Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Asaltaron a un juez de La Plata,
le dispararon y la bala no salió

Dos hombres asaltaron a César Melazo al salir de un cajero. Le sacaron el dinero, lo obligaron a tirarse al piso y gatillaron el arma en su cabeza. El también habría disparado.

César Melazo, juez de garantías de La Plata, tuvo en sus manos causas de mucha repercusión.

Por Alejandra Dandan

El juez de garantía de La Plata, César Melazo sintió el gatillo del arma contra su cabeza, pero no el disparo. Fue asaltado por dos hombres en la puerta de su casa. Le sacaron 220 pesos y un reloj antes de obligarlo a tirarse al piso. Uno de los ladrones gatilló sobre él pero una falla en el mecanismo del arma impidió la ejecución del tiro. Como varios de sus colegas, Melazo llevaba encima un arma personal. Fuentes estrechamente vinculadas a la causa aseguraron a Página/12 que el juez también disparó su pistola. Esa versión no fue confirmada ni desmentida por el fiscal Daniel Urriza a cargo de la investigación, pero ayer la policía le tomó declaración a una vecina que oyó disparos. El caso reactiva ahora una discusión abierta el sábado pasado por la resolución tomada por el juez federal Claudio Bonadío cuando disparó sobre sus agresores para defenderse.
El robo al juez de La Plata no tendría connotaciones políticas ni estaría vinculado a causas investigadas en su fuero. Melazo se hizo conocido por una investigación sobre el juego ilegal en La Plata, en la que fueron involucrados varios comisarios de la Bonaerense. Otra causa que tuvo a su cargo también tocó a la policía: fue una investigación sobre denuncias que se “cajoneaban” para mejorar las estadísticas policiales.
En este caso, la hipótesis más fuerte de la fiscalía es el de “robo común”, conocido como “salidera”. Melazo fue observado sin saberlo, mientras sacaba dinero de un cajero automático y cuando salió, dos hombres lo siguieron en un cliclomotor para robarle en la puerta de su casa.
El cajero donde se detuvo el juez a las cinco de la tarde para retirar 700 pesos está en Plaza Italia, en pleno centro platense y a unas quince cuadras de su casa. Dejó el lugar en su camioneta. De acuerdo a los testigos, el vehículo fue seguido de cerca por dos hombres que conducían una moto de 50 cilindradas algo destartalada. Cuando el juez llegó hasta la calle 32 entre la 8 y la 9, se bajó y fue retenido por los ladrones. Aunque algunas versiones indicaban que entre las cosas robadas estaba su maletín, esto no habría sucedido: “Sólo se llevaron un reloj y 220 pesos que Melazo había separado en uno de los bolsillos, ni siquiera vieron los 500 pesos que tenía en el otro. Y después se fueron”, explicó la fuente judicial consultada por este diario.
Melazo no denunció formalmente el robo y aún no prestó declaraciones en la causa que fue iniciada de oficio por la comisaría segunda de la zona. Aún no se sabe cómo se sucedieron los disparos. “Según Melazo –le dijo Urriza a este diario–: uno de los hombres lo obligó a tirarse al suelo y gatilló el arma contra la cabeza, pero la bala no se disparó”. Pero en la zona se escucharon disparos. La justicia le tomó testimonio ayer a una vecina de la cuadra que los oyó. Sin embargo, el fiscal se limitó a indicar que en ningún momento Melazo mencionó que llevaba un arma consigo ni que la hubiese disparado.
Desde que terminó el robo y mientras la Bonaerense disponía un operativo cerrojo para encontrar a la pareja de ladrones, el juez optó por quedarse en su casa en estricto silencio. Esa decisión recomendada por algunos amigos, fue una opción para evitar que lo reconozcan los ladrones o sus eventuales socios.
Para la policía los dos hombres no actuaron solos. Por el tipo de metodología usada en el robo, la pareja de ladrones pudo haber contado con uno o dos socios en la cercanías del cajero. Esto trataban de averiguar ayer a la tarde el equipo de investigadores conducido por Urriza. Dos horas después del robo, la policía detuvo a dos hombres a unas veinte cuadras de la casa del juez. Aunque algunas informaciones dadas por la comisaría segunda indicaban que se trataba de los conductores de la moto, fuentes de la fiscalía lo negaron: “Aparentemente los dos detenidos habrían actuado en otro hecho y no en éste”, dijeron. Además de la vecina de la cuadra, la fiscalía tomó declaraciones a un testigo de la persecución. Desde allí también se está rastreando a un tercer testigo, un repartidor de bidones de la zona que podría aportar detalles sobre el robo.

 


 

ANALIZAN SI BONADIO SE EXCEDIO EN SU DEFENSA
Dudas por los tiros del juez

Por Carlos Rodríguez

En cuatro semanas se conocerá el resultado de las pericias químicas que determinarán desde qué distancia fueron efectuados los siete disparos con los cuales el juez federal Diego Bonadío mató el sábado pasado a dos presuntos asaltantes. La prueba es considerada de “vital importancia” para determinar si se trata de un caso de “legítima defensa”, como se piensa hasta ahora, o si pudo haber “algún exceso” por parte del magistrado. Las dudas surgieron al conocerse la autopsia, que determinó que uno de los ladrones, el que murió primero al recibir un disparo en el cuello, estaba desarmado, y que el otro tenía seis impactos, dos de ellos efectuados cuando estaba de espaldas. Bonadío, que todavía no declaró en la causa, podría ser citado como testigo o como imputado, según lo que finalmente disponga el fiscal de San Isidro Hugo Celaya, que investiga el caso.
“En principio se determinó que los disparos fueron hechos desde una distancia superior a los 50 centímetros, pero la precisión llegará con las pericias sobre los tacos de piel” de los dos jóvenes muertos, Germán Lorenzatti, de 20 años, y Daniel Villar, de 19, explicó a Página/12 una fuente judicial. Hasta ahora, el único testigo es Angel Patrani, de 44, el amigo de Bonadío que recibió un balazo que le atravesó el hígado.
La zona de Villa Martelli donde ocurrió el tiroteo, a las 20.30 del viernes 28 de setiembre, es un lugar con casas bajas y sus moradores dijeron no haber visto lo ocurrido. Hay una farmacia en la esquina de San Martín y Matienzo que estaba cerrada y una fábrica en la que tampoco había movimiento. En las dos casas más cercanas “sus moradores no vieron nada porque estaban mirando la TV”.
Bonadío y Patrani habían bajado del Audi del juez cuando aparecieron los dos jóvenes, uno de ellos (Villar) armado con una pistola 9 milímetros Hi Power de Fabricaciones Militares. Hasta anoche no se sabía a nombre de quién está registrada. La 9 milímetros apareció a unos metros del lugar donde cayó Villar, mientras que en poder de Lorenzatti no se encontró ningún arma. Tampoco apareció nada en el trayecto de 150 metros que recorrió Lorenzatti, en pleno escape, antes de caer muerto.
Junto con las pericias químicas, tendrá fundamental importancia el análisis de las posiciones que ocupaban en el momento del tiroteo los cuatro protagonistas. Patrani habría estado en medio del fuego cruzado entre Bonadío y uno de los asaltantes, aunque estaría probado que el balazo que lo hirió partió de la 9 milímetros que llevaba Villar. Lo que falta determinar es la secuencia de los seis disparos que recibió Villar, dos de los cuales le entraron por la espalda. El croquis, la distancia de tiro, el recorrido, establecerá si esos dos balazos fueron los últimos -cuando trataba de escapar– o los dos primeros. Y eso marcará el futuro de la causa.

 

PRINCIPAL