Por Claudio Zlotnik
Tal cual lo previsto, Estados
Unidos bajó medio punto la tasa de interés de corto plazo
y la dejó en el 2,5 por ciento anual. Este es el nivel más
bajo en 39 años. Lo que en otro momento hubiera provocado euforia
en la city porteña, ayer coincidió con un derrumbe de los
mercados. La brusca caída del 14 por ciento de la recaudación,
que pone bajo un manto de dudas el cumplimiento del déficit cero,
pudo más que la buena noticia provocada por Alan Greenspan. Y el
microcentro volvió a llenarse de rumores. En este contexto, las
acciones perdieron 4,3 por ciento y el riesgo país saltó
41 puntos, hasta los 1695. Pero tuvo un pico de 1703. Un registro que
refleja una situación cada vez más inmanejable y que ya
parece no responder a ningún estímulo favorable. En todo
caso, para la Argentina, el único beneficio son los 99 millones
de dólares anuales que se ahorrará por el pago de intereses
de la deuda colocada a tasa variable.
En lo que va del año, la Reserva Federal (banca central estadounidense)
bajó la tasa en nueve oportunidades, desde el 6,5 por ciento. El
de ayer fue el segundo recorte desde los ataques a Nueva York y Washington
de hace tres semanas. Precisamente, el objetivo perseguido por Greenspan
es impedir que la economía estadounidense pase mucho tiempo hundida
en un pozo recesivo, algo que parece inevitable en el corto plazo. Glenn
Hubbard, jefe de economistas de la Casa Blanca, estimó que la probabilidad
de una recesión es alta, considerando los efectos de
los atentados. Y si bien la Reserva Federal no lo expresó de manera
directa, en su comunicado estableció que después del 11
de setiembre aumentó significativamente la incertidumbre
de los inversores y consumidores. Al mismo tiempo que Greenspan bajó
la tasa interbancaria al 2,5 por ciento, la de descuento, que se aplica
a los préstamos de emergencia de la FED a los bancos, también
fue recortada en 50 puntos básicos, a 2,0 por ciento anual.
Los atentados no hicieron más que potenciar una tendencia que ya
se vislumbraba. El debilitamiento de la economía estadounidense
se reflejó durante el transcurso del año, y por tal motivo
la FED fue bajando la tasa de interés. Cuando los economistas debatían
si esa política sería suficiente para morigerar la caída,
los ataques a las Torres y al Pentágono potenció la desconfianza
y varios indicadores ligados al consumo masivo perforaron mínimos
históricos. El consenso en Wall Street es que el Producto se contraerá
1 por ciento en este último trimestre. Para evitar que el ciclo
recesivo se prolongue durante el 2002, Greenspan seguiría ajustando
la tasa. En los principales bancos de Wall Street aguardan que la tasa
de corto termine el año en el 2 por ciento.
Frente a la adversidad, Greenspan actuó rápido flexibilizando
la política monetaria. También inyectó liquidez en
los bancos para evitar una corrida. En busca de un resultado estimulante,
George W. Bush también anunció medidas, como la asistencia
de 55.000 millones de dólares a varios sectores económicos.
Y negocia con el Congreso ayudas adicionales por otros 100.000 millones,
incluyendo un incremento en el socorro social debido a que se prevé
un salto en la tasa de desempleo al 6 por ciento.
Tal como ocurrió el lunes 17, esta vez también el Banco
Central Europeo corregiría su tasa de referencia. En épocas
normales, esta acción coordinada debería ayudar a la Argentina.
Como mercado emergente, los inversores la elegirían para encontrar
rentas más atractivas en medio de un contexto de baja de la tasa
internacional. Pero este escenario está muy lejos de concretarse.
Por un lado, es cierto que, dada la incertidumbre generalizada, los inversores
tengan aversión al riesgo. Y no vayan a los mercados emergentes.
Pero también es verdad que el escenario económico argentino
ayuda muy poco para atraer a los financistas. Sin ir más lejos,
después del derrumbe de la recaudación, ayer se reavivaron
los rumores en el mercado. Por ejemplo, los que dan por cierto el alejamiento
de Domingo Cavallo del Gobierno una vez que pasen las elecciones. También
corrió laversión de que Fernando de la Rúa decretaría
la dolarización tras los comicios. Pero el punto central radica
en las dudas de los financistas en que Cavallo podrá sostener el
Déficit Cero tomando en cuenta la fuerte retracción de la
demanda. En este contexto, el escenario que se abre para la Argentina
después de la rebaja de la tasa internacional no difiere demasiado
de lo que se conocía hasta ahora.
- El ahorro sobre los servicios de la deuda, de 99 millones anuales según
calcularon en Economía.
- La Argentina tampoco se torna más atractiva para los inversores,
dados los desórdenes internos y la incertidumbre general tras los
atentados. De hecho, ayer el riesgo país rozó niveles récord.
- Por último, se percibe una debilidad política del Gobierno
más aún en vista de las próximas elecciones,
incluyendo a Domingo Cavallo. La gran duda es si habrá espacio
político y social para hacer más ajustes y cumplir con el
Déficit Cero.
- A este panorama complejo se le suma el hecho de que, ya en el cuarto
año de recesión, no se sabe cómo ni cuándo
la economía volverá a crecer.
Riesgo país
en 1695
El mercado estuvo más cerca de la depresión que
de la euforia en la jornada que debería haber sido al revés.
Las acciones cayeron 4,3 por ciento y el índice MerVal quedó
en 230,7 puntos, el peor nivel desde marzo de 1991 cuando la convertibilidad
aún no se había lanzado. Los bonos, por su parte,
perdieron 1,5 por ciento en promedio. Y el riesgo país se
clavó en 1695 puntos, 41 más que el día anterior.
Está sólo por encima del de Nigeria, que se ubicó
en 2038 puntos. El único hecho positivo es que los títulos
públicos de corto plazo, como el Bonte 2002 y el 2003 siguen
subiendo ayer 1 por ciento dado que los inversores prevén,
tal como anticipó este diario, que Economía saldrá
a recomprarlos. Al revés que en la convulsionada Argentina,
Wall Street reaccionó positivamente a la decisión
de Alan Greenspan de bajar la tasa de interés. El índice
Dow Jones subió 1,3 por ciento; y el Nasdaq, el 0,8. Los
mercados locales caen porque no hay indicios de que la Argentina
podrá salir a colocar títulos de deuda en el corto
plazo. Esa restricción es su peor problema, señaló
a Página/12 Margarita Molteni, analista del banco de inversión
MBA. Para Agustín Etchebarne, de la consultora Delphos Investment,
el escenario podría mejorar en caso de que se produzca un
shock de confianza. El anuncio de un amplio acuerdo político
o la dolarización, apuntó, en diálogo
con este diario. Otro dato positivo es que durante setiembre, los
depósitos totales del sector privado aumentaron en 1001 millones.
En tanto, los plazos fijos de empresas e individuos crecieron en
1281 millones, hasta 46.584 millones.
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Los concursos son
record
En los últimos meses lo único que se ve crecer son
los records de caídas de producción o ventas. El resultado
es que las empresas tienen cada vez mayores dificultades para cancelar
sus deudas. De acuerdo a la consultora Experían, en setiembre
los concursos preventivos de acreedores aumentaron 8 por ciento
respecto a agosto. Las empresas concursadas en los tribunales comerciales
de la ciudad de Buenos Aires fueron 168, lo que eleva el número
acumulado desde principios de año a 1094, contra las 1057
de igual período del año pasado. Más allá
de la cantidad de empresas que se presentaron a concurso, la nota
saliente fue los montos que declararon como deudas. Los más
notables fueron los de Correo Argentino, con un pasivo de 763 millones;
Entertainment Depot (Musimundo), con 215 millones; la fábrica
de Motores Perkins Argentina, con 41 millones y la Obra Social de
la Industria Metalmecánica, que reconoció deudas por
25 millones. En cuanto a los pedidos de quiebra, ascendieron a 953,
un 23 por ciento menos que los de agosto. Sin embargo, fue el segundo
mes con resultado más alto en lo que va del año. En
nueve meses, los pedidos de quiebras sumaron 7186, lo que representa
un incremento de 2,5 por ciento contra los del mismo período
de 2000. Los únicos datos positivos del mes pasado
fueron la caída en las quiebras decretadas -76, un 34 por
ciento menos que las de agosto- y las demandas por falta de pago
de los créditos para el consumo, que bajaron 4,5 por ciento.
Aún así, las demandas fueron nada menos que 13.197.
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REUNION
SECRETA DE CAVALLO Y MALAN
Uruguay, terreno neutral
Anteayer al mediodía
se produjo un encuentro secreto entre los ministros de Economía
de Argentina, Domingo Cavallo, y de Brasil, Pedro Malan. El anfitrión
fue su par uruguayo, Alberto Bensión, quien los recibió
en Montevideo. Anoche Cavallo confirmó la reunión y dijo
que fue para avanzar en la búsqueda de soluciones.
Más allá del resultado de la cumbre secreta, su principal
efecto fue descomprimir en parte la enorme tensión que se había
generado entre los dos mayores socios del bloque regional. Fue un gesto
conciliador hacia el Mercosur, tanto de parte del gobierno argentino como
del brasileño.
Ahora el camino parece más despejado para que en la reunión
del próximo lunes entre cancilleres y ministros de Economía
del bloque acerquen posiciones. Cavallo estuvo el lunes desde el mediodía
hasta las tres de la tarde junto a Malan. El ministro brasileño
logró el apoyo de su par uruguayo respecto a la necesidad de mantener
el Arancel Externo Común (AEC), que le da al Mercosur su carácter
de unión aduanera. En la escalada de acusaciones que dio lugar
a la crisis actual, Cavallo había reclamado la abolición
del AEC, para que Argentina tenga la posibilidad de bajar los aranceles
de extrazona y así abrir más la economía.
Bensión declaró ayer que en el encuentro de los ministros
se llegó a un principio de acuerdo para flexibilizar
el AEC, pero flexibilidad no significa suspensión,
aclaró. El AEC se va a mantener. Si hoy lo suspendiéramos
le haríamos al Mercosur más daño que bien,
enfatizó, por su parte, el presidente uruguayo Jorge Batlle. Malan,
en tanto, hizo un guiño a los reclamos de Argentina para que se
compense a los sectores industriales afectados por la devaluación
del real, al afirmar que es necesario considerar los efectos (de
la devaluación) en los socios comerciales, afirmó.
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