La respuesta de los trabajadores
y artistas al recorte de hecho del 84 por ciento practicado por Economía
al Teatro Nacional Cervantes fue contundente. No se conformaron con el
abrazo simbólico que reunió ayer ante el único coliseo
nacional a artistas, trabajadores y representantes de entidades culturales.
Crearon rápidamente un oratorio, al que denominaron Riesgo país,
sobre textos de Beatriz Matar y coordinación de la autora y Hugo
Urquijo. A este espectáculo de barricada, muy directo y con
mucho humor sobre la tragedia de la cultura, según calificó
el mismo Urquijo, se sumó la actuación del Coro Polifónico
Nacional, la Orquesta Nacional Juan de Dios Filiberto y otros espectáculos
de rock, cumbia y folklore.
El recorte que afecta directamente a la producción teatral
(iluminación, escenografía, vestuario, sonido, utilería),
los salarios de actores, directores y otros artistas, el mantenimiento
edilicio y los servicios básicos (luz, agua, teléfono)
fue impugnado por figuras míticas del teatro, como Alejandra Boero,
Lydia Lamaison, el dramaturgo Carlos Gorostiza y muchos más. Se
encontraban representantes de todos los organismos perjudicados: Biblioteca
Nacional, museos y los Institutos Nacionales del Teatro y del Cine, la
Sinfónica Nacional, la Orquesta Filiberto y el Coro Polifónico.
A ellos se sumaron integrantes de entidades privadas, como el Movimiento
de Apoyo al Teatro, la Fundación Somigliana y la Asociación
de Actores. Recibimos un informe de la situación que es terrorífico,
dijo el dramaturgo Roberto Cossa, en diálogo con Página/12.
Estos recortes implican la parálisis de todos los organismos,
algunos porque le quitan todo el presupuesto y otros porque con lo que
les dejan no pueden funcionar. Los museos no pueden pagar la custodia,
por ejemplo, y no van a abrir porque corren peligro de que los roben.
Esto significa el cierre. Un verdadero genocidio cultural.
El dramaturgo integra la comisión de resistencia que prepara nuevos
actos para los próximos días. Hoy a las 17 se realizará
otro abrazo simbólico al Instituto Nacional del Teatro (en Av.
Santa Fe al 1200) y mañana, a esa misma hora, al Instituto del
Cine (Lima y Moreno). No sé si vamos a lograr revertir esta
situación, pero estamos aquí para expresar abiertamente
nuestra disconformidad. Para muchas salas, incluida la mía, esto
es el final, se lamentó el director Alberto Félix
Alberto, fundador de Teatro del Sur. Juano Villafañe, titular de
la Asociación de Teatros Independientes y a cargo de la Sala Liberarte,
ve en estas medidas una mano negra: En un primer momento creíamos
que esto era parte de la crisis general, pero ahora pensamos que hay una
real intención de desmantelar todo lo que queda de la vida cultural
argentina. Para nosotros esto ha sido instrumentado racionalmente.
El pedido de los artistas y trabajadores culturales es claro: el Cervantes
debe ser salvado. Su presupuesto anual apuntan es de 3.45
millones de pesos, bajísimo si se lo compara con el
Teatro San Martín y el Colón (los dos bajo la órbita
del Gobierno de la Ciudad), que cuentan con un presupuesto aproximado
de 18 millones y 42,5, respectivamente.
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