Por Gabriel A.
Uriarte
Desde
Washington
Es un caso aislado y
no hay nada que apunte al terrorismo... (Pero) si sienten malestar respiratorio
u otros síntomas asociados con esa bacteria, vayan a ver a su médico.
Objetivamente, la frase del secretario de Salud Tommy Thompson sólo
podía despertar el pánico entre quienes lo oyeran. Quería
minimizar la noticia de que un hombre en Florida había sido diagnosticado
como infectado con la bacteria ántrax, uno de los gérmenes
más letales usado en armas biológicas. Desde el fin de semana
se multiplican los artículos sobre el peligro de que Osama bin
Laden lance un atentado con armas químicas o biológicas,
peligro que Time y Newsweek subrayaron poniendo enormes máscaras
de gas en sus tapas. Y ayer no sólo surgió un caso concreto
de envenenamiento, sino que sólo horas antes la CNN había
citado a varios expertos para afirmar que la vacunación masiva,
aun si se consiguen las millones de dosis faltantes, no sería efectiva.
Peor aún, un avión israelí había estallado
misteriosamente sobre el Mar Negro, con la muerte de 76 personas, y el
día anterior un croata se mató, y mató a cinco personas
más al volcar un autobús en el estado de Tennessee. En esas
circunstancias, uno hubiera esperado que para la tarde de ayer Washington
estaría sumida en el terror. Pero si lo estaba, lo disimulaba muy
bien.
A decir verdad, no era simple medir el temor empíricamente. Si
uno se guiaba por las conversaciones en las calles y los bares, casi nadie
pensaba siquiera en el asunto: era como si no hubiera sucedido. Si se
lo medía por cuánta gente miraba la CNN durante el mediodía
y tarde en los restaurantes en la capital norteamericana, el avión
en el Mar Negro causó inquietud por 10 minutos, y el ántrax
por una media hora. Claro que estoy asustado, pero hay tanto que
está sucediendo que simplemente no puedo aterrarme por cada cosa
que aparece en la CNN, se justificó un oficinista por el
hecho de estar continuando su merienda sin prestar más atención
a los informes sobre armas químicas en Florida.
Hacía lo que las autoridades y los medios decían que tenía
que hacer. No hemos encontrado ninguna prueba de que hubo un atentado
con ántrax, enfatizó el secretario Thompson, respaldado
poco después por un comunicado del FBI. Pero sus afirmaciones parecían
ser deliberadamente engañosas. Sin duda, Osama Bin Laden no tenía
muchos motivos para liberar ántrax en el descampado en Florida
donde este cazador de 62 años aparentemente contrajo la bacteria
el lunes. Sin embargo, ningún funcionario pudo explicar satisfactoriamente
cómo es que había ántrax en ese descampado en Florida.
Según fuentes médicas, el ántrax diagnosticado es
del tipo que se inhala, la variante más escasa y una que generalmente
sólo se desarrolla en laboratorios para el uso en armas químicas.
La última vez que alguien contrajo ántrax natural
en Estados Unidos fue en 1978, y no había sido de esta variante.
Sabemos muy poco porque casi no hubo casos, explicó
un analista médico de la CNN. Y este inusual caso de intoxicación
ocurrió en el estado (Florida) donde se sospecha que vive el mayor
número de operativos de Bin Laden, y, junto con Boston, donde hubo
el mayor número de arrestos tras el 11 de septiembre. Sólo
con cruzar estos dos hechos uno podía pensar que el bioterrorismo
había llegado a Estados Unidos, o que al menos estaba muy cerca
de hacerlo. Los expertos que intentó consultar Página/12
literalmente no sabían/no contestaban. Pero en todo caso, la única
explicación alternativa obligaba plantear que lo ocurrido en Florida
no fue más que una sucesión inusual de casualidades y hechos
fortuitos.
En realidad, fue precisamente lo que hizo el Departamento de Salud, seguido
a no demasiada distancia por los medios. No, no hay indicios de
terrorismo... No, no es imposible que el hombre haya contraído
ántrax enforma natural, recuerden que es un cazador, estaba mucho
en el campo, y hay algunos casos de animales intoxicados con ántrax...
No, no hay indicios de que haya más infectados, si bien estamos
investigando a todos los que estuvieron en contacto con el infectado...
En todo caso, el ántrax no puede contagiarse de una persona a otra.
Al desarrollar estos argumentos, el secretario de Salud Thompson incluyó
una serie de detalles sin ninguna relevancia obvia, tales como que el
hombre infectado había pasado por Carolina del Norte antes de llegar
a Florida, o que había bebido agua de un arroyo. El primer dato
era irrelevante porque que se había verificado que el lugar donde
el hombre se intoxicó fue Florida, y el segundo era aun más
ocioso dado que el ántrax que lo infectó es del tipo que
sólo puede inhalarse, no el que se ingiere por vía gastrointestinal.
Pero no eran más que detalles. Y nadie en Washington D.C. parecía
prestar la suficiente atención como para percatarse de las inconsistencias
que traicionaban, o incomodarse si alguien las señalaba.
Había varias formas de explicar esta relativa apatía. Una
era que todo ocurrió mientras muchos estaban trabajando, tenían
que volver a trabajar, o en todo caso no podían quedarse para observar
el desarrollo paso a paso de los acontecimientos. Antes de las tres y
media, el ántrax en Florida no había ocurrido; después
de las cuatro y media, todos aseguraban que no tenía nada que ver
con el terrorismo. Los medios permitieron menos de una hora para preocuparse.
Pero quizá el factor más importante es que la noticia era
una entre muchas, que se sucedían sin ningún orden de prioridad
aparente. La CNN dedicó unos 15 minutos a la posibilidad de guerra
biológica en Florida, y después pasó a una entrevista
bastante más extensa con el senador republicano John Kyl de Arizona
sobre su plan para dar 500 dólares en descuentos impositivos a
todos quienes viajen dentro de Estados Unidos. Después hubo cinco
minutos para que el experto médico de la cadena en Atlanta dijera
que el ántrax encontrado era muy raro y del tipo que más
se utiliza en armas químicas. Esto fue seguido por una entrevista,
también bastante extensa, a un obrero de rescate en Nueva York
que encontró dos vigas fundidas en forma de cruz entre las ruinas
de las Torres Gemelas, cruz que fue debidamente consagrada por un padre
católico. Mientras tanto, helicópteros atravesaban los cielos
de Washington, al tiempo que patrulleros y ambulancias se abrían
paso ensordecedoramente en la ciudad. Nadie sabía por qué,
o si lo sabían no lo revelaban. Se dice que la capacidad de análisis
de las agencias de inteligencia norteamericanas fueron simplemente abrumadas
por el gigantesco volumen de pistas e indicios previos al atentado del
11 de septiembre. Ahora parece estarle sucediendo lo mismo a los ciudadanos
de Washington D.C.
Claves
- El fantasma de los ataques terroristas volvió a golpear
luego de los ataques del martes 11.
- Ayer, un avión de línea ruso que había salido
de Tel Aviv cayó al Mar Negro. Murieron 76 personas: 64 pasajeros
israelíes y los 12 integrantes de la tripulación rusa.
El avión habría explotado en el aire, por lo que las
suposiciones apuntan a un atentado terrorista o a un misil ucraniano
que habría alcanzado al avión, por error, en el marco
de maniobras militares.
- Ayer también se registró un caso de un ciudadano
norteamericano de Florida infectado con ántrax, lo que despertó
los temores sobre una guerra bacteriológica.
- El gobierno francés admitió ayer que la explosión
de una fábrica química en Toulouse, ocurrida a fines
del mes pasado, pudo haber sido un ataque terrorista de un fundamentalista
islámico.
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EL
ACCIDENTE EN LA PLANTA QUIMICA DE TOULOUSE SERIA UN ATAQUE
El atentado que habría sido en Francia
Por
John Henley *
Desde
París
El ministro francés
de Medio Ambiente dijo ayer que la explosión masiva que destruyó
una planta química en Toulouse el mes pasado, matando a 29 personas
e hiriendo a más de 2000, pudo haber sido un ataque terrorista.
La declaración de Yves Cochet fue posterior a la revelación
de que uno de los hombres que se encontró muerto en el lugar de
la planta de fertilizantes AZF en la ciudad del sur de Francia tenía
antecedentes policiales y era conocido por sus simpatías con el
fundamentalismo islámico. Mientras el fiscal de Toulouse que encabeza
la investigación ha dicho consistentemente que está 99
por ciento seguro de que la explosión fue un accidente, varios
importantes científicos franceses señalaron que el químico
involucrado nitrato de amonio es excepcionalmente estable
y era altamente improbable que haya explotado espontáneamente.
La nueva información que nos llegó hoy muestra que
puede haber tenido un origen terrorista, dijo Cochet de la explosión.
Pero añadió que el gobierno no descartaba ninguna causa.
Las fuentes judiciales confirmaron ayer que la policía había
identificado a uno de los muertos dentro de la planta como Hassan Jandoubi,
de 35 años, un francés nacido en Túnez. Se informó
que estaba vestido con varias capas de ropa, a la manera de los
kamikazes fundamentalistas. Jandoubi estaba sospechado por la policía
de ser el líder de una banda que traficaba automóviles robados
entre Francia y Alemania. También era un miembro activo de una
mezquita en los suburbios de Toulouse, donde fue iniciado en el
fundamentalismo hace 10 meses, según informó una revista
francesa.
Mientras era, supuestamente, miembro de un grupo de radicales islámicos
conocidos que fueron vistos celebrando los ataques terroristas del 11
de setiembre en Estados Unidos, su nombre aparentemente no figura en la
lista de los sospechosos de terrorismo que tienen Interpol, el servicio
de inteligencia francés y la agencia de contraespionaje DST. Jandoubi,
que trabajaba como subcontratado, responsable de mantener y cargar los
camiones que se llevaban el nitrato de amonio del lugar, había
comenzado a trabajar en la planta cinco días antes de la explosión.
Los testigos le dijeron a la policía que el 20 de setiembre, el
día antes de la explosión, lo vieron discutir airadamente
con por lo menos uno de los camioneros que había decorado su cabina
con una miniatura de la bandera de Estados Unidos en adhesión a
las víctimas de los ataques del 11 de setiembre. El día
de la explosión, Jandoubi estaba trabajando en el hangar 10, a
30 metros del hangar 221 cuyo stock de 200-300 toneladas de nitrato de
amonio explotó a las 10.17 de la mañana. Las ventanas estallaron
en el centro de la ciudad de Toulouse, a tres millas de distancia: 10.000
edificios fueron dañados, 600 casas y departamentos quedaron destruidos
y 1400 familias quedaron sin techo. Casi 400 personas continúan
hospitalizadas.
La policía inicialmente estaba intrigada por el hecho de que Jandoubi
fuera encontrado con un teléfono celular con una tarjeta robada
insertada. Su interés creció por la autopsia, llevada a
cabo por una médica que había trabajado en Medio Oriente
para la organización de ayuda internacional Médicos del
Mundo. Esta médica notó que Jandoubi tenía puesto
dos pares de pantalones y cuatro pares de calzoncillos. La médica
dijo que esto le recordaba la ropa usada por algunos de los militantes
islámicos en la batalla o en una misión suicida. Los
medios franceses han declarado que la policía estaba inhibida por
el fiscal general Michel Breard de registrar el departamento de Jandoubi
hasta cinco días después de la explosión. Cuando
tuvieron acceso a su hogar, la fuente judicial dijo que la policía
no pudo encontrar ningún rastro de él.
Aparentemente todo se había limpiado, dijo la fuente.
No había nada de su ropa, nada de sus efectos personales,
ni siquiera fotos de él. La mujer con la que vivía dijo
que había tirado todo inmediatamente porque no soportaba nada que
lo recordara. Se informó que la novia no identificadade Jandoubi,
que ha sido entrevistada tres veces, le dijo a la policía que él
habitualmente usaba varios pares de calzoncillos porque era muy
flaco y estaba obsesionado con la idea de que su trasero era muy pequeño.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
Vuelo
a la aniquilación sobre aguas del Mar Negro
Por Kevin OFlynn,
Suzanne Goldenberg y Owen Bowcott *
Desde
Moscú, Tel Aviv y Londres
Un avión ruso de pasajeros
que explotó en pleno vuelo y se precipitó al Mar Negro matando
a todos sus pasajeros y tripulantes 76 personas puede haber
sido derribado en forma accidental por misiles ucranianos tierra-aire
disparados durante ejercicios militares, sugirieron funcionarios norteamericanos
ayer. Funcionarios ucranianos negaron toda responsabilidad anoche y el
presidente ruso Vladimir Putin dijo que era posible que el avión
hubiera sido apuntado por terroristas.
La destrucción del jet Tupolev 154, que se encontraba en ruta desde
Tel Aviv hasta Novosibirsk en Siberia, mandó un escalofrío
de temor alrededor de las aerolíneas del mundo, que permanecen
en un estado de alerta frenética a la zaga de los múltiples
secuestros y choques que destruyeron el World Trade Center en Nueva York
el 11 de setiembre. Anteayer, un Boeing 737 de Indian Airlines fue forzado
a aterrizar en Delhi siguiendo una falsa alarma de secuestro. Mientras
Putin advertía que terroristas pueden haber sido los responsables,
Israel paralizó todas sus salidas aéreas desde Tel Aviv
y British Airways desvió un Boeing 777, que se dirigía a
Tel Aviv desde el aeropuerto de Heathrow, hacia Chipre.
Era avanzada la mañana cuando un avión de línea armenio
que volaba en los alrededores reportó haber visto una explosión
y llamas en el Tu-154 de Sibir Airline poco antes de que se desintegrara
a unos 180 kilómetros al oeste del balneario de Sochi en el Mar
Negro. La mayoría de los 64 pasajeros eran ciudadanos israelíes;
los 12 tripulantes eran rusos. Garik Ovanisian, piloto del armenio An-24,
dijo que su avión se encontraba a 6300 metros por encima del Mar
Negro. Vi la explosión en el avión, que se encontraba
por encima mío a una altitud de 11000 metros dijo Ovanisian-.
El avión cayó en el mar, y hubo una nueva explosión
en el mar. Después de eso vi una gran mancha blanca y tuve la impresión
de que había petróleo ardiendo.
En Washington, fuentes del Pentágono se apresuraron a sugerir que
el avión puede haber sido derribado después de que un ejercicio
militar ucraniano que involucraba a misiles tierra-aire en la península
de Crimea, saliera mal. Bien puede haber sido un accidente de entrenamiento.
Puede haber sido un trágico accidente, dijo un funcionario.
El misil que puede haber sido responsable es un S-200, un misil tierra-aire
de diseño ruso que es guiado hasta su blanco por radar. De acuerdo
a publicaciones militares, tiene un rango de alcance de hasta 246 kilómetros.
Los militares ucranianos estaban realizando un ejercicio de defensa aérea
en las costas de Crimea que involucraba buques y aeronaves de guerra al
mismo tiempo, agregó el funcionario norteamericano de defensa.
Pero el gobierno ucraniano se mantuvo firme en la tesitura de que sus
fuerzas no eran responsables del hecho. Todos los cohetes empleados
durante el ejercicio de entrenamiento tenían mecanismos de autodestrucción
asegurados en caso de que se desviaran de su camino, dijo el ministro
de Defensa, Oleksanr Kuzmuk. Las agencias de defensa rusas inicialmente
pusieron en duda los informes norteamericanos. La teoría no
merece la atención, informó Interfax. Los ejercicios
ucranianos se realizaron a más de 320 kilómetros del lugar
del desastre, insistieron las fuentes, y los cohetes utilizados no tendrían
el alcance suficiente.
Otros accidentes de este tipo ya han ocurrido antes. En 1988, el portaaviones
norteamericanos USS Vincennes derribó un Airbus iraní
en el Golfo Pérsico después de identificarlo erróneamente
con un caza F-14 que el comandante pensó que estaba a punto de
atacar su navío.
La televisión rusa mostró fragmentos del avión flotando
sobre el Mar Negro. Las aguas tienen al menos 1000 metros de profundidad,
y será difícil recuperar el grabador de la caja negra del
vuelo. La seguridad aérea rusa ha mejorado desde los laxos días
de los tempranos años 90, cuando los accidentes eran relativamente
comunes. El Tu-154 es considerado uno de los aviones más seguros
de Rusia, aunque ha estado en medio de 30desastres desde que la primera
aeronave fue construida en 1968. A comienzos de este año, 143 personas
murieron cuando un TU-154 se estrelló cerca de la ciudad siberiana
de Irkutsk.
El primer ministro israelí Ariel Sharon dijo que el de ayer era
un día negro en la historia del país y anunció
que habría una investigación especial sobre el hundimiento.
El vuelo 181, una ruta de frecuencia semanal a Siberia, despegó
del aeropuerto de Tel Aviv a las 9.58 de la mañana y había
estado en vuelo por dos horas y media cuando ocurrió su caída.
Funcionarios de la aerolínea en Israel dijeron que 51 de los 64
pasajeros a bordo eran ciudadanos israelíes, en su mayoría
inmigrantes residentes de la Unión Soviética. Algunos habían
llegado a Israel apenas unos meses atrás, dejando la mayor parte
de sus familias detrás en Novosibirsk y otras ciudades rusas.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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