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"Si esto no cambia, el Cervantes deberá cerrar"

Así ve el futuro Daniel Ruiz, subdirector del teatro, frente a otro brutal recorte de fondos dispuesto por Economía. " Esto se arregla con inteligencia, no con terrorismo verbal", dijo Darío Lopérfido. 

El Cervantes debía recibir 450 mil pesos: le dieron sólo 60 mil.
"Los funcionarios no entienden cómo funciona un teatro", dice Ruiz.

Por Hilda Cabrera

El Teatro Nacional Cervantes que hoy dirige el cordobés Raúl Brambilla, y que fue calificado en el reciente homenaje a los 80 años de su fundación de "patria de la gente de teatro", está a punto de desaparecer por el fuerte recorte que le impone Economía. De poco le sirvió al teatro la autarquía que obtuvo en 1996 y le dio status de independiente. Esta no les garantizó a sus autoridades un mejor presupuesto, aunque sí alguna agilidad en la toma de decisiones. El derrumbe financiero se hizo patente el miércoles, cuando la dirección tomó conocimiento de la cantidad enviada como única partida para el último trimestre del año. Se esperaban 450 mil pesos, pero el envío fue de poco más de 60 mil. En diálogo con Página/12 el subdirector Daniel Ruiz admitió que la situación es de catástrofe: "Si esto no se revierte, tenemos que cerrar el Cervantes."

  --¿Esta es una decisión de Economía?

  --Sí, tal cual, viene de Economía. De todas maneras ya están todos enterados de las declaraciones de nuestro secretario de Cultura Darío Lopérfido, quien dijo que para qué gastar dinero en el Cervantes teniendo a sólo cuatro cuadras los dos teatros más importantes de Latinoamérica: el San Martín y el Colón. Como pensamiento es terrible. Y lo digo con total libertad. ¿En qué quieren convertir al Cervantes?

  --¿Tomaron alguna medida?

  --Le enviamos una nota a Lopérfido. Nos contestó que este recorte afecta a toda el área de Cultura, no sólo al Cervantes, y que iba a interceder, porque la medida salió de Economía.

  --¿Cuál es el presupuesto del Cervantes?

  --En relación al que tiene Cultura es poco más del 2 por ciento. Nosotros tenemos alrededor de 3,4 millones asignados por año. Esto incluye los sueldos del personal. Nos quedan unos 700 mil para producción. Sé que con estas medidas podemos quedar afuera del teatro, pero ni yo ni nadie quiere irse. Amamos este teatro, también Raúl Brambilla. Estamos peleando muy fuerte, pero si Economía no revierte esta medida vamos a tener que bajar las obras. Ya no sabemos si se podrá ensayar Palabras encadenadas, una obra de Jordi Galcerán y puesta de la inglesa Tamzin Townsend. Esta es una coproducción con España. Un espectáculo que tuvo éxito allá. Tratamos de aplicar cierta creatividad en los acuerdos. Era necesario programar y salir a flote en esta circunstancia, tan grave para el Cervantes y para el país. Tuve que aprender a ser funcionario. Trabajé durante once años en el Teatro San Martín, integrando primero la dirección artística y después como jefe de coordinación artística, durante once años. Me fui con mucho dolor de ahí, porque es otro teatro que amo. Me gustaba el desafío que me brindaba el Cervantes, donde estoy desde hace un año. 

  --¿Qué pasa con el Cervantes? Los políticos parecen empeñados en que desaparezca...

  --Es que las áreas culturales no deberían estar a cargo de los políticos. Ellos no entienden cómo funciona un teatro. Si nos cortan el presupuesto no podemos producir. Siendo un teatro nacional, el Cervantes debería estar realizando giras por el interior con sus obras. Esto no lo podemos hacer, pero si ya tampoco tenemos presupuesto para la producción en la Capital, el asunto es grave. Los políticos no entienden la tipificidad del teatro, y ven a la cultura como un gasto. Se olvidan que, aunque diferente, es una inversión. Y entonces piden que el Cervantes se autofinancie. En todo este tiempo buscamos auspiciantes, y trabajado con financiación que no provino totalmente del Estado. Pero este nuevo recorte es demasiado. Una decisión de locos. Sería como pedir que se autofinancie un hospital o una escuela pública. El panorama es muy negro. Este dinero que envían no nos va a alcanzar ni para dos semanas. Si no logramos revertir esta situación, tenemos que cerrar. Esto significa forzar la renuncia. Es así de grave.

 

Aclaraciones y tormentas

  "Es todo parte de un malentendido", dice Darío Lopérfido desde Ushuaia, ante la consulta de Página/12 sobre el conflicto desatado a partir del recorte en los organismos nacionales y una declaración suya en la que, a priori, justifica el tijeretazo. El Teatro Cervantes está en el centro de la tormenta, con una quita del 85% (ver nota central) en lo estimado para el trimestre que cierra el año. La declaración del secretario de Cultura de la Nación, al diario La Capital, de Rosario, tiene fuerza suficiente para poner en pie de guerra a las autoridades del teatro. "Es una locura que haya que gastar tanta plata en el Cervantes", dijo Lopérfido a La Capital, hablando de la injusta distribución de los recursos en el área que maneja. "Es injusta --ratifica Lopérfido-- porque los ciudadanos de Buenos Aires tienen más recursos (desde la Biblioteca Nacional hasta los 22 museos nacionales) y éstos funcionan con la plata de los impuestos", puntualiza. Pero agrega: "Eso no quiere decir que yo avale el recorte presupuestario, no sólo del Cervantes, sino de toda institución del área. Lo nombré con otros ejemplos de instituciones para las que gasta plata todo el país pero funcionan en Buenos Aires".
Lopérfido dice que ante aquellas declaraciones recibió diferentes respuestas. En líneas generales, "se pusieron todos locos --grafica--, pero algunos me llamaron por teléfono y lo expliqué. Otros salieron a hacer acciones de barricadas. Roberto Cossa me mandó una carta. Me pregunta si pienso privatizar el teatro. Le contesto que eso me parece desopilante. Adoro el Cervantes. Pero me sigue pareciendo injusto que Buenos Aires sea un lugar privilegiado. Si alguien lo toma como algo contra el Cervantes, debería reflexionar y darse cuenta que esto se soluciona con inteligencia, no con terrorismo verbal". 
Lopérfido explica que el recorte es una medida de Economía, en función del déficit cero. Que ya pidió la plata que falta para los organismos de cultura. Y que en el presupuesto para el año que viene, está contemplado el monto necesario para que funcionen. "Ahora, si alguien usó el dato de La Capital para abastecer una versión de barricada, está actuado de manera malintencionada", advierte. "El Cervantes no está en peor situación que el resto. Y esto no se arregla desde el apriete. Me aprieten o no, igual voy a pedirle a Cavallo que mande lo que falta".

 

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