Por Emanuel Respighi
El seguimiento de los
casos que investigamos le demuestran a los televidentes que no están
viendo sólo un ciclo de denuncias y pálidas, ya que se consiguen
resultados en la Justicia, dice María Laura Santillán.
La gente siente que su denuncia sirve. Es un buen mensaje saber
que todos, desde el que denuncia hasta el pueblo, podemos modificar un
poco el estado de cosas. Creo que brindamos, si se quiere, una mirada
cargada de esperanza. Con estas palabras, Santillán explica
la fórmula del éxito de Telenoche investiga,
el programa periodístico de investigación que esta noche
comenzará su segunda temporada desde las 23, por Canal 13. Acompañada
en la conducción por Juan Miceli (junto a Luis Otero, Sergio Elguezábal
y Miriam Lewin en las investigaciones), el ciclo mantendrá su estructura
original, aunque contará con tres nuevas secciones que se sumarán
a las que ya existían el año pasado.
Servicios públicos será un espacio semanal dedicado
exclusivamente al seguimiento de las empresas privatizadas. La guía
estará destinada a desenmascarar a los estafadores de turno y a
las zonas en que operan, mientras que El misterio tendrá
la intención de retomar hechos pasados a partir de nuevas investigaciones,
que aportan nuevos datos. Todo con la intención de mejorar el ciclo
y no perder terreno en un género que, con la llegada a Azul TV
de Zona de investigación, pareciera haber sido adoptado
por la televisión. No me gusta comparar `Telenoche investiga
con otros ciclos. El secreto es mirar para adentro: tener un equipo afianzado,
trabajar una idea, potenciar los talentos. El que mira para afuera, ya
sea para comparar o para copiar, sobrevive poco tiempo. Nosotros confiamos
en nuestra idea. Sólo miramos la franja horaria, explica
en la entrevista con Página/12 Santillán, junto a Miceli.
¿Cuál es entonces el rasgo distintivo de Telenoche
investiga respecto de los otros programas del mismo género
que se ven en TV?
J. M.: Los otros programas trabajan más con la actualidad.
El nuestro está por fuera de la agenda de la actualidad. Nuestro
único contacto con la actualidad es cuando destapamos un caso y
tiene repercusiones en otros medios.
M. L. S.: Además, hay algo muy distintivo: todo lo que publicamos
tiene una prueba. Nosotros siempre mostramos la publicación junto
con la prueba, no nos basamos en trascendidos o rumores. Ese es nuestro
patrimonio. Las investigaciones pueden ser pocas, pero todas se sustentan
en pruebas que demuestran que lo que investigamos es cierto. Por más
que nosotros sepamos cosas, la nota no sale hasta que no la podamos demostrar.
Ni siquiera las comentamos. En cambio, en otros programas periodísticos
se cuentan muchas cosas. Nosotros no contamos, mostramos los sucesos.
¿Sienten que están ocupando un espacio que el deterioro
de la Justicia dejó vacante?
J. M.: No. La Justicia ocupará el lugar que puede y nosotros
también. Como la justicia está devaluada, es lógico
que la gente nos vea cumpliendo ese rol. Pero nosotros no tenemos la autorización
para realizar un allanamiento o para obligar a alguien a dar un testimonio.
Obviamente que nos pone contentos que una investigación sea tomada
por la Justicia para iniciar una demanda. Pero no venimos a reemplazar
a la Justicia. Aunque la recepción que el público hace del
programa es inmanejable.
M. L. S.: No nos interesa, ya que no tenemos ni vocación
ni espíritu de justicieros. Lo único que nos interesa es
el periodismo, que es nuestra vocación. Y cuando los resultados
tienen eco en otros medios y sirven como prueba en la Justicia, nos motiva
para seguir trabajando. Pero nuestro cometido es el trabajo de investigación
periodística para el programa. Hasta ahí llegamos. Supongo
que cuando las instituciones ocupen el lugar que deben ocupar, todos ocuparemos
el lugar que debemos. Pero, aún si la Justicia funcionara correctamente,
nosotros igualmente hubiésemos hechoperiodismo de investigación.
No hay una relación simétrica entre la falta de justicia
y nuestra existencia.
¿Es complicado transformar investigaciones densas en historias
atractivas para televisión?
J. M.: Desde un comienzo, cuando sólo era una sección,
el desafío era hacer comprensibles los temas complejos, ya que
la TV debe llegar a todos. Esto lleva un trabajo muy complejo de posproducción,
en el que los guiones son muy útiles, ya que estamos contando historias
nuevas que la gente desconoce por completo. La clave de Telenoche
investiga es que la gente mira el programa y entiende el problema
que se plantea. Mientras que en otros programas, el funcionamiento es
pegar tres reportajes y compaginarlos como se pueda en una hora. A nosotros
nos interesa que el público entienda los hechos. Ese es el valor
principal del programa.
M. L. S.: Contar una historia es un enorme desafío, que necesita
de mucho talento. La manera fácil y cómoda es estructurarla
bajo un modelo bipolar. Nuestra idea es mostrar la complejidad del problema,
pero que a su vez sea simple. Sin plantear todo como blanco o negro, sino
también mostrar los grises, el problema. Creo que el equipo de
Telenoche investiga sabe contar las historias desde hace ya
siete años, con un gran trabajo de la imagen y de los guiones.
Este año habrá una sección que investigará
los servicios públicos, ¿la idea es cuestionar la lógica
y los contratos de las privatizaciones o se enfocará la mirada
en hechos puntuales?
M. L. S.: Nosotros tenemos la política de no realizar cuestionamientos
editoriales. Básicamente hacemos periodismo con un tema que creemos
que es noticia. Nos basamos en casos que le suceden a la gente, tales
como las tarifas o el trato que brindan a los usuarios. Lo que hacemos
es mostrar qué es lo que hacen con el contribuyente las eficientes
empresas de servicios públicos. Nos metemos con todas las empresas
privatizadas, tratando de mostrar los distintos problemas que cada una
tiene, con la intención de que mejoren su servicio.
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