quito, Ecuador, la posibilidad de apoyar la eliminación del AEC. “El AEC es lo que simboliza la voluntad de integración –dijo–, para nosotros está al margen la idea de ponerle fin.”
Tras el encuentro en la capital uruguaya con su colega local, Malán admitió como “necesario que haya una consideración sobre los efectos” de la desvalorización del real “en los socios comerciales, pero es una situación compleja y la seguiremos discutiendo”, advirtió. El ministro de Hacienda de Brasil rechazó también el extremo de eliminar el AEC y recordó que “hemos demostrado en la práctica la flexibilización del AEC, pero flexibilización no es suspensión”. Bensión también señaló que su gobierno tampoco está pensando en la suspensión de dicho instrumento.
Ambos ministros mantuvieron dos días de reuniones en Montevideo para tratar la severa crisis en que se encuentra inmerso el bloque regional. Según algunas versiones, durante la jornada del domingo tomaron contacto con Cavallo buscan acordar una posición que luego harían pública. Pero finalmente debieron dejar de lado la idea de presentarse junto a su par argentino.
Cardoso, en tanto, advirtió con respecto al principal punto de conflicto, la persistente pérdida de valor del real, que “no se necesitan medidas de otra naturaleza que las ya adoptadas” para defender dicha moneda.

 

 

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