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DEBATIERON EN OLIVOS UN NUEVO PAQUETE DE MEDIDAS PARA ESCAPAR DEL AHOGO
Tarjeta para pobres y una moneda provincial

En un tenso encuentro en Olivos,
el Presidente de la Nación buscó delinear con sus principales funcionarios �Gallo, Colombo, Giavarini y Cavallo� las medidas que buscarían resolver las crisis simultáneas que enfrenta el Gobierno, a nivel macroeconómico, provincial y social. Implementarán una tarjeta de débito para que los carenciados puedan comprar productos de primera necesidad.

Por David Cufré

Algunos de los personajes eran los mismos y otros no hubieran imaginado jamás, hace un año, que les tocaría participar de esa reunión tensa, definitoria, que se desarrolló ayer en la quinta de Olivos. Fernando de la Rúa, Nicolás Gallo y Adalberto Rodríguez Giavarini vivieron su segundo 5 de octubre adrenalínico como gobernantes, definiendo con Domingo Cavallo y Chrystian Colombo cómo seguirá la historia de esta administración y, mucho más trascendente, de sus gobernados. El 5 de octubre de 2000 se concretaba el recambio de gabinete que derivó en la renuncia de Chacho Alvarez y en la muerte cerebral de la Alianza. Ayer empezaron a tomarse decisiones tan fundamentales como aquélla. Cavallo, quien soporta presiones de todo tipo, pero por ahora se mantiene en su puesto, presentó las bases del nuevo plan económico. Página/12 pudo saber que ese programa estará sustentado en tres ejes: el macroeconómico, el provincial y el social. Y que contendría medidas de alto impacto, como la entrega a sectores carenciados de una tarjeta de débito para la compra de productos de primera necesidad.
Al cabo de una semana desastrosa, con perspectivas igual o peor de malas para las que vienen, el Gobierno comprendió que se le acaban las fichas para seguir participando. Y quien más claro lo tiene es Cavallo, que ayer vio volar el riesgo país hasta los 1924 puntos y aterrizar en los 1868. Los participantes de la reunión en Olivos debatieron sobre la conveniencia de dar a conocer el nuevo plan antes o después de las elecciones, con argumentos a favor y en contra en cada caso. Durante este fin de semana largo continuarán las deliberaciones y, si no hay anuncios antes de la apertura de los mercados el martes, podrían producirse la próxima semana en caso de ocurrir algunos de los siguientes hechos: una suba del riesgo país hasta un nivel que el Gobierno considere intolerable, o el inicio de una corrida bancaria.
El principal temor de Cavallo es que se largue una nueva estampida de los depósitos. La anterior –que le costó al sistema bancario el drenaje de unos 9500 millones– logró ser contenida gracias al auxilio del FMI y a las expectativas que generó una futura reprogramación de la deuda, que ahora se ha complicado. También le preocupa la declaración de rebeldía de los gobernadores tras el recorte de las transferencias por coparticipación. Pero para atender ese frente, Cavallo está pensando en las siguientes medidas:
- Renegociación de la deuda: El recorte en los fondos de coparticipación agudizó las crisis provinciales, especialmente en once que tienen serios problemas para pagar sus deudas. La propuesta de Cavallo es ayudarlas para que las refinancien. Quiere que los bancos le presten a las provincias a tasas “de un dígito”, según dijo ayer en Olivos. Fuentes de Economía precisaron que se negocia con bancos y AFJP una tasa del 7 por ciento, retribución que tendrían los nuevos bonos a canjearse por los actuales títulos de deuda provinciales, que devengan una tasa superior al 20 por ciento. Las bancos y las AFJP recibirán bonos garantizados por la recaudación del Impuesto a las Transacciones Financieras.
- Moneda provincial. La proliferación de medios de pago provinciales, como el patacón, el quebracho, o el libertador, será reducida a un solo instrumento de carácter federal. Circularán únicamente patacón o como se decida bautizar a la nueva pseudomoneda. De este modo, las provincias también compensarán los fondos que resignan por menores envíos desde la Nación. Cavallo está dispuesto a llevar la emisión al doble de lo que se barajaba: 4 mil millones.
- Reconocimiento de deuda. De todos modos, la Nación reconocerá que los fondos no transferidos quedarán como deuda con las provincias, documentada con un bono a largo plazo.
Esas tres medidas son el corazón del plan para atemperar la furia de los gobernadores. Pero el antídoto contra la fiebre de riesgo país tendráotros dos componentes. A continuación, las medidas en estudio en materia social:
- Tarjeta de débito. Es una de las ideas más audaces del paquete. Consiste en la entrega a sectores carenciados de tarjetas de débito, cargadas –en principio– con 150 pesos cada una. El beneficiario podrá utilizarla para comprar en una red de supermercados y negocios adheridos. En cada compra utilizará el crédito asignado, hasta agotarlo. Y al mes siguiente se le recargará. La persona en ningún momento manejará dinero y tampoco lo recibirán los comercios, que después le cobrarán al Estado. El padrón de beneficiarios tendrá en cuenta los casos de padre de familia desocupados como primeros aspirantes a recibir las tarjetas. Se cancelarán todos los demás programas sociales para financiar el nuevo sistema.
- Medicamentos a bajo precio. Cavallo está preparando una dura negociación con los laboratorios medicinales para que entreguen remedios a bajo costo a jubilados y pensionados. Sería una forma de reponerle a ese sector lo que pierde por el descuento del 13 por ciento en los haberes.
- Segundo vencimiento de facturas de servicios públicos para pymes. Sería a 120 días, con una tasa del 12 por ciento anual.
Finalmente, para resolver las cuestiones macroeconómicas, el Gobierno planea las siguientes acciones:
- Moratoria. Habría una amplia moratoria, buscando mejorar la recaudación y para darle una nueva chance a las empresas que se cayeron del sistema legal porque la crisis le impide pagar los impuestos.
- Renegociación de la deuda. Se buscará reactivar la negociación con el FMI y el Tesoro de Estados Unidos para que adelanten 3000 millones de dólares ya acordados, a fin de que se pueda realizar un nuevo canje de deuda antes de fin de año.
- Acuerdo con Brasil. Habrá una fuerte negociación con Brasil para que compense a la Argentina por la devaluación del real. El Gobierno confía en que el vecino cederá ante el dramatismo de que alcanzó la crisis.
- Déficit cero. Todas las demás medidas serán el sustento para que el Gobierno pueda continuar con el déficit cero. Y entre los nuevos ajustes se contempla la cancelación del aguinaldo para los sueldos superiores a los 2000 pesos.

 

“Un mundo impiadoso”

Ricardo López Murphy no conoce de medias tintas, al menos en materia económica. Ayer, durante una jornada académica en Córdoba, volvió a hacer gala de su pensamiento crudo sobre la realidad. En su intervención, reclamó avanzar en forma “descarnada” en la reforma del Estado y cumplir con el Déficit Cero. “Sobreviene un mundo impiadoso”, advirtió. En un último trabajo de FIEL, entidad a la que pertenece el ex ministro, se propuso la cesantía de casi 100 mil empleados públicos como el eje central de una reforma del Estado. “Yo no sé maquillar las cosas” advirtió López Murphy, e inmediatamente planteó la urgencia de “completar la reforma del Estado en forma descarnada, que no fue realizada durante la década del ‘90”. Más tarde, añadió que “no hay otro camino” que la “austeridad fiscal debido a que el país perdió toda posibilidad de acceso al crédito”.
Pero el ex ministro no se quedó en opinar sobre la coyuntura económica. También se sumergió en la política internacional, y al mejor estilo George Bush definió que la Argentina deberá precisar “de qué lado estamos: si con los terroristas o en contra de ellos”. Y defendió su postura con un polémico ejemplo. “Curiosamente a Paquistán en pocos días se le solucionaron todos los problemas. Los que tenían con el FMI, con Wall Street... con todos”, enumeró en referencia a la posición tomada por ese país después de los atentados.

 

Alemania no abrirá la billetera

El gobierno alemán descartó ayer en forma rotunda una posible ayuda financiera bilateral a la Argentina. “No la habrá. Para eso tenemos al Fondo Monetario Internacional”, declaró, tajante, el ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, desde Berlín. La definición del funcionario resultó de una pregunta periodística. De todos modos, un vocero de Eichel precisó luego que Argentina no solicitó ningún tipo de ayuda bilateral. Está previsto que Eichel visite Argentina el viernes que viene. Consultado sobre la economía argentina, se limitó a expresar que “vive una situación extraordinariamente complicada”. Y se negó a opinar sobre el debate en torno a la conveniencia de una devaluación del peso. Eichel, así como su colega en el gabinete alemán, el secretario de Estado Caio Koch-Weser, responsable de los temas internacionales en el Ministerio de Finanzas, fueron muy cautelosos en sus opiniones. “Llegaré dos días antes de las elecciones y no quiero interferir”, manifestó Eichel.

 

SIGUE LA POLEMICA: DEVALUACION O DOLARIZACION
El precipicio convoca al debate

Por Cledis Candelaresi

En otra jornada pródiga de versiones inquietantes, Chrystian Colombo salió a ratificar la Convertibilidad, minimizando la sugerencia de una eventual dolarización de la economía, que él mismo sugirió como alternativa posible en declaraciones formuladas el día anterior. Con idéntica intención, otra alta fuente de Jefatura de Gabinete negó ayer ante este diario que el Gobierno esté trabajando en la redacción de un proyecto de ley para abolir el peso como moneda de curso legal. Pero las voces oficiales, más de una vez contradictorias en el medio de la actual turbulencia política y económica, fueron de las tantas que ayer desmenuzaron pros y contras de dolarizar o devaluar. Recurrente antinomia que se plantea cada vez que Argentina queda al borde el precipicio.
“Sería menos costosa una dolarización que una devaluación”, insistió ayer el Jefe de Gabinete, aunque precisó que la apuesta del Gobierno es “trabajar para fortalecer la Convertibilidad” y no redactar una iniciativa que sustituya el peso por el dólar.
Al equipo de Jefatura no se le escapa que es impracticable una dolarización unilateral, sin el acuerdo de los Estados Unidos, obligado a actuar en esa eventualidad como prestamista de última instancia. Pero, al mismo tiempo, sabe que un proyecto parlamentario que plantee erradicar de un plumazo el riesgo cambiario es quizás la única señal creíble de que el gobierno no prevé modificar el tipo de cambio.
“No vamos a tomar ninguna medida que implique robar salarios, robar jubilaciones o robar ahorros”, sentenció Colombo, en alusión a los devastadores efectos que una devaluación del peso podría tener sobre esas variables. Idénticos riesgos a los advertidos ayer, incluso, por economistas totalmente ajenos al staff oficialista.
Uno fue el caso del economista en jefe del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (CEMA), Jorge Avila, quien consideró que “fuera del 1 a 1 no hay vida”, y que devaluar bien podría catapultar el riesgo país a 4000 puntos, reeditando lo que ocurrió en la última híper. Desde su singular oficialismo opositor, y con idéntica inclinación por los slogans, Rodolfo Terragno, sentenció que abandonar la paridad del peso con el dólar sería como “darle glucosa a un paciente diabético”, por sus nocivos efectos sobre la economía.
Paradójicamente, las opiniones más adversas a la dolarización, que Domingo Cavallo hasta ahora descartó de cuajo y que Colombo insinuó como eventual alternativa, provinieron de economistas ortodoxos, técnica y políticamente distantes de la actual conducción económica. El ex ministro de Economía y hombre del CEMA Roque Fernández, consideró que dolarizar “no tendría nada de malo, pero tampoco es una solución” en vísperas electorales, distanciándose de una iniciativa que la entidad académica a la que pertenece fogoneó durante el mandato de Carlos Menem.
El economista de Fiel y efímero secretario de Hacienda en marzo pasado, Daniel Artana, fue directo al meollo de la cuestión: “Si bien (el abandono del peso) descomprimiría el riesgo cambiario, no arreglaría por sí el problema fiscal y, por lo tanto, no evitaría hacer todas las cosas que la Argentina tiene que hacer para cumplir con el Déficit Cero”. El jueves también había objetado el otro término de la virtual antinomia, descartando la depreciación de la moneda.
Pero lo que probablemente entonaría el perturbado ánimo del titular de Economía, es la común censura que Fernández y Artana hicieron ayer a “las irresponsables declaraciones políticas”. Repudio a quienes claman por una devaluación (figuras próximas al ARI de Elisa Carrió) o el no pago de la deuda (Eduardo Duhalde, Luis Farinello, entre otros).
Rafael Pascual también se sumó al debate con un argumento cavallista, aunque, presumiblemente, sin intención de emparentarse con el ministro. El diputado que comanda la Cámara denunció una “campaña de especuladores” que presionan por una devaluación: se trata, precisó, de operadores que habrían comprado dólares a futuro a precio mayor, descontando unadevaluación, y ahora intentan forzar al gobierno a hacerla. Pero sin ninguna posibilidad de éxito, según el legislador delarruista.

 


 

CAVALLO ENCONTRO OTRO ENEMIGO
Los devaluomaníacos

Domingo Cavallo salió de la reunión del minigabinete en Olivos tratando de transmitir tranquilidad, imagen de estabilidad, confianza y manejo de los tiempos por parte del gobierno. Todo lo que, justamente, ayer se advertían como las mayores falencias del elenco gobernante. Admitió que se analizan nuevas medidas, pero eludió precisiones al señalar que se anunciarán “en el momento oportuno”. “Nunca abandono el barco y mucho menos cuando las olas están altas”, respondió cuando se lo consultó sobre los rumores de su renuncia. “Va a continuar la convertibilidad” y “la política de déficit cero”, dijo en rechazo al debate en torno a la devaluación y a informaciones sobre un proyecto oficial de dolarización. Calificó de “devaluomaníacos” a los que proponen mover el tipo de cambio y los acusó de querer “instalar el caos en Argentina”, porque están “desesperados porque hace meses que vienen perdiendo plata apostando contra Argentina”.
“Lo que ha pasado en la última semana es que volvió a aparecer la manía devaluatoria”, dijo para explicar las nuevas tensiones en los mercados batiendo récords en el nivel de riesgo país. “No se dan cuenta (los que la proponen) que devaluar es cortar el sueldo de la gente y las jubilaciones, mucho más de lo que fueron reducidos” por el último ajuste del Estado, dijo Cavallo. “Hay muchos especuladores –si-guió–, mucha gente perderá mucha plata si no se devalúa en Argentina, si bajan las tasas o suben los bonos”.
El ministro de Economía negó que la fecha de las elecciones, 14 de octubre, incida sobre las decisiones que debe tomar el gobierno. Señaló que esa fecha “no modifica la marcha del gobierno”, y que las medidas se anunciarán antes o después, “en el momento oportuno”. Eludió referirlas como un nuevo paquete de ajuste, y dijo que prefería analizarlas bajo la denominación de “distribución equitativa de los recursos de recaudación”. Señaló que los pasos a seguir dependerán de la evolución de la recaudación, en cumplimiento del déficit cero, pero se mostró confiado “en que subirá en los próximos meses”.

 

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