Por
P.V.
Fue doble la victoria del entrerriano Omar Martínez en La Plata.
O triple, si se quiere. Por el triunfo en sí en la pista, por la
recuperación del liderazgo en el torneo, cuando sólo faltan
tres carreras para decidir la posesión del cetro, y hasta por la
devolución psicológica de atenciones que propició
sobre su archirrival de la temporada, el campeón Guillermo Ortelli,
devolviendo la pelota a campo del piloto de Salto, endilgándole
sobre la hora la responsabilidad de tener que descontar puntos interesantes
pero no decisivos en las tres competencias que faltan.
Martínez cumplió con lo que se esperaba de él. Ganó
su serie que resultó la más veloz de la desapacible
jornada, picó en punta en la final aquejada por el interrogante
de la lluvia, e hizo la que mejor sabe al volante: ganar al menor promedio
posible, como aconsejaba Fangio (para llegar primero, primero hay
que llegar solía decir el Chueco).
Habíamos acordado con Bisceglia que se definía en
la primera curva: el que llegaba primero, ganaba señaló
Martínez. Fue un trabajo perfecto. Creo que tuvo que ver
el hecho de que éste sea nuestro circuito de pruebas.
El entrerriano era consciente de su ventaja de local: La Plata es el circuito
en el que acostumbra probar y se había sacado esa presión
de encima la necesidad de sacar un buen resultado en su circuito
ya el sábado, clasificando segundo detrás del poleman Claudio
Bisceglia, su coequiper. Ya cuando salió del pesaje tras la clasificación
sabatina, sabía que la responsabilidad había sido transferida
a los hombros del campeón.
Ortelli sonreía, pero sus ojos denotaban la preocupación
de lo que vendría: el Chevrolet no estaba puesto a punto como esperaban
y debían, y, más que sentir, los 180 kilos de lastre iban
a sufrirse. El campeón no pudo adelantar en su serie quedando
incluso detrás del menos experimentado Di Marco, que corría
un auto igual al suyo, pero mucho más liviano, reservando
los cartuchos para la final.
Sobre las 21 vueltas de la verdad, Ortelli desplegó lo más
emotivo de la carrera, perdiendo dos puestos en la largada, pero recuperando
a fuerza de aceleración y frenado en un dibujo en el que pasar
coches resulta problemático. Así saltó al séptimo
lugar final. Pero en la cuenta total perdió el punto y medio que
le llevaba a Martínez y otras doce unidades.
Irme doce puntos abajo puede parecer duro, pero estoy tranquilo
-reflexionaba Ortelli tras la carrera. Sabemos que tenemos elementos
para pelear, además en los autódromos que quedan los dos
ya anduvimos bien, así que va a ser una entretenida definición.
Faltan Rafaela, Olavarría y Río Gallegos, el cierre del
torneo, en un circuito que es incógnita total. El circuito rafaelino
parece más favorable al Chevrolet, lo que permite presumir que
no habrá consagración prematura del piloto de Ford, y que
la definición no será anticipada.
|