CIERRE
DE CAMPAÑA DE LA ALIANZA EN CAPITAL
Para volver como en el 83
Por Santiago Rodríguez
No hubo mucho clima de cierre
de campaña; sólo cinco banderas colgando de los palcos tres
del radicalismo y dos del Frepaso y un cantito que, si bien tibio,
fue suficiente para dar la pauta de lo que esperan los aliancistas porteños
de las elecciones del próximo domingo: Volveremos otra vez/volveremos
a ser gobierno como en el 83. El candidato a senador de la
Alianza, Rodolfo Terragno, no llegó al punto de desconocer la gestión
de Fernando de la Rúa, pero sí fue claro en cuanto a que
no hay duda que se debe cambiar la política económica
y éste es el momento. Y en busca de los votos para asegurarse
una victoria señalada en las encuestas ver páginas
10 y 11 anunció que seguiré ganándome
la vida como hoy y no voy a percibir ninguna dieta del Senado. En
el último acto de campaña de la coalición en la ciudad,
de los adversarios se encargó Vilma Ibarra, quien cuestionó
que el ARI esconda a sus candidatos detrás de la figura de
Elisa Carrió.
Cuando los candidatos a senadores y los dos primeros postulantes a diputados
aliancistas, María América González y Aldo Neri,
aparecieron en el escenario y tomados de la mano alzaron sus brazos para
el saludo de rigor el Teatro Avenida estalló por segunda vez en
aplausos y adquirió por un instante algo del calor que sí
hubo en la calle, donde la militancia siguió el acto en un par
de pantallas gigantes al ritmo de varios bombos. El primero de los aplausos
se lo llevó el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra,
al entrar a la sala y los que siguieron llegaron para coronar algún
tramo de los discursos de los cuatro candidatos.
Rodito, te amo, le gritó una admiradora apenas Terragno
se paró detrás del atril desde el que se dirigió
a los presentes. El candidato sonrió y el efusivo arranque de la
dama radical le sirvió para hacer más corta la espera de
un nuevo micrófono. Es que el que estaba preparado no funcionó
y dio pie a otra exclamación que más de uno festejó:
Cavallo cortó el cable.
Contra la costumbre, Terragno habló primero para aparecer en el
horario central de televisión y su discurso fue casi una síntesis
de lo que ha dicho desde que empezó la campaña. Dijo una
vez más que estoy fuera del Gobierno porque nunca dejé
de pensar y decir que la actual política económica
traería más recesión, desempleo, déficit,
deuda, pobreza y desigualdad. También repitió sus
slogans contra Cavallo y aseguró que creemos de verdad que
quien recorta en educación es un ignorante.
Si hay bomberos voluntarios porqué no puede haber un legislador
voluntario en la Argentina, se preguntó Terragno al adelantar
que renunciará a su dieta y después de hacer otro anuncio
que lleva el sello típico de sus ideas: Hemos decidido escriturar
nuestras promesas y mañana (por hoy) nos presentaremos en el Colegio
de Escribanos a documentar lo que nos comprometemos a hacer en el Congreso.
El compromiso votar en contra de cualquier rebaja a jubilados y
pensionados y obreros y empleados y de la reducción del presupuesto
en salud y educación.
Frente a la primera línea del gobierno porteño al
que reivindicó porque mantiene las ideas originales de la
Alianza y a dirigentes como Darío Alessandro, Jesús
Rodríguez, Pinky y Marcelo Stubrin, Terragno terminó con
una exhortación al electorado que desató la mayor ovación
de la noche: Déjenme hacer realidad mi sueño, demostrar
que hay motivos para creer, que la Argentina del Siglo XXI no era una
fantasía y que este país puede y va a ser el que nos merecemos.
Vilma Ibarra también reivindicó la gestión de su
hermano porque supimos mantener unida nuestra coalición
e implementamos políticas activas, tenemos el mayor presupuesto
en la historia en educación y el plan más ambicioso de ampliación
de subtes. Después señaló que los aliancistas
porteños además de compromisos éticos, tenemos
compromisos de gestión y volvió sobre el ARI al plantear:
El debate hoy es si al Senado entra Susana Rinaldi o yo y ella hasta
ahora no aceptó un solo debate público depropuestas, trayectoria
y solvencia. Es una vergüenza que el ARI esconda a sus candidatos
tras el discurso de la verdad porque no es verdad
criticar la lista sábana y esconderse detrás de Carrió.
Un ultimátum
del pueblo
Espero que el 15 de octubre Dios le dé sabiduría
al Presidente de la Nación para leer el resultado de las
urnas y producir cambios en el modelo económico, porque la
elección del domingo va a ser un ultimátum del pueblo.
El candidato a senador nacional bonaerense por el PJ, Eduardo Duhalde,
no se anduvo con vueltas en el acto realizado anoche en el club
Banco Provincia de City Bell, en las afueras de La Plata. Además
de hacerle recomendaciones a Fernando de la Rúa, aseguró
que en las elecciones del domingo el peronismo sacará
la mayor diferencia desde 1983, en relación al partido que
salga segundo.
Ante un gimnasio colmado de militantes, el ex gobernador bonaerense
disparó contra el modelo económico, al que calificó
de verdadera fábrica de pobreza y que viene ahora por
los grandes negocios que quedan en la Argentina, como la salud,
las jubilaciones y las provincias. Acompañado por su
compañera de fórmula Mabel Müller, el ex vicepresidente
de Carlos Menem consideró que el pueblo dirá
basta y levantará una barrera infranqueable de hombres y
mujeres para decirle al gobierno que termine con esta economía
que está matando a la patria.
El acto de anoche sólo fue un anticipo del cierre de campaña,
previsto para hoy a las 17 y 30 en el club Huracán de San
Justo, cabecera del partido de La Matanza y tradicional bastión
peronista.
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DUHALDE
LLEGO TARDE Y HABLARON POR TURNO
Sin debate en la provincia
Iba a ser un debate entre los
candidatos a senadores bonaerenses, pero Eduardo Duhalde, el del PJ, avisó
a último momento que no llegaría a tiempo. Obvio,
¿para qué se va a sentar él, que está ganando,
a debatir con Alfonsín, que va a hacer una elección lamentable?,
razonó el candidato de un partido chico que esperaba su turno en
el estudio donde se grabó la emisión de A dos voces
que se vio anoche. Frustrado el contrapunto, los postulantes expusieron
por separado. Primero el candidato de la Alianza en la provincia, Raúl
Alfonsín. Le siguió una breve intervención del candidato
del ARI, Jorge Barrachia, y de Luis Farinello, del Polo Social. Duhalde,
tarde, pero seguro, cerró el encuentro.
Sentado con los pantalones arremangados hasta casi las rodillas, Alfonsín
fue el primero en contestarles a Marcelo Bonelli y Gustavo Silvestre,
conductores del programa, por qué quiere ser senador. Creo
que puedo volcar la experiencia propia, la que duele, puedo aportar mi
sentido de la austeridad, mi sensibilidad social, dijo. Y reiteró
que el problema de la Argentina son los diez años de neoliberalismo.
Cuando le preguntaron si De la Rúa no había profundizado
esa política, por caso poniendo a Cavallo en Economía. Alfonsín
contestó que no. El problema es el mercado autorregulado.
Y De la Rúa puso a Cavallo porque creyó que iba a tranquilizar
a los mercados, dijo, y bromeó con el índice de ayer
del riesgo país, que nos dejó en el primer puesto mundial,
por encima de Nigeria: Y bueno, ellos nos ganaron al fútbol,
alguna vez les teníamos que ganar nosotros.
A su turno, Farinello aseguró que en el país no hay
un gobierno argentino, sino que gobiernan los grupos económicos.
Barrachia, intendente de Trenque Lauquen, mencionó las tres posibilidades
que tiene el gobierno a partir del 15 de octubre: Una es que el
Presidente se de cuenta del mensaje del pueblo, vuelva a leer la Carta
a los Argentinos y decida cambiar el rumbo. Otra es que siga con el modelo
y reprima el caos social que va a venir. Y la tercera es que no termine
su mandato.
Finalmente fue el turno de Duhalde, candidato mimado de las encuestas.
El ex gobernador volvió a pronosticar que si la economía
Argentina sigue en depresión sobrevendrá el caos,
habló de la necesidad de desplazar a la comunidad financiera
para defender los intereses nacionales y aseguró que es imposible
que después de la derrota del 14 de octubre el Presidente no
se de cuenta de que el 90 por ciento de los argentinos quiere cambiar
el modelo.
ENERGICO
ACTO DE CIERRE DEL ARI EN FERRO
Hay cuero, hay agallas
Por Felipe Yapur
Fue un típico acto de
campaña, pancartas con la caras de Elisa Carrió, Eva Perón,
Leandro N. Alem, bombos, redoblantes, volantes y el infaltable humo y
olor a choripán. Con la presencia de algo más de 3.500 personas
en el microestadio de Ferro, la coalición de centroizquierda que
lidera Carrió cerró anoche su primera campaña electoral.
La diputada chaqueña fue la única oradora, apeló
a quebrar el escepticismo y advirtió que el ARI
no promete nada. Sólo decimos que no robaremos, ni mentiremos ni
votaremos jamás contra los pobres, sintetizó mientras
la rodeaban la mayoría de los candidatos de su fuerza política
a quienes calificó como verdaderos testimonios de vida y
de lucha.
Tras una rápida presentación de los candidatos de los 17
distritos donde se presenta el ARI, la legisladora buscó desentrañar
el origen de la crisis argentina. Dijo que se encontraba en el virus
de la impunidad. Este virus bramó la radical
disidente comenzó con los desaparecidos de los setenta, creció
con el Punto Final, la Obediencia Debida y los indultos y se afianzó
en los 90 con los excluidos del modelo económico.
A renglón seguido, y para regocijo de sus seguidores que aplaudían
a rabiar cada frase, la legisladora señaló como a uno de
los responsables de este proceso al ministro de Economía, Domingo
Cavallo: Condujo el robo del siglo que comenzó en 1982 con
la estatización de la deuda, continuó 10 años después
con el Plan Brady y concluyó en 2001 con el megacanje por el que
será indagado junto a Daniel Marx, (Eduardo) Escasany, (David)
Mulford y muchos de los que nos robaron.
Para ese entonces, los militantes del ARI saltaban y gritaban al compás
de la consigna yo te daré, patria mía, una cosa que
empieza con C: Carrió. Esto provocó que en más
de una oportunidad, la legisladora pidiera silencio para poder continuar.
Pero la barra poco caso le hizo, Carrió provocó más
gritos y aplausos cuando denunció las campañas sucias
que se realizaron en contra del ARI y sobre su persona. Con el dedo índice
apuntando hacia arriba advirtió: Hay cuero, hay agallas,
hay coraje para resistir.
Luego destacó la decisión de su partido de no recibir contribuciones
de dinero provenientes de empresarios y realizó una sucinta rendición
de gastos: Sólo gasté 113 mil pesos en la Capital
Federal. Cifra que incluyeron los gastos de viajes al interior y los pasajes
de mis custodias. Fue así que se preguntó: ¿Cuántos
millones de dólares gastaron cada uno de los candidatos de la Capital
Federal y la provincia de Buenos Aires, que pronuncian discursos en contra
del establishment?. No esperó ninguna respuesta e inmediatamente
afirmó que si las campañas políticas las financian
los ricos, aunque luego se dirijan o apunten hacia los pobres, se termina
fatalmente gobernando para los ricos.
Las referencias a los candidatos de las otras fuerzas escasearon. En una
sola oportunidad Carrió nombró a Rodolfo Terragno, el candidato
a senador por la Alianza. De este dijo que era incapaz de meter
los pies en el barro para cambiar el modelo. Habla mal de (Fernando) De
la Rúa para que lo crean opositor.
En medio de la alegría, hubo algunos desencuentros. La llegada
al estadio de la ex frepasista Mary Sánchez puso nervioso al concejal
(y también ex frepasista) Diego Bonadeo, quien no dudó en
cuestionarle la presencia. No pasó a mayores la discusión.
Bonadeo se contentó con subir al escenario y Sánchez con
darle un beso a Carrió. Alejados de los chispazos de ex miembros
del Frepaso, los funcionarios del gobierno porteño, Liliana Chiernajowsky
y Eduardo Jozami, comentaban los pormenores de la campaña en la
que participaron de su armado.
Cuando concluyó el discurso, todos entonaron el himno nacional.
Los candidatos, exultantes, cantaban a voz en cuello y cuando llegó
el estribillo final, cada uno demostró su pertenencia ideológica.
Losperonistas con los dedos en V y los socialistas con sus puños
alzados. Carrió se limitó a apretar su rosario y a apoyarse
en Bravo.
OPINION
Por Diego Bonadeo
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Votar por algo
Imaginemos el 15 de octubre, el día siguiente a las elecciones,
a quienes propiciaron el voto en blanco, el voto impugnado, el voto
recurrido o el voto nulo.
¿Qué habrán conseguido? Solamente que en la
nómina final del escrutinio se registren menos votos positivos.
Haciéndonos cargo todos de la necesidad de cambios profundos,
queda claro que la única manera de lograrlo es votar por
algo o por alguien. El argumento en algunos casos pueril, en otros
bizarro, pero a veces también falaz de que hay que votar
a Clemente porque Clemente no tiene ni brazos ni manos y por lo
tanto no robará, no evitará que quienes desde la política
nos han estado robando hasta ahora lo sigan haciendo. Porque Clemente
es solamente un símbolo de la ficción y no podrá
evitar que los mafiosos enquistados en la política sigan
firmando con las manos que Clemente no tiene, jubilaciones de privilegio
o compromisos con los supuestos acreedores extranjeros para que
nos sigan esquilmando.
Quienes ocupan gran parte de su tiempo en estudiar de qué
manera no votar por nadie, bien podrían ocupar ese mismo
tiempo en averiguar quiénes son los que, desde cualquier
agrupación que se presente a elecciones, es el más
confiable para terminar con este estado de cosas.
No votar por nadie es la mejor manera de apoyar lo que está.
Lo que no nos gusta. Lo que queremos cambiar. ¿De qué
manera un voto en blanco, o nulo, o impugnado, o recurrido podrá
evitar que quienes utilizan la política en su provecho lo
sigan haciendo? Imaginemos otra vez el 15 de octubre. Si la mayoría
opta por no votar a nadie todo quedará como está.
Y eso es lo que nadie, salvo los corruptos, los cómplices
y los mafiosos, pretenden.
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