Por Raúl
Kollmann
A cuatro días de las
elecciones, el aliancista Rodolfo Terragno aventaja levemente a Alfredo
Bravo, candidato a senador por el ARI, según dos encuestas que
publica este diario en exclusividad. El tercer lugar es para Gustavo Beliz,
pero Izquierda Unida realiza una gran elección y también
consigue un gran resultado Autodeterminación y Libertad, la agrupación
de Luis Zamora. En esa pelea por el cuarto lugar, igualmente se ubican
bien Horacio Liendo y su candidato a diputado, Daniel Scioli. El mayor
impacto sigue estando en el impresionante crecimiento de los que van a
anular la gente le dice impugnar el voto, que ya son casi
un 19 por ciento, de los que se inclinan por hacerlo en blanco, que llegan
casi al 6 por ciento, y el hecho de que con las elecciones encima, todavía
uno de cada cinco porteños sigue indeciso, sin saber a quién
va a votar el domingo.
Las conclusiones surgen de las encuestas realizadas por dos conocidas
consultoras, Analogías, que conduce Analía Del Franco, y
Equis, de Artemio López. En ambas se respetaron las proporciones
por edad, sexo y nivel económico social. Los dos trabajos se terminaron
de procesar anoche.
El dato que sigue impactando a los encuestadores es la envergadura inédita
del voto-protesta. En su variante más descarnada el voto
nulo, es decir poner cualquier cosa menos una boleta válida dentro
del sobre, todo indica que el domingo se van a batir todos los records
históricos. Curiosamente, al menos en las encuestas, la gente ha
elegido esa alternativa, aunque ya hay un antecedente concreto: en Formosa,
hace dos semanas, anularon su voto el 8 por ciento de los ciudadanos,
o sea un 800 por ciento más que en cualquier elección anterior.
En la capital provincial, la cifra trepó al 12 por ciento.
Al margen de esa forma de voto-protesta, hay otro elemento que los consultores
consideran que no registran ningún antecedente: que el candidato
que va al frente en una elección, el que parece que va a ganar,
Rodolfo Terragno, a cuatro días de los comicios tenga un bajísimo
porcentaje del 11.4 de intención de voto. En la elección
a diputados, el fenómeno es aún peor: el que tiene más
respaldo llega apenas, al 8.3 por ciento de los votos. El impacto de esta
protesta es profundo. En el gráfico de la consultora Analogías
se muestra, en la primera columna, el voto positivo, a algún
candidato. La segunda columna muestra el porcentaje de votos a cada candidato,
una vez eliminados los votos en blanco, nulos, indecisos, impugnados o
ausentes: los porcentajes siguen siendo bajos.
La protesta no se trata únicamente de los que piensan en anular
el sufragio, también se verifica una buena elección de las
terceras fuerzas. En concreto, Izquierda Unida podría hasta llegar
a colocar dos diputados en la cámara Baja: Walsh aparece con el
12 por ciento en el trabajo de Analogías y con el 6 en el de Equis.
Luis Zamora accedería a una banca con entre el 6 y el 7 por ciento.
Pero además harían una buena elección el Partido
Humanista y el Polo Social.
Por el otro lado, también Horacio Liendo va a estar alrededor del
7 por ciento de los votos, algo que significa una gran pérdida
si se tiene en cuenta el caudal de votos que tuvo Domingo Cavallo en la
Capital Federal y teniendo en cuenta que, además, va en alianza
con Daniel Scioli y el PJ oficial del distrito porteño. Prácticamente
todos los encuestadores coinciden en que el voto al cavallismo y a lo
que fue la UceDé es el que hoy más se vuelca al voto blanco
o nulo, porque no le gusta la alianza con el peronismo, está enojada
con Cavallo o directamente considera que no hay ninguna alternativa potable
de centroderecha.
Cuando apenas faltan unas horas para que termine la campaña electoral,
ya se puede decir que fue la competencia más desteñida y
la que menosinterés despertó en la ciudadanía desde
el regreso de la democracia. Es cierto que en el camino se atravesó
el inmenso impacto de los atentados en Washington y Nueva York, pero también
jugó un papel decisivo el hecho de que en el centro de la campaña
estuvo la elección a un cuerpo, el Senado, completamente desprestigiado.
De todas maneras y en esto también coinciden los consultores,
los comicios se producen en una de las peores crisis económicas
del país en toda su historia, en el medio de la recesión
y el sentimiento generalizado de que ni el Congreso ni el Poder Ejecutivo
han podido resolver aunque sea en parte los problemas concretos de la
gente.
|