La DAIA salió ayer a
pedir la remoción de la frepasista Nilda Garré como secretaria
ejecutiva de la Unidad Especial de Investigaciones del atentado contra
la AMIA. El presidente de la entidad, José Hercman, denunció
que la funcionaria divulgó información sobre un testigo
reservado de la causa para beneficiarse políticamente
en la campaña electoral. Por su parte, el ministro de Justicia,
Jorge de la Rúa, llamó a una conferencia de prensa en la
que calificó como muy penosas las declaraciones de
Garré sobre el asunto y dijo que a su entender la funcionaria se
extralimitó en el afán de brindar información
sobre el ataque. Garré, que había sido señalada en
la denuncia de los fiscales del caso por presunta violación de
secretos de Estado, aseguró que mal pude quitarle el carácter
secreto a un dato que ya había sido hecho público con anterioridad.
Al cierre de esta edición, un vocero del Gobierno indicó
a Página/12 que Garré no sería removida porque se
había defendido bien.
Durante la conferencia de prensa, el ministro De la Rúa había
enfatizado que su hermano, el Presidente, ya había sido informado
sobre la situación y que la decisión sobre la remoción
de Garré del cargo está en sus manos.
Los fiscales federales del caso AMIA, Eamon Mullen, José Barbaccia
y Alberto Nisman, denunciaron que hubo violación de secreto
a partir de la difusión de la declaración del testigo de
identidad reservada denominado C, un arrepentido iraní que vive
refugiado en Alemania desde 1996 y allí declaró por primera
vez ante el juez federal Juan José Galeano. El año pasado,
volvió a hablar con el magistrado en México. En esta última
oportunidad relacionó el atentado a la AMIA con la política
exterior del gobierno del ex presidente Carlos Menem, acusó a uno
de sus funcionarios de haber negociado personalmente en Irán un
pacto de no agresión y dio detalles de los ideólogos
y financistas del ataque.
En su denuncia, los fiscales mencionaron la nota publicada el domingo
30 de setiembre en Página/12 con partes textuales de la declaración
del testigo C. Y también señalaron que Garré se
habría pronunciado públicamente con relación al testigo
que nos ocupa en un programa televisivo, en donde se habrían exhibido
copias de las declaraciones del mismo. La denuncia quedó
a cargo del Juzgado Federal 12.
Garré se mostró absolutamente sorprendida por
la acusación de los fiscales y señaló que la información
sobre el iraní había sido dada a conocer hace un año
en diversas notas periodísticas. En declaraciones a Radio América
consideró que sería una arbitrariedad total
que sea ella sola la mencionada. En ningún momento revelé
o puse en peligro de ser revelado un dato o información amparado
por el secreto de Estado, en ninguna oportunidad di a conocer ni el testimonio
ni el nombre del testigo de identidad reservada C, aseguró
más tarde en un comunicado. Y agregó que he impulsado
permanentemente, solicitando expresamente al tribunal la preservación
y ampliación de la declaración del testigo.
La DAIA pidió la separación de la funcionaria, ex viceministra
del Interior y actual candidata a diputada por Alianza, porque considera
que la información divulgada podría haber perjudicado el
avance de la investigación. Hercman aclaró que no
discuto si son ciertas o no las denuncias de Garré, que apuntan
a la responsabilidad del anterior gobierno de Carlos Menem, sino el
ámbito donde tenía que hacerlo que no era a través
de los medios. El presidente de la DAIA indicó que se
estaba esperando una reunión en París a principios de octubre,
con el testigo de identidad reservada que había aportado
Alemania para la investigación, y que se prestaba a identificar
a ex funcionarios argentinos, que en su declaración
testimonial, podrían estar involucrados en el atentado. Sin embargo,
según Hercman, la divulgación de la información e
identidad de ese testigo hizo que Alemania deje sin efecto su colaboración
justo cuando el testigo tenía que identificar a los
presuntos ex funcionarios argentinos. El testigo habría dicho que
miembros del gobierno de Menem,incluso hasta el mismo ex presidente, podrían
haber cobrado 10 millones de dólares para proteger a Irán
en la investigación.
LA
ASOCIACION EX DETENIDOS DETALLA LA VIDA EN EL OLIMPO
Rutina del horror organizado
Por la mañana conducían
a los secuestrados en fila india, tocando el hombro del compañero
que iba adelante hacia el lavadero, donde se podían lavar la cara
y los dientes y, en alguna oportunidad, afeitarse. Casi todos los días
el jefe de guardia abría las celdas, los obligaba a identificarse
con el código que se les había asignado y a informar el
motivo de su detención. Debían permanecer en su celda sin
levantarse el tabique, de lo contrario eran castigados.
Así se describe la vida cotidiana en el centro clandestino de detención
El Olimpo en un trabajo que la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos
presentó ante el juez federal Gabriel Cavallo.
Luego de que Cavallo se pronunciara por la anulación de las leyes
de Obediencia Debida y Punto Final, cinco sobrevivientes de la dictadura,
patrocinados por Luis Zamora, solicitaron que el magistrado extendiera
la investigación de la familia Poblete a sus propios casos. Cavallo
aceptó la presentación y, cuando hace un par de semanas
fue a declarar la ex detenida Delia Barrera, entregó a la Justicia
el trabajo sobre los campos Garage Azopardo, Club Atlético, El
Banco y El Olimpo compilado por el organismo de derechos humanos con datos
recogidos por sus miembros, extraídos de la Conadep, los juicios
en el exterior y las investigaciones abiertas por el derecho a la verdad.
La causa de Cavallo se inició por el secuestro de José Poblete
y Gertrudis Hlaczik y su hija Claudia Victoria, que fueron llevados al
Olimpo. Pero la Asociación de Ex Detenidos solicitó la investigación
de los cuatro centros porque funcionaron consecutivamente se desmantelaba
uno y comenzaba a operar el siguiente con los mismos represores
y, en muchos casos, los prisioneros fueron trasladados de uno a otro.
Por ejemplo, según surge de los testimonios, el Club Atlético
por el que habrían pasado entre mil quinientas y mil ochocientas
personas funcionaba en primer lugar como centro de extracción
de información mediante la aplicación de torturas y luego
como centro de exterminio. Las celdas estaban equipadas con camastros
de cemento provistos de un colchón fino de gomaespuma y una manta.
Entre dos grupos de celdas se encontraban las salas de torturas denominadas
quirófanos, que constaban de una mesa de metal denominada
parrilla.
Este es un trabajo que no tiene final y está sujeto a correcciones.
Les pedimos a los ex detenidos que nos acerquen su testimonio. Sabemos
del peso que implica la reaparición con vida, pero los alentamos
a romper con el mandato de silencio con el que salieron del campo,
aseguró Rufino Almeida, otro de los querellantes, al presentar
ayer la investigación en la que se incluye los nombres o apodos
de las personas vistas en los centros que se pudieron recolectar, así
como los de los represores.
OPINION
Por Raúl Kollmann
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Dime a quién
denuncias...
Pocos días después del atentado contra la AMIA,
el juez Juan José Galeano viajó a Venezuela a entrevistar
al arrepentido iraní Monouché Moatamer. Al regreso,
después de decir que nos íbamos a caer de espaldas,
fue directamente desde el aeropuerto a la quinta presidencial de
Olivos a exhibirle al entonces presidente Carlos Menem la grabación
de los dichos del arrepentido.
Nadie denunció la fuga de información ni hubo presentaciones
por escrito señalando la grosera violación de la división
de poderes.
Poco después, la Policía Federal y la SIDE hicieron
desaparecer 66 casetes de escuchas telefónicas hechas a Carlos
Telleldín. El magistrado sólo presentó una
denuncia contra la Federal, pero nadie hizo una presentación
contra el juez, que durante años no denunció la desaparición
de las cintas en su organismo preferido: la Secretaría de
Inteligencia del Estado (SIDE).
En agosto, hace casi dos meses, el juez Galeano presentó
un escrito en el que reconoció que mandó a quemar
videos que tomó clandestinamente a testigos e imputados.
Pasó más de un mes y cuando Página/12 reveló
la existencia de la confesión, sólo Memoria Activa
denunció al magistrado por destruir pruebas. Nadie más.
Hace un año, se conoció con pelos y señales
la declaración del testigo C, un hombre que señaló
que el atentado contra la AMIA se decidió en una reunión
del gobierno de Teherán. Pese a todo, C no pudo aportar nada
concreto sobre cómo se hicieron las cosas en Buenos Aires
y menos que menos alguna dirección o sitio donde se armó
la camioneta. No sólo se conoció el contenido de sus
dichos, sino también el cargo que C ocupaba en la inteligencia
iraní e incluso una revista publicó un nombre del
testigo de identidad reservada. Nadie denunció en ese momento
la fuga de información.
Hace tres semanas, Nilda Garré dijo públicamente que
en la investigación de la AMIA hubo encubrimiento.
Y fue todavía más concreta: Hubo encubrimiento
del menemismo.
Ahora sí hubo denuncia.
Justamente de un aparato judicial que convivió, sin quejas
y sin denuncias, con la falta de voluntad política del menemismo
para llegar a la verdad del caso AMIA.
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