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Guerra

TODO PAKISTAN CONMOVIDO POR LAS PROTESTAS DE LOS FUNDAMENTALISTAS
El integrismo mostró sus garras

En Quetta, al sudoeste del país, unos 10.000 manifestantes agredieron a los periodistas, saquearon comercios, quemaron un cine que pasaba películas norteamericanas e incendiaron bancos y dependencias de la ONU. Una persona murió. El país entero fue conmovido por las manifestaciones.


Manifestantes con imágenes de Osama bin Laden en la capital paquistana de Islamabad.
Los partidos islámicos son minoritarios, pero tienen una cierta capacidad para desestabilizar.

Página/12
en Pakistán

Por Eduardo Febbro, 
Desde Peshawar 

Del centro de la multitud reunida en forma de ronda se escuchó un grito común: �Norteamérica terrorista, Norteamérica terrorista�. El círculo se cerró de pronto como una flor y cuando se volvió a abrir un niño surgió de golpe alzado por decenas de brazos. No alcanzaba los 8 años. Le habían pintado la cara con algo que parecía sangre y en la mano derecha llevaba un adoquín. �Bush muerte, Bush perro, Musharraf traidor�. La gente gritaba enardecida agitando los brazos en alto. El niño avanzaba en el medio de la muchedumbre, levantado en el aire como un trofeo que le mostraba al mundo que todos estaban dispuestos a morir por el Islam. Al día siguiente del inicio de las represalias norteamericanas, los grupos radicales sacaron las garras en las calles de las ciudades claves del país: Islamabad, Quetta, Peshawar. 
Apenas una muestra de lo que ocurrirá en los próximos días. Corridas por el tiempo, las marchas de ayer fueron más espontáneas que organizadas y ni siquiera hubo la quema de la consabida bandera norteamericana. Pero no por ello resultaron menos espectaculares. En Quetta, al sudoeste del país, unos 10.000 manifestantes agredieron a los periodistas, saquearon algunos comercios, quemaron un cine que pasaba películas norteamericanas e incendiaron bancos y dependencias de organismos internacionales como la ONU. 
En Peshawar eran más bien pocos. Dos mil personas repartidas en tres o cuatro grupos que protagonizaron violentas escaramuzas con la policía en el barrio de la mezquita de Ahhaqina, en el Khyber bazar. Quema de neumáticos, piedrazos contra los periodistas, corridas por las calles e insultos llovieron hasta la una de la tarde, la hora en que comienza una de las cinco plegarias del día. La hospitalidad de los días anteriores había desaparecido. Los gritos contra Estados Unidos salían del fondo del alma, expresados con una violencia emocional y verbal que rozaba la desesperación. �Musharraf es un perro, es un mentiroso, ni siquiera es musulmán, es un hindú�, decía un manifestante. La frase prueba hasta qué punto es grande el divorcio entre el presidente pakistaní y ciertos sectores de la sociedad. En Pakistán, calificar a alguien de Hindú es el peor insulto que se pueda hacer. Al compás del grito �Talibán, talibán, talibán�, los militantes radicales pasaron varias horas provocando a la policía. 
La mera evocación del nombre de Bush o de Musharraf provocaba un inenarrable acceso de ira. �Bush es el Satán más grande del mundo�, decía a Página/12 uno de los manifestantes al que se le unieron en círculo decenas de otros que terminaron lanzando algunos insultos contra los periodistas que los entrevistaban. �Vamos a ponernos bombas en el cuerpo para explotar con ellas y así defender el Islam�, afirmó un islamista que se acercó con ganas de buscar pelea. El muchacho aceptó el diálogo con Página/12 y, traductor de por medio, Ahmel explicó que era su �responsabilidad defender a todos los musulmanes. Lo voy a hacer participando en la guerra santa, yo, mi mujer y mis hijos. Estados Unidos ha lanzado una guerra contra los musulmanes, nos quieren sacrificar con toda nuestra familia. Hay que responder�. Cuando se lo interrogó si veía a un enviado especial latinoamericano como un enemigo afirmó rotundamente que sí. Ahmel admitió que no era igual que un yanqui pero puntualizó su posición diciendo: �Si la guerra santa estallara hoy te mataría lo mismo, pero te mataría con el corazón�. Los que habían escuchado la conferencia de prensa del presidente pakistaní estaban cargados con un encono suplementario. �Musharraf nos mintió, es un traidor. Su política es mala y no es un buen musulmán. Si lo fuera no estaríamos manifestando aquí.� �Musharraf está de rodillas lamiéndole las botas a Blair y Bush. Ha perdido su dignidad y con ella vendió la de nuestro pueblo.� 
Las imágenes de los bombardeos del domingo provocaron un impacto emocional considerable entre las filas fundamentalistas. Sus líderes parecen dispuestos a sacar todo el provecho político de una situación que les otorga un estatuto considerable. Sin embargo, quienes conocen sus entretelones del juego político local aseguran que la gran mayoría de las amenazas que se escuchan �no conducirán a los disturbios ni al desastre anunciado�. Un analista pakistaní comentó a Página/12 que �los partidos políticos religiosos son tan sensibles a las palabras del profeta como a sus cuentas bancarias. El gobierno sabe muy bien cuánto cuesta calmarlos�. Sin embargo, por más minoritarios que sean, los grupos islamistas radicales detentan un auténtico poder desestabilizador. En Peshawar, Quetta o Islamabad, ayer demostraron que sus excesos siguen siendo la expresión de ese sentimiento de humillación que soportan millones de musulmanes. 


LOS PAQUISTANIES, LA PATA MUSULMANA DE LA GUERRA
Ahora se sabe bien paquistán

Por E.F.
Desde Peshawar


Después de que los líderes occidentales desfilaran uno tras otro ante las cámaras de la televisión para justificar las represalias lanzadas contra Afganistán, el lunes le tocó el turno al presidente paquistaní, Parvez Musharraf. El mandatario fue el primer líder de un país musulmán de peso en considerar necesarios los bombardeos del domingo. 
En el curso de la conferencia de prensa, Musharraf aclaró que la ofensiva sería de �corta duración� y aseguró que su país no permitiría el despliegue de �tropas extranjeras� pero reconoció que el espacio aéreo pakistaní permanecería abierto a los aviones norteamericanos. Musharraf confirmó que Islamabad suministraba �apoyo logístico� e �informaciones� a la alianza occidental, ahondando aún más el giro espectacular de la política pakistaní. El jefe del Estado pidió a la opositora Alianza del Norte que no se �aprovechara� de sus conquistas militares para dominar el futuro gobierno afgano y terminó puntualizando que Pakistán no abriría sus fronteras a los desplazados afganos que esperan del otro lado. Musharraf sólo reconoció estar dispuesto a hacer una excepción con las mujeres y los niños, pero sólo �en caso de extrema urgencia�. 
El comienzo de las represalias anglonorteamericanas marcó también el inicio de una purga en las filas del ejército pakistaní acusado de albergar férreos partidarios del régimen de Kabul. Casi simultáneamente a los ataques, Pervez Musharraf efectuó �cambios� de gran magnitud en el seno del aparato militar. El presidente, el vicepresidente del comité del estado mayor del ejército y el jefe de los servicios secretos fueron reemplazados por otros militares estrechamente ligados a Musharraf. El Presidente ha reforzado notablemente su influencia en las estructuras militares, tanto más cuanto que alejó de ellas a varias figuras de los servicios secretos, el ISI, muy comprometido con el poder talibán. 
�Era un signo que estábamos esperando desde hace mucho�, comentaba aliviado un diplomático occidental. Desde que Islamabad �aceptó� aliarse con Washington, las embajadas occidentales temían que las inclinaciones islamistas del ejército diesen lugar a un golpe de Estado o a un cuartelazo de importancia capaz de desencadenar una guerra civil en el país. Con el operativo anglonorteamericano recién comenzado, Musharraf salió al paso de los temores acrecentando su poder en el corazón del aparato militar.


EL TRADUCTOR DE PAGINA/12 QUE VOLVIO A AFGANISTAN
Los ojos de Fayaz camino a Kabul

Por Eduardo Febbro
Desde Peshawar


Vamos a llamarlo Fayaz. A esta hora debe haber llegado a su destino. Se fue de Peshawar en plena noche porque no soportó ver las bombas caer sobre su tierra natal. Hacía demasiado tiempo que no tenía noticias de su familia y ayer decidió partir con destino a Kabul. En lugar de esta nota tendría que haber una entrevista con un gran líder religioso afgano opuesto a la dictadura religiosa de los talibanes. La entrevista fue hecha a la tarde con una traducción resumida y había que transcribirla completa del urdú al español. Fayaz es uno de los intérpretes de Página/12 y tendría que haber hecho su trabajo de traductor. Pero Fayaz se fue. Llegó a las diez de la noche al hotel y dijo: �Me tengo que ir ahora mismo�. 
Los afganos son gente de ojos profundos y luminosos. Ayer, Fayaz los tenía oscuros, envueltos en una tristeza que no le era común. �Me duele el alma, me duele mi país, me duele no saber dónde y cómo está mi familia. Tengo que partir, quiero ir a ver. Salgo ahora clandestinamente para Kabul.� Todo el drama del pueblo afgano estaba en los ojos de Fayaz. Más de 5 millones de refugiados, decenas de miles de hombres y mujeres viviendo en el margen, sin documentos ni permisos de residencia, llevando siempre a cuestas ese negro destino nacional, recordando el millón de muertos de la guerra, las invasiones, las sequías, los lugares de la infancia que no se pueden visitar, pagando todavía el precio de una guerra fría que se acabó hace mucho. Si alguien puede imaginarse a la Argentina con 6 millones de ausentes, pueblos devastados, indiferencia internacional, guerras tribales, pugnas de influencias entre los países fronterizos y las naciones de Occidente, hambre, millones y millones de personas sin rumbo ni futuro posible. Si alguien puede imaginarse una sociedad como ésa, así es Afganistán. Los ojos de Fayaz llevaban anoche todo ese interminable drama encima. 
�Ser afgano es caminar hacia un país que siempre se aleja�, comentaba otro refugiado. Es un país de destinos que cruzan fronteras: médicos que hicieron la guerra contra el Ejército Rojo y ahora trabajan como taxistas en Pakistán, ingenieros que construyen en Europa o EE.UU. los puentes que nunca levantarán en Afganistán. Fayaz se fue en busca de los suyos. Hoy no hay traducción. 


 

 

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