Por Horacio Lutzky
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Las declaraciones del Testigo
C, el desertor de los servicios de inteligencia iraníes interrogado
dos veces por el juez Juan José Galeano, que fue publicado por
Miguel Bonasso en Página/12 del domingo pasado, mencionan a la
línea marítima iraní. Según el testimonio,
la Iranian Shipping Lines, empresa estatal de la República Islámica
de Irán, es una empresa de los Pasdaran, los guardias de
la Revolución. En el expediente sobre el atentado a la Embajada
de Israel de 1992, surge una conexión inesperada de esta empresa
naval con otra: en esa época, la Iranian compartía sus oficinas
de Reconquista 575 con la J. E. Turner & Co. Según los expedientes
de la causa de la venta de armas a Croacia y Ecuador, esta empresa también
representaba a la Croatian Lines, tenía registrado entre sus clientes
al traficante argentino de armas Diego Palleros y a un director de Fabricaciones
Militares y participó directamente en el envío ilegal de
armamentos.
Para peor, una testigo declaró ante la Corte Suprema en la
causa Embajada que un funcionario iraní que trabajaba en
las oficinas de J. E. Turner & Co. sabía que algo
ocurriría el trágico 17 de marzo de 1992.
Pocos días antes del atentado a la embajada, el iraní trató
de programar un viaje a Chile para el 17. Estos cruces de información
entre causas aparentemente independientes señalarían que
en una misma oficina se reunían personas que como mínimo
manejaban información previa tanto sobre el tráfico ilegal
de armas como sobre el atentado a la embajada.
En abril de 2001, la Cámara Federal señaló en la
causa 16.852 SARLENGA, Luis E. A. y otros s/procesamiento
que las solicitudes de giro para el envío ilegal de armas argentinas
fueron presentadas ante la Administración General de Puertos por
la agencia marítima J. E. Turner y Cía. S.A., donde según
la resolución consta claramente que el destino de las embarcaciones
era Rijeka, Croacia. En un allanamiento dispuesto este año
en la agencia por el juez Jorge Urso se secuestró un listado, en
el cual figuran los nombres y teléfonos de Núñez
(el coronel Carlos Alberto Núñez, director de comercialización
de la Dirección General de Fabricaciones Militares) y de Palleros,
ambos bajo el mismo número de cliente.
Según consta en la causa Embajada, la agencia Turner era también
el centro de operaciones de la compañía naviera iraní
Islamic Republic of Iranian Shipping Lines. El representante para Sudamérica,
Majid Maschadi, pasaporte de Irán 072471, se alojaba en un departamento
ubicado en Libertador 2254, piso 2º D, alquilado para Maschadi por
miembros de Turner, con dinero enviado desde Irán. El contrato
de alquiler por dos años con cláusula diplomática
se celebró en la agencia el 13 de julio de 1991, abonando los importes
correspondientes el gerente financiero de la agencia, de nombre Juan Kevin
Doyle. Según declaró el propietario del inmueble, José
Ramón Valentín Alvarez, en la causa por el atentado a la
embajada, al momento de la firma además se encontraba presente
otro empleado de la agencia J. E. Turner, de apellido Bonel.
El gerente Doyle declaró en la misma causa que el encargado de
conseguirle departamento al iraní fue el empleado Gabriel Juan
Bonel.
Bonel no era un simple dependiente administrativo. Según figura
en la página de Internet www.fundacionalbenga.org.ar, Bonel presentó
una ponencia para un simposio internacional como representante de la Agencia
Marítima Turner y en su carácter de presidente de
la Fundación Albenga. Esta entidad, según explica
la página de Internet, se creó para financiar, dirigir,
organizar y llevar adelante trabajos de arqueología subacuática
en nuestro país.
En el marco de las investigaciones por las ventas ilegales de armas, la
Cámara Federal, en la causa 15.810 FUSARI, Haroldo Lujan
y otross/procesamiento, en abril de este año ordenó
que deberán recabarse la totalidad de los antecedentes relativos
a las firmas J. E. Turner y Cía. y Nortemar, que fueran
las que intervinieran como agencias marítimas en los embarques
de material bélico. Además, y en relación a la primera
de las nombradas, deberá escucharse a su responsable en relación
a los trámites de carga de los buques Opatija, Senj,
K.R.K., Ledenice y Rijeka Express,
quien deberá prestar testimonio en relación a las circunstancias
por las cuales en las solicitudes de giro presentadas ante la Administración
General de Puertos se consigna como destino de esos buques el puerto de
Rijeka, Croacia (anexo 143), mientras que en la documentación que
obrara en poder de la Dirección General de Fabricaciones Militares
figuraba Panamá como puerto de destino.
Mientras duraron los negocios, Turner y Cía. y Croatian Line eran
miembros de la Cámara Argentino-Croata de Industria y Comercio.
Fueron dados de baja en 1999 por solicitud o por morosidad en el
pago de cuotas.
Acuérdese
del 17 de marzo
Dalila Dujovne, hija del filósofo León Dujovne, a principios
de 1992 estaba a cargo de la compañía Marítima Robinson.
En febrero de ese año recibió un mensaje en su contestador
telefónico de una persona cuyo nombre ella entendió como
Machani, que hablaba sólo en inglés y pedía que lo
llamara. Al comunicarse, Machani se presentó como jefe
de la marítima irania y combinó un encuentro
en su oficina. Al llegar, Dujovne vio en el lugar un cartel que decía
Iranian Maritime Shipping Lines. Según declaró
Dujovne ante la Corte Suprema en la causa Embajada, el encuentro se produjo
el 2 o 3 de marzo de 1992. El representante de la empresa
marítima de Irán le pidió cotización para
realizar un viaje el día 17 de marzo de 1992 a Puerto Montt, Chile.
El pedido era, supuestamente, para diez adultos y cinco menores. Al día
siguiente, Dujovne llamó al iraní informándole que
para realizar el viaje programado debían bajar en la frontera para
pasar a un ómnibus chileno, a lo cual el hombre se negó,
remarcándole a la mujer que se acuerde del 17 de marzo.
La declaración de Dujovne fue tomada hace años, cuando se
desconocía la existencia de Maschadi el funcionario al que
la Turner le alquiló el departamento y al que ella recuerda como
Machani y cuando la causa Armas llevaba un ritmo lento y no estaba
en claro el rol de la agencia Turner en el envío de armas a Croacia.
En actuaciones posteriores se comprobó la existencia en el lugar
de lo que Dujovne denominó Iranian Shipping Lines y
de quien fonéticamente sonaba como Machani: Prefectura
Naval Argentina informó que la agencia marítima J.
E. Turner & Co., con oficinas en Reconquista 575, era la firma
representante de la Islamic Republic of Iranian Shipping Lines.
Otra afirmación de Dujovne ante la Corte también fue comprobada
después: que la agencia marítima iraní dejó
abruptamente de funcionar en el país tres meses después
del atentado contra la embajada. El representante iraní Maschadi
precipitadamente quiso rescindir el alquiler del departamento que le había
conseguido Bonel, el empleado de la Turner. Según declaró
ante la Corte Suprema José Alvarez, dueño del departamento,
en julio de 1992 cuando faltaba exactamente un año de contrato
el iraní adujo problemas familiares. Alvarez también
aludió a una discusión acerca de la devolución del
dinero pagado como depósito.
Según informó la J. E. Turner a la Corte, no fueron problemas
familiares la razón de la mudanza, sino el traslado de la
Iranian de Buenos Aires a Río de Janeiro, donde opera desde 1992.
Maschadi, siempre según la Turner, dejó Argentina en julio
de 1992 rumbo a Irán.
Para comprobar estos movimientos, se recurrió a la Dirección
Nacional de Migraciones, que se declaró incapaz de informar aduciendo,
como siempre, que para ubicar a alguien en los registros de entradas y
salidas del país era necesaria la previa individualización
del lugar y fecha exacta en que ellas se pudieran haber producido.
La Policía Aeronáutica Nacional pudo determinar que Majid
Maschadi salió del país el 8 de julio de 1992 en el vuelo
246 de British Airways. Con el dato, se pidió a Migraciones la
correspondiente tarjeta original de salida del país del representante
iraní, que por fin se obtuvo. Maschadi viajó con tres personas.
El vuelo era a Londres con escala en San Pablo.
En su declaración, Dujovne aporta un detalle más: en el
mismo mes de marzo de 1992, Machani iba a presidir la oración
en una mezquita de la calle San Nicolás. Es la mezquita cuyo líder
espiritual era el agregado cultural de la embajada iraní en Buenos
Aires Mohsen Rabbani, uno de los principales sospechados en los atentados.
La trama
El testimonio de Dalila Dujovne, la información obtenida en la
sede de la empresa J. E. Turner y la declaración del Testigo C
ligan entre sí la causa de contrabando de armas con la del atentado
a la Embajada de Israel. La oficina de la calle Reconquista alojaba a
la empresa encargada de presentar ante la Dirección General de
Puertos los papeles para realizar el sigiloso despacho de armas a Croacia.
La misma empresa compartía sede, representaba y ayudaba personalmente
a un funcionario de la empresa estatal iraní de navegación,
que sabía que algo grave iba a pasar el 17 de marzo de 1992, fecha
del atentado a la Embajada de Israel.
Esa empresa iraní también es mencionada por el Testigo C
de la causa AMIA, que le dijo al juez Galeano según relató
Miguel Bonasso en Página/12 que era de los Pasdarans,
los guardias revolucionarios y que estuvo relacionado con la logística
de los atentados. C agrega que en Argentina hay intermediarios
para la venta de armas a Irán, envíos que se triangulaban
por terceros países y que eran realizados por personas encubiertas
trabajando para el gobierno iraní, según detalla Bonasso.
* Periodista, abogado, actual vocero de la AMIA. El autor aclara que
los puntos de vista vertidos en esta nota son personales.
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