Por F.C.
Como era de esperar, que el presidente Fernando de la Rúa admitiera por primera vez que tiene en mente hacer cambios en su gabinete sirvió como disparador de rumores en Gobierno. Una de esas versiones indicaría que los gremios de los �gordos� estarían operando para que, en el torbellino de cambios, consigan colocar un funcionario amigo en el Ministerio de Trabajo. Eso implicaría desplazar a la ministra Patricia Bullrich, quien iría a ocupar el �superministerio� que se ocupará de manejar toda la ayuda social. Sin embargo, el supuesto ascenso no conformaría a la ministra: ella �según un allegado� considera que la mayor parte de la cartera laboral debe pasar a formar parte de su supuesto nuevo ministerio, anticipando una posible futura interna. Mientras, todavía no hay nadie que se anime a decir si los cambios serán esta semana o la que viene.
El secretario de Empleo y segundo de Bullrich, el frepasista Enrique Martínez, se encontró ayer a la mañana en Olivos con el Presidente, quien le confirmó su intención de mantenerlo en el cargo. �Me pidió que transmita al resto de mis compañeros que tiene vocación de seguir trabajando junto al Frepaso�, explicó Martínez. El secretario le explicó cómo están distribuyendo los planes laborales en el norte del país y quedaron que había que estudiar la posibilidad de crear un Comité de Empleo, de manera de centralizar en una oficina toda la política laboral.
La continuidad del Frepaso luego de las elecciones es una de las incógnitas a resolver en los próximos días. Cada vez con menos sordina, el ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, anticipa que renunciará en caso de que le recorten los fondos de la asistencia (ver nota principal). Pero, en principio, Cafiero, Martínez y el jefe del bloque de diputados, Darío Alessandro, tendrían la intención de permanecer dentro de la gestión aliancista, al menos hasta que los echen.
Claro que la continuidad de Cafiero también está íntimamente ligada a lo que suceda con Bullrich y el superministerio que uniría en una sola cartera los actuales ministerios de Salud, Desarrollo Social y parte de Trabajo. Cerca de la ministra prendieron las luces de alerta por la posibilidad de una avanzada de los gremios que conducen la CGT para encumbrar a alguien acorde a su paladar al frente de Trabajo. El presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual, tiene fumata blanca entre los gremialistas. Aunque también puede tallar ahí algún recomendado del ex ministro Enrique �Coti� Nosiglia, operador dilecto de los �gordos� en el entorno delarruista. En caso de que la presunta avanzada triunfe, creen en las cercanías de la ministra, significaría un retroceso en la política de transparentar las arcas sindicales. �No habría que confundir diálogo con subordinación�, marcan en Trabajo cómo debería ser la relación con los gremialistas.
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