El escritor argentino Ricardo Piglia ganó ayer en Madrid la primera edición del Premio Bartolomé March a la Crítica, en la categoría de mejor libro de ensayo literario. El autor de La ciudad ausente obtuvo el galardón por su libro Formas breves, considerado por el jurado �un texto elegante y convincente sobre los valores literarios, la lectura inteligente y la forma breve como género híbrido, entre creación y ensayo, capaz de expresar en pocas palabras aspectos esenciales de la literatura�.
En el rubro de mejor artículo literario, el premio fue para el escritor y crítico literario español Andrés Ibáñez por �Hacia una literatura simbiótica�, publicado en el diario ABC y dedicado a la novela Mason & Dixon, de Thomas Pynchon. El galardón ofrece dos millones de pesetas (unos 11.000 dólares) para el mejor libro y la mitad para el mejor artículo. Los responsables de su creación apuntaron que intentan ayudar al reconocimiento masivo de la labor de la crítica literaria en el mundo de habla hispana.
Los ganadores fueron elegidos por un jurado integrado por Félix de Azúa, Basilio Baltasar (director de la Fundación Bartolomé March), Guillermo Cabrera Infante, Jean-François Fogel, Luis Goytisolo, Fernando Savater, Eduardo Mendoza, Elide Pitarello y Jorge Volpi. El jurado concedió además una mención especial a la Revista de Libros por su �comprometida labor editorial en favor de una crítica rigurosa�. Piglia, que no asistió a la ceremonia en que se conoció su distinción por encontrarse en Buenos Aires, cree que un buen crítico suele encontrar su propia vida en el interior de los libros que lee. �El piensa a la crítica como una forma moderna de la autobiografía�, puntualizó ayer su editor español, Jorge Herralde, de la editorial Anagrama.
Piglia ganó en 1997 la edición argentina del Premio planeta, por su novela Plata quemada, llevada luego al cine por Marcelo Piñeyro. La concesión del premio originó una polémica, ya que se descontaba que un autor de su trayectoria no se presentaba a concursos. Piglia respondió que los 40 mil dólares del premio le permitirían trabajar en sus proyectos con mayor independencia económica. �Ese dinero me servirá para comprar tiempo�, subrayó.
Piglia, que tiene 58 años, es autor de Invasión, Nombre falso, Respiración artificial, Prisión perpetua y La ciudad ausente. En buena parte de sus obras, es notorio el cruce entre la crítica y la producción literaria, la creación de un mundo de relaciones y reflexiones que se retroalimentan. �Un escritor es también un crítico�, ha afirmado ela utor en el pasado. �Auden decía que todo escritor tiene un crítico personal que sólo se ocupa de su obra y a quien no le interesa ninguna otra. Un crítico privado, que todo lo lee en relación con esa obra en marcha. ¿Y qué busca ese crítico? Bueno, no tener que leer siempre lo mismo. ¿De dónde tiene uno que zafar? Cualquiera que escribe sabe que el problema son los tonos, lo que se repite son los tonos, no las anécdotas, porque es el fraseo el que construye la historia�.
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