Por
Luke Harding *
Desde Islamabad
El
presidente militar de Pakistán, general Pervez Musharraf, admitió
anoche que todos los intentos por convencer a los talibanes de que entreguen
a Osama bin Laden habían fracasado y concedió, también,
que un ataque militar norteamericano contra Afganistán era ahora
inevitable. En una entrevista con la BBC, Musharraf dijo que Pakistán
había hecho lo imposible por lograr una solución diplomática
a la crisis, pero no había llegado a nada. Cuando se le preguntó
si en ese caso los días de los talibanes estaban contados, contestó
contundentemente: Parece que sí. Parece que Estados Unidos
tomará acciones militares en Afganistán. Añadió:
Le hemos trasmitido esto al régimen talibán. Eso fue
el motivo por el cual estuvimos dialogando con ellos, para moderar las
cosas y que se prevenga este tipo de acción. Pero parece que, por
la posición que tomó, esta confrontación ocurrirá.
El comentario del general fue hecho después que el líder
talibán, el mullah Mohammed Omar, lanzara una diatriba desafiante
contra Washington. Le dijo a Radio Kabul que Estados Unidos debería
pensar una y otra vez antes de atacar a Afganistán,
añadiendo: Los norteamericanos no tienen el coraje de venir
aquí. Si Estados Unidos ataca, sus fuerzas sufrirían
el mismo y funesto destino que los rusos, añadió. Con todas
las iniciativas diplomáticas abandonadas, los talibanes dedicaron
estos días para fortalecer sus defensas. Unos 6500 combatientes
talibanes, frescos, llegaron ayer a Kabul para defender la ciudad, informó
la Agencia de Prensa Islámica afgana.
En un intento por descabezar una creciente revuelta interna, el régimen
nombró a varios líderes tribales influyentes como gobernadores
locales en tres provincias problemáticas del sur que rodean a Pakistán.
El régimen también está endureciendo las medidas
con los disidentes: arrestó a seis personas acusadas de distribuir
panfletos en apoyo de Estados Unidos y del exiliado rey de Afganistán,
Zahir Shah. En el norte de Afganistán, la lucha continuaba. Los
soldados talibanes retomaron ayer Qadis, en la provincia del noroeste
de Badghis, un distrito que cambió de manos varias veces en los
últimos días.
Los soldados talibanes también probaron cuatro obuses cerca de
Chamán, el punto de entrada estratégico a los desiertos
occidentales de Pakistán. Mientras decenas de miles de afganos
huían, los informes de aquellos en Peshawar que habían logrado
cruzar la cerrada frontera sugerían que muchos refugiados regresaban
desganadamente a sus pueblos. Miles de personas se están
moviendo. Pero muchas mujeres y niños encuentran extremadamente
difícil cruzar esas montañas y han regresado, dijo
una fuente afgana. Las familias todavía están tratando
de huir por temor a la guerra. Creen que ellos serán las víctimas.
Esa es la gran preocupación.
A pesar de la creciente presión de Washington, ayer Pakistán
defendió su decisión de no cortar los lazos con el régimen
talibán, aliado del país hasta hace tres semanas. Pakistán
es el único país en el mundo que todavía reconoce
a la milicia extremista de Afganistán como su legítimo gobierno.
Musharraf dijo ayer que la política previa de su país hacia
Afganistán estaba determinada por el hecho que los talibanes controlan
el 95 por ciento del país. Esa política ahora ha cambiado,
dijo.
Cualquier esperanza que quede, cualquier posibilidad que exista,
seguiremos comprometidos en ver que esas posibilidades se realicen. Seguiremos
realizando todo tipo de esfuerzos diplomáticos con el gobierno
talibán, añadió anoche el vocero de la Cancillería
paquistaní, Riaz Mohammad Khan.
*
De The Guardian de Gran Bretaña Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
Claves
-
El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, anunció
ayer que los esfuerzos diplomáticos con los talibanes para
que entreguen a Osama bin Laden no funcionaron y que la ofensiva militar
norteamericana parece inevitable.
- Hoy el premier británico Tony Blair anunciaría que
el régimen de Kabul, y no sólo Bin Laden, son objetivos
militares de la coalición antiterrorista.
- El rey de Jordania Abdullah II dijo ayer que George W. Bush le dijo
que ningún país árabe, ni siquiera Irak, será
atacado. A última hora fue desmentido por el portavoz de la
Casa Blanca Ari Fleischer.
- Los talibanes están reforzando sus defensas, ofrecieron compartir
el poder regionalmente, mientras se afianza la posibilidad de un gobierno
de transición postalibán presidido por el ex rey y la
antitalibán Alianza del Norte. |
HOY
BLAIR ANUNCIARIA QUE KABUL ES EL BLANCO
El
círculo comienza a cerrarse
El presidente norteamericano George. W. Bush se mostró ayer orgulloso
por el progreso de las investigaciones sobre los atentados perpetrados
contra su país el 11 de setiembre pasado e hizo hincapié
en las resoluciones que fue tomando su administración en respuesta
antiterrorista. Pero la sorpresa vino de su aliado británico, el
premier Tony Blair, quien según se filtró prevé anunciar
hoy en la asamblea anual de su Partido Laborista que el régimen
talibán va a ser un blanco inevitable de un ataque militar. Con
todo aparentemente listo para la ofensiva, el general Henry Shelton cedió
ayer el mando de la Jefatura de la Junta de Estado Mayor de Estados Unidos
al general Richard Myers.
Bush aseguró a su país que la guerra contra el terrorismo
comenzó a dar resultados, y subrayó los primeros avances:
el interrogatorio a 400 sospechosos en Estados Unidos y 125 en el resto
del mundo; el congelamiento de fondos por seis millones de dólares
de organismos en presunta vinculación con Bin Laden; una cooperación
internacional en aumento y la presencia de 29 mil militares estadounidenses
en Afganistán. Asimismo mencionó que este fin de semana
fue capturado el pirata aéreo Said Hassan Zafirini, acusado de
matar a dos norteamericanos en 1986 en un secuestro de un avión
paquistaní. Seguramente Bush se vio urgido a tranquilizar a un
país aún conmocionado, al que le pide paciencia, que según
no significa inacción, para la operación libertad
duradera.
Lenta pero seguramente obligaremos a los terroristas a rendir cuenta
ante la justicia y lenta pero seguramente los obligaremos a aplacar su
juego y los capturemos, dijo el presidente Bush. Esta vez no dijo
vivo o muerto, como lo ha hecho anteriormente en referencia
al principal sospechoso y el más buscado como responsable de los
atentados, el multimillonario saudí bin Laden. Los talibanes admitieron
por primera vez este domingo que sabían dónde se encontraba,
pero desafiaron a Washington al rechazar cualquier posibilidad de entrega.
La Casa Blanca ya ratificó su intención de contribuir a
un derrocamiento del régimen talibán.
En el marco de una estrategia de captura y castigo a los responsables
de los ataques a Estados Unidos, el aliado más cercano de la Casa
Blanca, el primer ministro británico Tony Blair estaría
resuelto a advertir hoy en una asamblea anual del Partido Laborista que
su país estaría dispuesto a una acción militar que
tendría como blanco no solamente a Bin Laden, también al
régimen de Kabul, es decir, al movimiento talibán que lo
protege. También que Estados Unidos y Gran Bretaña eliminarían
las armas militares de los talibanes y atacarían a sus tropas.
Gran Bretaña asume que los talibanes tuvieron oportunidad para
resolver la crisis y ahoradebería enfrentar las consecuencias.
En círculos gubernamentales en Londres trascendió que para
Blair el tiempo de las negociaciones terminó. Mientras
tanto, Estados Unidos continuaría consolidando sus fuerzas militares
en la región afgana. Lo seguro fue un cambio de la comandancia
en jefe de las Fuerzas Armadas: el general Richard Myers ocupó
el lugar del general Henry Shelton. La salida del asesor militar de Bush
ocurría en medio de una movilización de tropas y de más
de 35 mil reservistas que se preparan para atacar Afganistán.
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