Por Angel Berlanga
Con el planteo y la idea de
hacer de cada programa un objeto artístico, en palabras
de su conductor, Caloi en su tinta inaugura esta noche a las
23.30 una nueva temporada, a través de la señal de cable
Canal á. El ciclo estará compuesto, inicialmente, por trece
programas de media hora cada uno, y sus materiales principales serán,
como es costumbre, fabulosas películas de las más variadas
y a veces increíbles técnicas de animación hechas
en diversos lugares del mundo.
Puede resultar innecesario, en la Argentina, contar de la trayectoria
de Caloi, pero como la señal de Canal á se desparrama por
Latinoamérica, el primer programa dedica un bloque inicial de presentación
carente de toda humildad, donde se cuenta que el hombre se
llama Carlos Loiseau, que es el autor de Clemente bicho próximo
a cumplir 30 años y que el ciclo estuvo diez años
en el aire. En realidad soy el mascarón de proa del programa,
dice Caloi en su estudio, frente a la arboleda de Parque Lezama, en Buenos
Aires, y entonces da una vuelta de tuerca al asunto de la humildad y al
mismo tiempo subraya que su mujer, María Verónica Ramírez,
productora y directora del programa, es quien se ocupa de seleccionar
el material que se pone en pantalla y de llevar adelante el grueso del
trabajo.
Ponemos en el aire el diez por ciento de lo que recibimos,
dice Caloi, y se lamenta por no poder exhibir algunas películas
eróticas excelentes pero demasiado zarpadas, explica, para la televisión.
Esa abundancia de material está relacionada con los doce años
que llevan de trabajo y contrasta con los comienzos, cuando recorrían
embajadas de los países del Este en busca de películas y
apenas recibían una respuesta por cada cinco faxes enviados. En
el camino, se enteraron de que no hay en el mundo otro programa de TV
dedicado especialmente a la animación, que explique las técnicas
y se detenga sobre los autores, que relacione esas películas con
otros artistas y disciplinas (pintura, escultura, diseño gráfico,
historieta), y que esté hilvanado con un perfil-conducción
de tono humorístico. A lo largo de ese tiempo, también,
consiguieron formar parte del festival anual de Annecy, Francia, el más
importante del mundo en películas de animación.
Durante el cambalache menemista, Caloi en su tinta fue el
diamante que brilló a lo largo de una década en el lodazal
que fue ATC. Cuenta Caloi que todavía le adeudan los pagos correspondientes
a 1999 (su último ciclo en el canal) y que las autoridades de la
administración actual le ofrecieron seguir, pero sin hacerse cargo
de la deuda. No hubo acuerdo y ahora están en juicio. Mientras
tanto, Caloi destaca dos ventajas del nuevo ciclo: El formato de
media hora nos obliga a una síntesis, que resulta mucho más
interesante: no aparece Sofovich en el corte. Esto puede parecer
una broma, pero según Caloi queremos hacer del programa un
objeto artístico. Hay un gran trabajo de preselección de
películas y de relación con otros materiales.
Caloi anticipa que el ciclo incluye varias películas que obtuvieron
premios Oscar en la categoría dedicada al cine de animación,
y subraya que la calidad de los trabajos premiados afirma que el rubro
no está contaminado por el negocio de Hollywood. Un espacio
para cine de autor de dibujo animado, define Caloi en la presentación
del programa que incluye, en esta primera entrega, un corto llamado Mirando
TV, del canadiense Christopher Hinton: cinco minutos elocuentes sobre
la violencia, la televisión y el mundo. Toda una declaración
de principios, según Caloi.
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