Página/12
en Gran Bretaña
Por Marcelo Justo
Desde Londres
La férrea organización de seguridad montada por la policía británica se llama �Operación Calma�, pero de tranquilizante tiene poco. Unos 4500 policías y un refuerzo adicional de patrulleros armados vigilan las calles, mientras decenas de efectivos fuertemente pertrechados custodian las 24 horas del día edificios oficiales, aeropuertos y la city ante la posibilidad de un ataque terrorista. En los despachos del Ministerio del Interior y de Salud se afinan los planes de emergencia ante la eventualidad de atentados �espectaculares� y ataques con gas sarín o armas biológicas. Sólo el mensaje oficial a la población hace honor al nombre del operativo: mantener la �calma� y la normalidad de la vida cotidiana.
La presencia policial es especialmente visible alrededor de la residencia oficial del primer ministro Tony Blair en 10 Downing Street y de la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, en torno a la Cámara de los Comunes y al corazón financiero de Londres, la City. En los aeropuertos y grandes estaciones ferroviarias grupos de policías armados con ametralladoras se pasean de a dos, mientras que por los altoparlantes se le solicita al público que se mantenga alerta ante la presencia de sospechosos paquetes abandonados. Medidas especiales se adoptaron alrededor de las mezquitas y lugares sociales o de culto islámicos en prevención de un ataque de extrema derecha. En un intento de evitar el pánico, las autoridades insistieron ayer en que no tenían información concreta sobre un posible ataque. �Es una precaución obvia. Mantenerse vigilantes, pero al mismo tiempo, seguir con la vida normal�, declaró el intendente de Londres, Ken Livingstone.
A nivel gubernamental la �normalidad� era escasa. Por la mañana, el primer ministro Tony Blair designó su �gabinete de guerra�, integrado por los ministros de Economía, Defensa, Interior, Desarrollo Internacional y el jefe de la fuerzas armadas, que se reunirá hoy para evaluar la marcha de los operativos en Afganistán. Por la tarde, Blair concedió una entrevista especial a la estación satelital árabe al Jazzeera, con sede en Qatar, que se convirtió en el medio predilecto de Osama bin Laden para transmitir sus llamados a la Guerra Santa contra Estados Unidos. En la entrevista, el primer ministro laborista insistió en la línea oficial que procura diferenciar el Islam del terrorismo. Mientras tanto la Cámara de los Comunes fue reconvenida para debatir la crisis, y el principal partido de oposición, el Conservador, ofreció su pleno apoyo al gobierno de Blair.
Entre el común de los británicos había inquietud y alerta. Muchos que iban a trabajar a la City, uno de los blancos más factibles de ataque, se quejaban de la falta de presencia policial. �Esperaba todavía más, dadas las circunstancias�, se quejó a este diario Sarah Perkins, agente de Bolsa. Otros recordaban que como consecuencia del conflicto en Irlanda del Norte y los atentados del Ejército Republicano Irlandés IRA, Londres ha vivido este clima bélico muchas veces. �Hay que seguir. No se puede parar. La vida continúa�, señaló Peter Empston mientras cruzaba el London Bridge, camino al trabajo.
Un grupo minoritario pero creciente se quejó de que Gran Bretaña fuera blanco de ataque debido al alineamiento del gobierno de Tony Blair con Estados Unidos. �Me parece una barbaridad que se bombardee un país que ya ha sido devastado y que como consecuencia de este absurdo mi familia y yo tengamos que experimentar esta situación de vulnerabilidad�, indicó a
Página/12 el asistente social psiquiátrico Steve Jones. Aunque ninguna fuente oficial prefiriera hablar del tema, muchos analistas oficiosos insistieron e insisten en que el próximo atentado después de Washington y Nueva York podría ser Londres, la capital del aliado Nº1 de Estados Unidos.
HABLA EL VICEDIRECTOR DEL PARLAMENTO
musulman DE GRAN BRETAÑA
�El terrorismo continuará como si nada�
Por M. J.
Desde Londres
Vicedirector del �Parlamento Musulmán�, una organización que representa a los grupos musulmanes en Gran Bretaña, Jaffa Clark criticó la ofensiva militar estadounidense y predijo nuevos ataques terroristas. �Estados Unidos debería regirse por la legalidad internacional. Lo único que logra con este tipo de respuesta es propagar el problema�, señaló a
Página/12.
�¿Qué alternativa tenía Estados Unidos?
�Nosotros pensamos que la acción estadounidense es precipitada. No se consultó como se hubiera debido hacer a organizaciones como la ONU y la conferencia islámica. Bush decidió por sí solo atacar Afganistán en base a los supuestos vínculos de Osama bin Laden con los ataques. Nosotros denunciamos estos atroces ataques terroristas. El 11 de septiembre murieron más de 1500 musulmanes. Pero lo cierto es que no hay pruebas concretas contra Osama bin Laden.
�Sin embargo, Osama bin Laden declaró una Guerra Santa contra Estados Unidos y Occidente hace un par de años. ¿No es esto ya una razón suficiente como para considerarlo una amenaza?
�Osama bin Laden no tiene ninguna autoridad para declarar una Jihad. En el Islam, ésta debe ser declarada por una autoridad islámica. No es que cualquiera puede venir y lanzar una Jihad en nombre del Islam. Es algo que se puede hacer sólo cuando se dan ciertas condiciones. De modo que la Jihad que declaró Osama bin Laden no tiene valor alguno.
�Estados Unidos afirma que tiene claras pruebas de los vínculos entre Osama bin Laden y los responsables del ataque y de los campos de entrenamiento de terroristas en Afganistán.
�Puede ser, pero, ¿por qué no llevó esas pruebas ante una autoridad islámica relevante, ante la Corte Internacional de La Haya o ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas? Las pruebas que mostró hasta ahora son débiles. Y es absurdo castigar en base a eso a Afganistán, un país que sufrió muchísimo en los últimos 20 años.
�¿Qué reacción espera del mundo islámico?
�Totalmente hostil. La política estadounidense ha sido agresiva hacia el mundo musulmán en los últimos años. Por ejemplo, en el conflicto palestino-israelí. A pesar de que la respuesta israelí fue totalmente desproporcionada a la Intifada, Estados Unidos siguió llevando adelante una política claramente pro israelí.
�¿Cree que la oposición fundamentalista a gobiernos como el de Arabia Saudita se fortalecerá?
�El peligro en Arabia Saudita proviene de la minoría Shia. Creo que el gobierno Sunni tiene suficiente riqueza como para distribuir entre su población. De modo que no hay ninguna posibilidad de que pase algo. Es posible que en Irak se reanude la rebelión kurda en el norte del país y que haya una mayor oposición en otros países. El más amenazado por esta situación es, obviamente, Pakistán. En Afganistán me da la impresión de que el gobierno talibán no durará mucho. Pero creo que opondrá una feroz resistencia.
�¿Cree que va haber nuevos ataques terroristas?
�El terrorismo continuará como si nada, porque las causas siguen presentes. A nivel regional, la cuestión palestina, la intransigencia israelí y la política exterior estadounidense no han cambiado. El problema de la pobreza sigue presente. Mientras no cambien estas causas, habrá terrorismo.
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