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POR UN CONFLICTO ENTRE UNA EMPRESA Y EL GOBIERNO
El Fernández, sin tomógrafo 

Por Eduardo Videla

Un conflicto entre una empresa privada y el gobierno porteño dejó al Hospital Fernández sin tomógrafo: el aparato se rompió hace un mes y la empresa concesionaria del servicio no lo repara porque la Ciudad no le paga desde hace dos años; el gobierno porteño, a su vez, desconoce el contrato, firmado en la época del intendente Carlos Grosso, ya que los precios que se cobran por cada estudio son muy superiores a los de mercado. De esta manera, el hospital, principal centro de emergencias de la Ciudad, debe derivar pacientes a otros centros para hacer esos estudios. 
La empresa Imágenes Computarizadas Médicas (ICM) explota el servicio de tomografías computadas del Fernández desde 1993, a partir de un contrato firmado dos años. En 1999, la Procuración General porteña declaró nulo ese contrato, al detectar que �no se ajustaba al régimen de contrataciones�, con lo cual se dejó de pagar la prestación.
ICM siguió haciendo tomografías hasta principios de setiembre: �El tubo del equipo se quemó y su recambio cuesta 25.000. La empresa dice que no tiene medios para cambiarlo�, dijo a Página/12 Cristina Afione, médica del Fernández y supervisora del servicio. 
El subprocurador de la ciudad, Víctor Vanini, confirmó a este diario que la ciudad no está pagando a ICM. �Hay un juicio iniciado por la empresa y una actuación administrativa. Hasta que no se resuelva esto no se puede hacer ningún pago: sería mucho peor para la ciudad pagar un servicio que está muy por encima de los precios testigo�, argumentó el funcionario.
La Procuración le propondrá hoy a la empresa suspender el juicio y analizar la deuda. �Hay una prestación que se realizó y hay que pagarla, pero hay que rediscutir los precios�, dijo Vanini. Fuentes de la Secretaría de Salud sostienen que la empresa cobra 120 pesos por cada tomografía, mientras otras concesionarias en hospitales porteños facturan 72 pesos. ICM prefirió no dar su versión sobre el conflicto.
El tomógrafo del Fernández tiene una historia particular, que nació en julio de 1991, cuando el actor Adrián Ghío sufrió un grave accidente y debió ser trasladado a otro centro asistencial para someterse a una tomografía computada. Ghío falleció poco después. La Asociación Argentina de Actores organizó entonces una colecta para equipar al hospital con un tomógrafo. Pero el gobierno de Grosso prefirió concesionar el servicio y el dinero fue destinado a comprar otros equipos para el hospital. 
Otras concesiones otorgadas en la misma época, en los que se estaban pagando 170 pesos por tomografía, fueron renegociadas y se bajaron a 72 pesos, explicó el director de Diagnóstico y Tratamiento, Héctor Berzel. El sistema de salud porteño cuenta hoy con once tomógrafos �incluido el del Fernández�, de los cuales cinco son propiedad de la ciudad.

 

 

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