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 Su
retorno a la Selección después de 364 días de ausencia
iba directo al olvido. Su tarea había pasado casi inadvertida,
acosado por una marca asfixiante y por un árbitro permisivo que
con su fallos benefició a los defensores. Sin embargo, en una jugada
mostró su sello. Gabriel Batistuta, el máximo goleador de
la historia de la Selección Argentina, apareció en el momento
más caliente del partido para demostrar que lo suyo es el gol y
que en el área es un jugador inigualable.
Se jugaban 29 minutos del segundo tiempo y Argentina había sentido
el impacto del segundo gol  paraguayo.
Zanetti encaró desde la derecha al medio y habilitó a Claudio
López, que definió suave y permitió que Chilavert
le desviara el remate. Allí surgió la figura del goleador.
Batistuta corrió para tomar el rebote y desde un ángulo
muy cerrado marcó su gol 55 en la Selección. No era sencillo.
Además de que la pelota se alejaba del arco, dos defensores paraguayos
cerraban en el primer palo y un tercero llegaba por detrás. Pero
el toque de zurda preciso se metió entre los zagueros y el palo,
y el cruce de Gamarra, ya detrás de la raya, ni siquiera pudo evitar
que el balón llegara a la red. A esa altura, a Bati sólo
le importaba festejar. Con el empate asegurado se sacó la camiseta
y dejó atrás la bronca de un año sin Selección.
El gol lo motivó. Dos minutos más tarde estuvo a punto de
marcar el tanto de la victoria. Luego de tocar de espaldas al arco y abrir
la jugada hacia la derecha, el delantero de la Roma picó al segundo
palo, a buscar el centro de Ortega. Su cabezazo potente encontró
bien ubicado a Chilavert, que salvó con lo justo. Hasta ese momento,
Batistuta casi no había participado del juego. Sus compañeros
no lo habían podido encontrar para habilitarlo, y él tampoco
había podido zafar de la pegajosa marca de los centrales rivales.
La más clara había sido en el primer tiempo cuando recibió
un pase de Verón en la puerta del área, pero en esa ocasión
el goleador no resolvió bien. Apresurado, sacó un zurdazo
mordido, que no le trajo problemas al arquero. Su otra intervención
importante fue una habilitación de taco para Sorín, que
fue bajado cuando se iba a directo a enfrentar a Chilavert. Muy poco para
tanta espera. Sin embargo, le bastó una aparición para que
Bati demostrara toda su categoría de goleador.
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