La idea es que ni la crisis
financiera, ni las elecciones, ni la ofensiva prodevaluación, ni
los rumores sobre cambios de funcionarios harán temblar a la Rosada.
Por eso, ayer el Gobierno anunció que Fernando de la Rúa
viajará mañana a Brasil para encontrarse con Fernando Henrique
Cardoso, con quien analizará diferentes alternativas para reflotar
el Mercosur. La estrategia es mostrarse ejecutivos a pesar de todo. Sin
embargo, la crisis es tan fuerte que los funcionarios no tienen más
remedio que admitir que algo pasa. Ayer, por ejemplo, Chrystian Colombo
no descartó eventuales cambios de ministros luego del 14 de octubre.
No sé, el Presidente no tomó ninguna decisión,
evadió el jefe de Gabinete cuando le preguntaron por el tema.
La semana que terminó encontró al Gobierno, otra vez, en
medio de una situación caótica: variables económicas
fuera de control, versiones sobre un brusco giro de política económica,
rumores sobre cambios en el Gabinete. En todo momento, la primera plana
oficial salió a desestimar las versiones, siempre con la misma
línea: no ceder ante los rumores y esperar a que la tormenta amaine.
Dentro de este esquema, el Gobierno busca mostrar una actitud ejecutiva
y demostrar que el rumbo económico se mantiene a rajatabla.
Ayer, De la Rúa estuvo en Olivos, donde se reunió con Colombo,
el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y el canciller Adalberto
Rodríguez Giavarini. El día anterior, el Presidente había
conversado telefónicamente con Cardoso para acordar el viaje de
mañana a San Pablo.
Van a dialogar intensamente sobre temas macroeconómicos del
Mercosur. Es un encuentro puntual, de altísimo contenido estratégico
y político, definió Rodríguez Giavarini en
Olivos. El canciller agregó que la seguridad va a formar
parte importante del diálogo bilateral y recordó que
fueron precisamente Brasil y Argentina los que impulsaron la convocatoria
al TIAR como respuesta a los atentados en Estados Unidos.
El gesto de De la Rúa, sorpresivo y fuerte, tiene dos lecturas.
La primera es externa: con la decisión, el Presidente ratifica
la vigencia del Mercosur como proyecto estratégico a pesar de la
devaluación del real y contra la opinión de amplios sectores.
La semana pasada, por ejemplo, la UIA había pedido la suspensión
del mercado común.
Pero, además, la decisión presidencial busca saldar una
disputa interna. Justamente, los primeros rumores sobre la renuncia de
Cavallo aparecieron como consecuencia de diferencias con Rodríguez
Giavarini sobre el modo de encarar la negociación con Brasil. De
la Rúa decidió que los dos funcionarios lo acompañen
en su mini-gira, y también que ambos participen, el martes que
viene, en las negociaciones con las autoridades brasileras sobre una serie
de mecanismos compensatorios para relanzar el Mercosur.
Pero no fue el único tema de ayer en Olivos. En el encuentro, los
funcionarios siguieron analizando el paquete de medidas que prepara Economía.
Según decidieron, la primera en anunciarse sería el canje
de los títulos en poder de las AFJP a una tasa menor a la actual,
utilizando como garantía la recaudación del impuesto al
cheque.
Todos esfuerzos para demostrar que el Gobierno no hace caso a los rumores.
De todos modos, los funcionarios no se animan a descartar ninguna posibilidad.
Cuando le preguntaron por los cambios en el Gabinete, Colombo respondió
con un tibio no se, pero no descartó la alternativa.
En realidad, algunos de los cambios ya están más o menos
claros. Aunque siempre hay chances de una modificación de último
momento, todos descuentan la creación de un superministerio o Agencia
Social, que nuclearía los ministerios de Desarrollo Social, Salud,
la Secretaría de Empleo y otros programas asistenciales dispersos
por el Ejecutivo. Juan Pablo Cafiero y Hector Lombardo renunciarían
a sus cargos y Patricia Bullrich asumiría al frente del nuevo organismo.
Con menos fuerza circularon otras versiones: la renuncia de Ramón
Mestre y la llegada de Rafael Pascual, la salida de Jorge de la Rúa
y la transformación del Ministerio de Justicia en una secretaría
dependiente de Educación, y la renuncia de Carlos Bastos a Infraestructura,
donde podría asumir Nicolás Gallo.
DISCUSION
SOBRE LOS PLAZOS DEL FREPASO PARA DEJAR EL GOBIERNO
Apenas una cuestión de (poco) tiempo
El Frepaso se debate en torno
a la decisión más postergada de toda su corta historia:
alejarse definitivamente del Gobierno o soportar desde adentro el hostigamiento
cada vez mayor del delarruismo, expuesto en los recientes despidos de
Rafael Flores y Nilda Garré (ver página 12). Tal vez inspirados
por la fecha ayer se cumplió un año de la renuncia
de Carlos Alvarez a la vicepresidencia, o por la imprevisible crisis
económica, los frepasistas evalúan cuándo y cómo
despedirse del oficialismo.
Aunque Graciela Fernández Meijide y el vocero Juan Pablo Baylac
intentaron relativizar los rumores, miembros del Frente Grande confirmaron
ayer que el diputado Darío Alessandro está trabajando en
una propuesta económica con especialistas del Frepas y que el objetivo
de esa presentación es entregarla al Presidente después
de las elecciones. Ese proyecto servirá también como una
oferta de máxima que, al ser rechazada por De la Rúa, funcionará
como excusa para justificar la ruptura.
A pesar de los augurios, Fernández Meijide desmintió que
la coalición fundada por Chacho Alvarez vaya a retirarse del Ejecutivo.
Francamente todos aquellos que yo conozco con más tradición
en el partido, con más sentido de la responsabilidad, incluyendo
a Juan Pablo Cafiero, no están en esa línea, dijo.
Lo importante es que la Alianza está hecha con partidos y
espero que nadie suponga que se pueden tomar decisiones sin discutirlas
con el partido con quien se hizo la Alianza, agregó después.
Al igual que Meijide, que intentó frenar los ánimos rupturistas,
Baylac restó importancia a las versiones de alejamiento del socio
menor de la Alianza: (el Frepaso) no se va a ir del Gobierno. Son
voces aisladas que quedaron porque no hay una decisión orgánica
y el liderazgo de ese partido no está claro, porque que hable (Pedro)
Del Piero, ¿a quién representa?, chicaneó el
subsecretario de Comunicación. Y para reforzar sus dichos, añadió
que otros dirigentes de peso, como intendentes, o (el diputado Rodolfo)
Rodil, Juan Pablo Cafiero o Graciela Fernández Meijide, no se han
expresado en ese sentido.
Un vacío
de poder
El gobernador cordobés José Manuel de la Sota está
aprovechando su oportunidad: a medida que la crisis avanza, su figura
adquiere más proyección nacional. El lo sabe, y eso
lo anima a hacer declaraciones cada vez más fuertes contra
el gobierno nacional. Ayer, para no perder la costumbre, llamó
la atención sobre la sensación de vacío
de poder que existe en el país. Si los propios
candidatos del Gobierno y los gobernadores de la Alianza están
en contra del gobierno del presidente De la Rúa y no se ordenan
y buscan un camino, el país va a seguir a los tumbos,
pronosticó. Lamentablemente entre los argentinos hay
una sensación de vacío de poder, completó
durante un recorrido por el Valle de Traslasierra. Luego, el cordobés
defendió el modelo económico y la convertibilidad
(Cualquier alteración significaría una pesadilla
para las familias, aseguró) y propuso, como solución
rápida para la crisis, que se implementen medidas similares
a las que se llevan adelante en Córdoba. Generarían
un shock de confianza, anticipó, optimista.
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