Por
Washington Uranga
La
multitudinaria peregrinación religiosa que partió el sábado
del santuario de San Cayetano, en Liniers, y que culminó ayer en
la Basílica de Luján, en la localidad del mismo nombre,
sirvió de marco para nuevas declaraciones de los obispos católicos,
criticando las desgarradoras heridas sociales de quienes sufren
desocupación, pobreza y miseria y, al mismo tiempo, convocando
a la reflexión y a la participación ante la
jornada electoral del próximo domingo, lo que supone analizar
las propuestas y ver si privilegian a los pobres, defienden la vida (y)
se comprometen con la Justicia, de acuerdo a lo afirmado por el
obispo auxiliar de Buenos Aires, Jorge Lozano, en la misa dominical que
se constituyó en el acto central de la marcha religiosa. Por su
parte, el obispo de San Isidro y presidente de Cáritas, Jorge Casaretto,
sostuvo que optar por los pobres significa no disminuir los fondos
de los planes sociales existentes en el país, en lo que puede
leerse como un mensaje directo para el Gobierno y los legisladores que
en los próximos días deben discutir el proyecto de Presupuesto
nacional para el año 2002.
La decimoséptima peregrinación juvenil a Luján, cuyo
recorrido de 65 kilómetros cubren a pie miles de jóvenes
cada año, fue convocada en esta ocasión bajo el lema Madre,
acaricia nuestras heridas, queremos seguir caminando y se transformó
en una impresionante manifestación de fe religiosa, en la que los
peregrinos sumaron a sus ruegos pedidos concretos vinculados con el trabajo,
la justicia, el salario y la calidad de vida.
Dirigiéndose a los peregrinantes, Casaretto dijo que es necesario
cumplir con esos compromisos (de los planes sociales) porque la reducción
de los mismos significará en muchos casos cierres de hogares para
niños, comedores o centros asistenciales que cubren las necesidades
elementales.
Jorge Lozano, quien sustituyó al cardenal Jorge Bergoglio, quien
se encuentra en Roma participando del sínodo universal de los obispos,
denunció también la existencia de planes sociales
que se van podando en el camino de la burocracia, la coima, el acomodo,
la clientela política y llegan raquíticos a los que más
sufren. Y agregó que así como decimos que los
que sufren tiene rostros concretos sostuvo que los inmorales
son identificables y recordó que hace rato anhelamos una justicia
largamente esperada. Recordando un reciente documento del Episcopado
argentino, Lozano subrayó que no podemos resignarnos a aceptar
pasivamente la tiranía de lo económico que se ha instalado
en todas partes. La tarea no debe reducirse a que las cuentas cierren
para tranquilizar los mercados. Retomando lo ya señalado
por otras voces episcopales, el propio Lozano recordó que no
es suficiente hacer bien los deberes hacia fuera.
El mismo obispo refrescó todos los últimos documentos del
Episcopado en los cuales se denuncian la evasión de
impuestos y el despilfarro de los dineros del Estado,
se critica a la dirigencia política y a los dirigentes políticos
y económicos, exigiendo soluciones inmediatas porque no podemos
ser peregrinos del cielo si vivimos como fugitivos de la ciudad terrena.
Al mismo tiempo, Lozano subrayó que vemos con alegría
cómo crecen los esfuerzos solidarios generando vínculos
sociales desde las reservas morales de nuestro pueblo.
Respecto del acto electoral del próximo domingo, el obispo Lozano
pidió observar la trayectoria de los candidatos, qué
hicieron o dejaron de hacer en la función pública
porque no todo da lo mismo, no nos dejemos vencer por el desaliento
y porque algunas críticas más que buscar caminos de
cambio o crecimiento, parecen más interesadas en diluir vínculos
que nos unen y desgastar las estructuras de la sociedad más que
en construirlas. El obispo porteño dedicó también
un párrafo al desolador panorama mundial que a
la injusticia y la opresión de pueblos enteros sumergidos en el
hambre, las enfermedades de la pobreza, losconflictos raciales y los cientos
de miles que mueren cada año, ahora le suma las guerras y el terrorismo.
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