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EL RIESGO PAIS CERRO CON UN NUEVO RECORD: 1876 PUNTOS
No perdonan ni en feriado

Pese al feriado, Argentina siguió cayendo en la consideración de los inversores financieros. Ahora, el peligro es que, como ocurrió en agosto, la desconfianza se traslade a los depositantes bancarios.


El bombardeo norteamericano sobre Afganistán casi no afectó a los mercados mundiales.
En Wall Street, el índice de empresas líderes (Dow Jones) perdió apenas 0,6 por ciento.

A pesar del feriado, ayer fue una jornada complicada desde el punto de vista bursátil. En Nueva York, los certificados de acciones argentinas (denominados ADR) mostraron bajas de hasta 3,3 por ciento, como fue el caso de BBVA Banco Francés. En tanto, y pese a que ni en la city porteña ni en Wall Street hubo operaciones con títulos públicos, el riesgo país subió 8 puntos, a 1876, debido a que se registraron caídas en los bonos argentinos con cotización en Europa. Más que el clima de guerra tras la ofensiva militar estadounidense sobre Afganistán, que tuvo poco impacto en los mercados mundiales, la mala onda de los inversores con los papeles argentinos responde a que nadie imagina dónde puede estar la puerta de salida de la recesión.
Si bien ayer en Nueva York hubo negocios con acciones, la reacción de los mercados al inicio de la guerra recién podrá medirse hoy. Por el feriado del �Columbus Day�, en Estados Unidos los bancos estuvieron cerrados y los analistas no fueron a sus oficinas. Y no hubo operaciones con bonos de la deuda. En ese contexto, el volumen de operaciones con papeles empresarios fue sensiblemente inferior al normal y hubo muy poca variación en los índices. El Dow Jones perdió 0,6 por ciento y el Nasdaq (panel tecnológico) apenas se movió: subió 0,04 por ciento. En los principales recintos europeos se registraron leves subas. La bolsa madrileña, por caso, avanzó 0,7 por ciento, mientras que la de París y la de Francfort mejoraron el 0,2. �Los financistas no fueron sorprendidos por la acción militar. Ya estaba anunciada, y lo único desconocido era el momento en que se llevaría a cabo�, señaló a Página/12 Rafael Ber, director de la consultora Argentine Research.
Carlos Pérez, director ejecutivo de la Fundación Capital, apuntó, por su parte, que el comienzo de la guerra perjudicará a la Argentina. �En este contexto, se repotenciará el vuelo hacia la calidad de los inversores. Antes de apostar por los activos de los emergentes, los financistas buscarán lo más seguro, escudándose en los mercados desarrollados. Si bien hace rato que la Argentina no recibe fondos frescos, se verá impactada por el efecto contagio�, analizó Pérez en diálogo con este diario. Pero este no es el único escenario que complica a Fernando de la Rúa. El riesgo país en niveles record y las acciones a precio de remate son muestra de que la confianza de los inversores en que la Argentina podrá superar la crisis se encuentra por el piso. Frente a este panorama, los ADR de Telecom cayeron 2,5 por ciento, lo mismo que los de Grupo Financiero Galicia. Los de Pérez Companc, en tanto, cedieron 1 por ciento.
El problema se potencia cuando son los propios ahorristas quienes descreen de la estrategia del Gobierno para sacar a la economía del pozo. En ese sentido, más que en los precios de los bonos o de las acciones la clave económica en el corto plazo depende de la evolución de los depósitos. No importa tanto que el riesgo país sea de 1200 o de 1900. Ambos casos refieren a que el crédito externo e interno para el Gobierno está cortado. Pero si vuelve a producirse una corrida para retirar los depósitos bancarios, podría sobrevenir un descalabro económico mayor, ya que en esta oportunidad difícilmente el gobierno pudiera conseguir otro paquete de salvataje financiero de Washington.
Tanto los financistas como los principales funcionarios del Gobierno seguirán con atención esta semana lo que suceda con las colocaciones bancarias. Según voceros del Banco Central, las turbulencias financieras y la ola de rumores sobre el rumbo económico no se tradujeron en salidas de depósitos la semana pasada. Pero el principal temor del Gobierno es que sigan los problemas en las jornadas previas a las elecciones. Y se vean obligados a lanzar medidas de apuro para apaciguar los ánimos.
En ese sentido, la relativa calma de los mercados en el día después de los ataques a Afganistán podría ayudar a tranquilizar a los inversores. A menos que los financistas y los ahorristas perciban que la Argentina se caerá por el precipicio dando lugar a una corrida.

 

EL REAL Y EL PESO CHILENO SIGUEN DEVALUANDOSE 
Todos juntos en las malas

Al mediodía pareció que se venía lo peor. El real orillaba 2,81 unidades por dólar y los operadores apostaban en que se quebraría el record del Día de la Primavera, de 2,835. Pero el Banco Central de Brasil intervino justo para que la devaluación no ensombreciera la visita de Fernando de la Rúa a ese país. Al final, el real cerró en 2,77 por dólar, casi un centavo mejor que el viernes. Pero su inestabilidad da cuenta de una crisis que está impactando en los socios del Mercosur. A diferencia de otras veces, cuando su economía pareció estar blindada, ahora Chile también es víctima. El peso chileno terminó ayer en un valor record de 714 unidades por dólar. A comienzos de año, el peso chileno se ubicaba en 574.
Para detener la escalada del dólar, Arminio Fraga, presidente del Banco Central de Brasil, se vio obligado a intervenir en dos oportunidades. Primero a la mañana y luego a media tarde, el BC emitió títulos públicos dolarizados. Es decir, con una rentabilidad que se ajusta a la evolución del tipo de cambio. En total emitió 824 millones de dólares y recién entonces logró quitarle presión al mercado cambiario. No obstante, las acciones volvieron a caer, esta vez el 1 por ciento.
La solución elegida por el gobierno brasileño para defender la moneda podría complicar las cosas en el futuro. Con la emisión de bonos atados al dólar, Fraga no hace más que dolarizar la deuda interna. Un hecho que dejó a la Argentina contra las cuerdas. Por otra parte, esos títulos son de corto plazo, con vencimiento en junio de 2002.
No caben dudas de que la crisis argentina golpea muy fuerte a los vecinos. Y que la continua devaluación de sus monedas afecta, a su vez, a la Argentina.

 

 

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