Por Julian Borger
Desde
Washington
Funcionarios de inteligencia
advirtieron ayer al Congreso que creen en la posibilidad, en un futuro
cercano, de un segundo ataque terrorista masivo y que, cuando comience
la ofensiva contra Afganistán, la venganza es cien por ciento segura.
Según The Washington Post, una comisión parlamentaria de
asuntos de inteligencia habría recibido el martes pasado
un informe secreto del FBI y la CIA en el que se pronostica un dramático
panorama de las amenazas terroristas inmediatas que acechan a los norteamericanos.
Un senador le requirió a un funcionario de inteligencia que caracterizara
la gravedad de la amenaza y la respuesta fue que existía un
cien por ciento de posibilidades de un nuevo atentado cuando empiecen
los ataques militares contra Afganistán. El diario citó
un alto funcionario que no reveló su identidad anunciando que la
nueva advertencia de inteligencia era muy real. Y agregó
que ese atentado sería un intento por hacer desistir a los Estados
Unidos de que lidere un ataque contra la organización de Osama
bin Laden, Al Qaida, y sus combatientes afganos, los talibanes. La información
proviene, según se informó, de fuentes en Gran Bretaña,
Alemania, Afganistán y Pakistán. La amenaza persiste,
reconoció ayer el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, quien
evitó cuidadosamente cuantificar el grado del peligro existente.
Y adelantó que la mejor forma de evitar más atentados
en el futuro es proseguir la lucha contra los terroristas. Sin embargo,
se negó a aportar mayores detalles sobre la reunión entre
los hombres de inteligencia y los congresistas, con el argumento de que
se trató de una sesión explicatoria de carácter
secreto.
Se sospecha que serían los miembros egipcios, somalíes y
paquistaníes de la red Al Qaida los involucrados en un nuevo y
aún desconocido ataque. El gobierno está tratando
de decidir cómo alertar a la población sin sumirla en el
pánico, ya que recién ahora ha empezado a subir el número
de pasajeros en vuelos internos y la Casa Blanca se opone a profundizar
la crisis que enfrentan las aerolíneas nacionales emitiendo una
alarma concreta, sobre todo, cuando se supone que un nuevo ataque será
de una modalidad diferente al del 11 de setiembre.
La Guardia Costera está vigilando y revisando las embarcaciones
que se acercan a los puertos de New York y Boston y a otras grandes terminales
marítimas. La Guardia Nacional ha sido desplegada en los aeropuertos
y se reforzó la seguridad en estaciones de gas y combustible, refinerías,
reservas petroleras, y otros potenciales objetivos. En el exterior, algunas
embajadas fueron virtualmente abandonadas o reducidas a su personal mínimo.
Desde las semanas posteriores al atentado se manejaron continuos informes
sobre la existencia de más células de la organización
Al Qaida dispersas a lo largo del país. Según trascendió,
muchos seguidores de Bin Laden fueron puestos bajo una rigurosa vigilancia,
pero no han sido arrestados, ya que se encuentran en el país de
forma legal y no tienen prontuarios penales.
El miedo del FBI es que Bin Laden haya infiltrado numerosos agentes en
Estados Unidos durante los últimos años y que varias células
dormidas estén simulando seguir su vida normal hasta
recibir la orden de entrar en acción. La investigación
debe asumir un papel pasivo para prevenir el próximo acto terrorista.
Esto viene directamente desde la cima, desde el presidente de los Estados
Unidos para abajo declaró un importante funcionario a The
Washington Post. El FBI informó ayer que planea una operación
total de 72 horas contra el terrorismo en Afganistán.
FINLANDIA
PUSO EN INTERNET UNA LISTA SECRETA
La filtración que vino del frío
Por Ignacio Cembrero
*
Desde
Madrid
La noticia corrió ayer
como un reguero de pólvora por las redacciones de los periódicos
de Helsinki. Durante un par de horas la Rata, la autoridad de regulación
financiera de Finlandia, colocó por error en Internet la lista
de los 370 supuestos colaboradores del terrorista Osama bin Laden que
la policía federal norteamericana (FBI) acaba de remitir a los
aliados de Estados Unidos, rogándoles que bloqueen las cuentas
corrientes que puedan poseer. La lista, a la que ha tenido acceso El País,
pone de relieve que la gran mayoría de los agentes de Bin Laden
son sauditas, pero residen en Estados Unidos.
¿Sabe usted que A. A. figura en una lista de terroristas sospechosos
difundida por el FBI? Tras un primer momento de desconcierto, la mujer
que contesta al teléfono se muestra irritada ante la llamada del
periodista. A. A., contesta, hace tiempo que ya no vive
aquí, en un Estado sureño de Estados Unidos. Es
familiar mío, es un hombre de negocios muy ocupado y es ante todo
un hombre honrado, añade antes de colgar el teléfono.
A. A. es uno de los 370 sospechosos cuyo nombre, apodos, lugar de nacimiento
y últimas direcciones y números de teléfono conocidos,
incluidos algunos móviles, estuvieron colgados de la página
web de la Rata finlandesa.
En la víspera, según la agencia France Press, el encargado
de negocios estadounidense en Helsinki, Carol van Voorts, había
entregado al canciller finlandés Erkki Tuomioja las pruebas de
la implicación de Bin Laden en los atentados en Estados Unidos.
Entre los documentos figuraba esta lista y el nombre de 14 organizaciones
terroristas, con el ruego de que rastreasen si poseían cuentas
corrientes en Finlandia y las bloqueasen. La Rata finlandesa remitió
a su vez ayer el elenco a los bancos que operan en el país y les
dio de plazo hasta el 12 de octubre para comunicarle el resultado de sus
pesquisas.
Pero una desafortunada manipulación informática acabó
colocando la lista en Internet. En un primer momento, la portavoz de la
institución, Mia Armila-Paalasmaa, aseguró incluso que se
trataba de una decisión tomada adrede pero, poco después,
la página fue retirada. Mientras tanto, Reijo Aarnio, el director
de la agencia finlandesa de protección de datos, había anunciado
ante las cámaras de televisión que abriría una investigación
para identificar a los responsables de la difusión de la lista,
una iniciativa, precisó, que infringe al menos tres leyes del país.
Después de todo, se trata sólo de sospechosos. Atendiendo
a la petición de Washington, las autoridades económicas
de varios países como Grecia, Suecia o Australia anunciaron ayer
que iniciaban el rastreo de cuentas sospechosas. Gran Bretaña,
Francia, Alemania y Holanda señalaron el martes que habían
bloqueado cuentas por importe de medio millón de dólares.
Un examen del elenco pone de relieve que la gran mayoría de los
sospechosos residen en Estados Unidos, generalmente en los Estados meridionales,
son originarios de Arabia Saudita y tienen menos de 30 años. Es
decir, que han vivido cómodamente en un reino wahabita próspero
gracias, a partir de los años setenta, de la subida del precio
del petróleo. Junto con los sauditas aparecen colaboradores nacidos
en países petroleros ricos Qatar, Abu Dhabi, Kuwait, Emiratos
Arabes Unidos y otros en lugares menos desarrollados del mundo islámico
(Siria, Líbano, Egipto, Jordania, Yemen, Túnez, Argelia,
Marruecos, Libia, Indonesia, Pakistán, Afganistán, Eritrea,
Kenia y Bangladesh). Al margen de alguna dirección llamativa de
correo electrónico de los supuestos terroristas ([email protected]),
unos pocos nombres de pila del elenco llaman la atención porque
son cristianos (Mathieu, Jerôme, Mitchell) y susapellidos tampoco
aparentan ser árabes. Más sorprendente aún es la
inclusión en la lista de un nombre y apellido hebreo correspondiente
a un hombre de 30 años nacido en Israel y, señala el FBI,
posiblemente fallecido. Cabe preguntarse si Bin Laden reclutó
a ciudadanos de otras confesiones.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
MURIO
EL INFECTADO CON ANTRAX
El mortal caso aislado
El hombre infectado con ántrax
que disparó la paranoia sobre las posibilidades de un ataque bacteriológico
en Estados Unidos murió ayer. Robert Stevens, quien era editor
gráfico del semanario The Sun de Boca Ratón, de 63 años,
falleció de un paro cardíaco en el JFK Medical Center, de
Lantana, cercano a Palm Beach. El gobernador de Florida, Jeb Bush -hermano
menor del presidente George W. Bush descartó que el caso
estuviera vinculado a los atentados terroristas. No hay pruebas
de alguna conexión con los sucesos del 11 de setiembre, subrayó
Bush para negar cualquier sospecha sobre un atentado de terrorismo biológico,
tal como se especuló. Además, las autoridades recalcaron
que se trató de un caso aislado.
El incidente se conoció anteayer, cuando también su mujer
fue puesta en estado de observación. La víctima había
sido internada el lunes pasado en el hospital porque presentaba fiebre
alta y un estado de confusión. Los médicos creyeron que
se trataba de un caso de meningitis, pero más tarde se conoció
que Stevens había inhalado bacterias de ántrax.
Los medios de prensa hicieron sus propias hipótesis: dijeron que
el enfermo vivía cerca del aeropuerto en el que Mohammed Atta,
uno de los principales presuntos autores de los atentados, completó
horas de vuelo. Entretanto, los responsables sanitarios y el FBI seguían
investigando ayer cómo y dónde pudo contraer la enfermedad
Stevens quien, el pasado fin de semana, realizó un viaje a Carolina
del Norte.
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