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La verborragia de Carlos Telleldín
mutó a silencio ante el tribunal

Uno de los acusados centrales de la causa AMIA, el reducidor de autos Carlos Telleldín, se negó a declarar. El tribunal rechazó la proyección del video de Galeano pedida por Ribelli.

El reducidor de autos Carlos Alberto Telleldín, trasladado como todos los días a Tribunales.

Por Adriana Meyer

Aunque su silencio estaba previsto en la sala se vivió un momento de tensión. “Por consejo de mis abogados, no voy a prestar declaración”, dijo el reducidor de autos Carlos Alberto Telleldín, sentado por primera vez en el banquillo de los acusados, a poco de reiniciada la audiencia del juicio oral por el ataque contra la AMIA. Página/12 pudo saber que su defensa espera la declaración del ex subcomisario Anastacio Irineo Leal, quien podría ser el primero en hablar en este juicio. El ex policía bonaerense está sospechado de haber participado de la entrega de la camioneta y lo que diga influirá en forma decisiva en la situación de Telleldín. Por eso, el “Enano”, como le dicen a Telleldín, quiere que Leal muestre sus cartas primero. El reducidor tenía pensado decir que “es inocente”, pero los nervios lo traicionaron y se olvidó.
Ayer, en el inicio de las audiencias, fueron respondidas las objeciones planteadas por las defensas. El pedido de suspensión del juicio por el atentado a la sede de la AMIA fue rechazado por el Tribunal Oral Federal 3 y los jueces resolvieron que los 25 testigos de identidad reservada deberán declarar en el proceso con los datos necesarios que permitirán su identificación, los cuales serán facilitados en un “plazo razonable a las partes que los desconozcan”.
Mientras el tribunal continuaba cruzando dardos con las defensas, Telleldín se dispuso a pasar al estrado. Pero como el debate seguía, se quedó a mitad camino, paradito a un costado de la sala, mirando a los jueces con impaciencia. Una vez sentado en el banquillo, antes de comunicar su decisión de guardar silencio, contestó preguntas formales. Consultado sobre si respondía a algún sobrenombre o apodo, Telleldín dijo que a “Charly o enano”, pero aclaró que a “ninguno en particular”. Cuando le preguntaron por el estado civil de su padre, respondió “fallecido”. Y al responder sobre su domicilio contestó “unidad penitenciaria”. Tras lo cual se levantó y se dirigió a su asiento, al fondo de la sala. El tribunal decidió entonces comenzar a dar lectura a las seis declaraciones que prestó el imputado en el expediente.
“Al único que conozco es a Carlos Menem porque en el ‘83 estuve comiendo con él en un local partidario de Uriburu y Santa Fe”, contestó el detenido Carlos Alberto Telleldín al ser consultado sobre sus vínculos con ciudadanos árabes, en su segunda indagatoria prestada el 6 de agosto de 1994. Y cuando le preguntaron si alguna vez visitó una mezquita indicó que “no sabía qué era eso”. En aquella oportunidad, también explicó que siempre usó barba hasta que le “empezó a salir blanca” y se la sacó para no parecer de más edad. El camino de la camioneta Trafic hasta las manos de Telleldín, los manejos extorsivos en su contra por parte de policías bonaerenses y los hechos que rodearon su detención fueron los ejes de las anteriores declaraciones repasadas ayer.
Con la lectura de los dichos de Telleldín uno de los abogados querellantes de Memoria Activa recordó las “gigantescas omisiones de la investigación de Galeano”, en alusión a las medidas que debió haber implementado y no lo hizo. Y además volvieron a quedar en evidencia las contradicciones y “mentiras”, según los letrados, en que incurrió el reducidor. A su vez, uno de los defensores de los ex policías destacó que Telleldín carecía de datos hasta que el 5 de julio de 1996 le volvió de golpe la memoria. En esa declaración imputó a los uniformados.
Cuando ya había caído la noche, el tribunal pasó a un cuarto intermedio y tras una hora de deliberaciones rechazó la pretensión de la defensa de Ribelli para proyectar el video que contiene un diálogo entre el juez Galeano y el detenido Telleldín. La movida del abogado Juan Manuel Ubeira apuntaba a demostrar que Telleldín confesó haberles entregado a los policías la Trafic blanca que presuntamente se utilizó como coche bomba porque Galeano negoció con el reducidor el pago de una suma de dinero. El letrado formuló su planteo justo antes de la lectura de la indagatoria de Telleldín del 5 julio de 1996, que le dio un vuelco a la causa y orientó la investigación hacia Ribelli y sus hombres.
La jornada hasta ahora más extensa del juicio oral estuvo signada por la dura conducción que el juez Pons le imprimió a las audiencias. Cuando el defensor oficial José García protestó para que se leyeran primero los cargos por los que está imputado Telleldín, Pons le ordenó que “no interrumpa al secretario cuando está leyendo”. El debate se reanudará el martes, como siempre, a las 14.30.

 

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