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Por Horacio Cecchi
 Una certeza surge alrededor
de la vida de Moohmed Baldé, el chico de 13 años liberiano
que huyó de su país, colado como polizón en un barco
filipino y que desembocó, 11 días después y alimentándose
sólo con agua de mar, en la ciudad de San Lorenzo, 25 kilómetros
al norte de Rosario. Una certeza y varias dudas. La certeza tiene que
ver con sus deseos: ayer pidió formalmente, en francés,
ser acogido como refugiado político. Las dudas remiten a su futuro
y su pasado. Tanto ha conmocionado el caso que una ONG de San Lorenzo
quiere albergarlo; tres familias rosarinas ya pidieron su adopción
y una larga cadena de llamados satura las radios con las mismas intenciones.
Pero será el juez de menores rosarino a cargo del menor quien decida
a quién otorga la tutela, para lo que debe aguardar la confirmación
de su status legal. Sobre su pasado, Moohmed alcanzó a relatar
que fue engrillado por la policía militar de su país, obligado
a trabajar durante 14 horas al día y que sus padres murieron durante
la guerra civil, lo que permite entender el estado de pánico en
que está sumido. Entre quienes buscan su adopción existe
el temor de que su país de origen pida repatriarlo.
Moohmed ganó un buen espacio en los corrillos de los 45 mil habitantes
de San Lorenzo, conmocionados por la odisea, y generó una insólita
movida ciudadana en la que se mezclan deseos de adopción, curiosidad,
pena, espanto y hasta algo de morbo turístico: son muchos los que
intentan darse una vuelta por el Hospital Granaderos a Caballo, donde
se encuentra internado, para ver su rostro, compadecerse o aunque más
no sea, ver de cerca a un liberiano sobreviviente de la inclemencia marina
y de las disputas internas de su tierra.
Los datos sobre la historia de Moohmed fueron ampliados, en la sala del
hospital y durante una hora, por boca de su mismo dueño ante el
director de Migraciones de Rosario, Marcelo Marchionatti. Y lo que relató
oscurece aún más su pasado: confirmó que es liberiano,
originario de la aldea de Fulkariá, según Moohmed, próxima
a la frontera con Guinea; dijo que tiene un hermano y una hermana de los
que perdió el rastro y que sus padres fueron asesinados durante
las guerras internas. “Nos contó que la policía militar
lo había detenido –reveló Marchionatti–, y que
le había colocado grilletes que no le quitaban ni para dormir.
Lo castigaron obligándolo a trabajar en un campo de cultivo durante
14 horas diarias.” De algún modo, Moohmed logró zafar
y, después de caminar, según él, 50 kilómetros
llegó hasta Conakry, capital de Guinea, donde deambuló por
las calles mendigando durante un tiempo. Hasta que supo del “Aurora
Emerald”, el carguero de cereales filipino, amarrado en los muelles
de la ciudad. Supo también que partía hacia Sudamérica,
pero desconocía el destino final. “Le preguntamos si sabía
que se dirigía a Argentina y nos respondió que no sabía
que existía”, agregó Marchionatti.
También corrigió las primeras versiones sobre su odisea
marítima: trepó al pequeño compartimiento exterior,
sobre la hélice, y luego se desplazó por un hueco hasta
donde se encuentra el ojo por donde corre la cadena de la que pende el
ancla. Allí permaneció los 11 días, alimentándose
con agua de mar. Al salir, descubrió que iba acompañado
pero negó conocer al otro joven que murió antes de ser rescatado.
Durante su declaración, Moohmed pidió ser acogido por Argentina.
“No quería volver al hambre y la esclavitud”, confió
Marchionatti. Después de conocida su solicitud, las radios locales
desbordaron de llamados de interesados en su adopción. Dos familias
rosarinas y otra de Funes se comunicaron con Migraciones para formalizar
el pedido. En San Lorenzo, la ONG Casa del Niño Tren de la Esperanza
se integró a la lista. “Queremos que sea ciudadano sanlorencista”,
insistió Mónica De la Quintana, presidenta de la ONG, y
esposa del intendente local Armando Traferri.
El hogar de niños, que actualmente alberga a 15 chicos en situación
de riesgo de entre 4 y 15 años, está ubicado al sur de la
ciudad, en la vieja estación de ferrocarril refaccionada para su
nueva función. “Tenemos las condiciones necesarias para protegerlo,
alimentarlo y educarlo hasta su mayoría de edad. Y la intendencia
ya adelantó que nos apoyará en todo lo que sea necesario.”
Por el momento, el futuro de Moohmed depende de Migraciones –su director
rosarino confirmó Página/12 que ya fue iniciado el trámite
de residencia provisoria por un año–, del Cepare, la comisión
que concede el refugio político, y del juez de menores Jorge Zaldarriaga,
quien determinará a quién corresponde la tutela. Pero, además,
sobre San Lorenzo da vueltas una sombra de preocupación: temen
que el gobierno de Liberia reclame la repatriación. “El cónsul
está averiguando sus datos. No queremos que vuelva a su país,
porque es volver a la muerte –aseguró De la Quintana–.
Si Dios puso a esta criatura acá, cómo no lo vamos a abrigar.”
EL
GOBIERNO MEXICANO Y LOS CUADROS DE RIVERA
“Hay que poner fin a la polémica”
El gobierno mexicano está
dispuesto a darle “todo su respaldo a una comisión interdisciplinaria”
para que “de una vez por todas se ponga fin a la polémica”
planteada por los expertos que ponen en duda la autenticidad de ocho de
las obras que componen la muestra del pintor Diego Rivera que actualmente
es exhibida en Buenos Aires. El ministro de Educación de México,
Reyes Tamez, de visita en la Argentina, se manifestó “totalmente
sorprendido” por la reaparición de “una controversia
que tiene ya diez años” y que por razones “ciertamente
inexplicables” no se había reeditado durante la presentación
de la exposición de Rivera en Caracas, que fue inaugurada por el
presidente Vicente Fox. “Esta es una polémica que tiene ya
por lo menos tres episodios y que debería ser saldada en forma
definitiva”, le dijo Tamez a Página/12.
El funcionario, que estuvo en Mar del Plata participando en reuniones
para debatir proyectos de cooperación educativa entre México
y Argentina, aclaró que la polémica “tiene que dirimirse
entre los expertos” del Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC) y
del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) de su país. “No
entiendo por qué razones reapareció la controversia, que
no se había dado cuando la muestra salió por primera vez
de México y se presentó en Venezuela”, expresaron en
forma coincidente el ministro Tamez y la embajadora mexicana María
del Rosario Green.
“No lo creo”, fue la respuesta de Tamez a las versiones, que
manejan los medios mexicanos, en el sentido de que el retorno de la polémica
obedece a cuestiones políticas propiciadas por sectores del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), derrotado por el Partido de Acción
Nacional (PAN) que lidera Fox en las elecciones de junio de 2000. Tamez
recordó que la polémica fue inaugurada “hace unos diez
años” por dos expertas, la critica de arte Raquel Tibol y
la ex directora del Museo de Arte Veracruzano Aída Rodríguez
Prampolini, lo que “descartaría cualquier móvil político”.
Tamez insistió en que “los expertos del INBA son los que tendrán
que definir la cuestión, en conjunto con una comisión interdisciplinaria”
porque “se está diluyendo una polémica que debe ser
resuelta”. La embajadora Green recordó que “las polémicas
sobre obras de arte supuestamente falsas ya han ocurrido con maestros
como Rembrandt o Van Gogh, pero lo lamentable en el caso de Rivera es
que se está cuestionando una muestra que es única, porque
además de estar compuesta por un total de 36 obras, también
llegaron a Buenos Aires 95 fotografías sobre la vida íntima,
sobre aspectos humanos del autor”.
Green expresó su deseo de que el árbol no impida ver el
bosque: “Es una muestra muy importante, por las obras, la mayoría
de las cuales no tiene ningún cuestionamiento por dirimir, y por
las fotos que lo muestran a Rivera despidiendo a su amada Frida Kalho,
con Trotsky, con Siqueiros, todo lo que constituye una muestra excepcional”.
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