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EL VOCERO ANUNCIO FUTUROS CAMBIOS Y LUEGO SE DESMINTIO A SI MISMO
Sigue Chupete de sainete en el gabinete

Las versiones sobre cambios
de ministros crecen y decrecen. Baylac llegó a decir que entre hoy y el lunes habría novedades. Luego se desdijo. Algunos delarruistas prefieren ver cómo evolucionan las medidas que anunciará el ministro de Economía. El
futuro de Cafiero y Bullrich.

Por Fernando Cibeira y Nora Veiras

La confusión que muestra el Gobierno sobre los cambios que –supuestamente– realizará como consecuencia de la anunciada derrota electoral del domingo quedó en evidencia ayer en las contradictorias apariciones del vocero presidencial Juan Pablo Baylac. A la mañana, el vocero no sólo confirmó que habría recambio de ministros sino que adelantó que se concretarían entre hoy y el lunes. Unas horas después, reapareció para decir que en realidad había sido mal interpretado y que no habría novedades en el corto plazo. En un panorama de ministros nerviosos y rumores cruzados, una última versión deslizada ayer por dos integrantes del gabinete decía que la semana que viene Domingo Cavallo daría a conocer su nuevo plan, pero que los cambios de nombres quedarían para más adelante. No obstante, la misma versión aseguraba que los días de Patricia Bullrich y de Juan Pablo Cafiero en sus actuales ministerios estaban contados.
“Entre el viernes y el lunes estén atentos”, señaló Baylac en sus declaraciones, de toque enigmático, a radio La Red. “Me parece que va a haber novedades”, subrayó. El tema al que se refería, obviamente, eran los cambios de gabinete que, dijo, prepara en la intimidad pero que él pudo dilucidar por “los movimientos que se están dando”. Página/12 informó hace dos semanas acerca del tipo de modificaciones que se estudiaban en la Rosada, que incluían, por un lado, la unificación de las áreas sociales que hoy están distribuidas en varios ministerios y, por el otro, de las áreas educativas y Justicia.
Para el “superministerio” social suena Bullrich, quien dejaría Trabajo vacante para que lo ocupe un dirigente más a gusto de los sindicalistas “gordos”. Se habla del actual presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual. En esta lógica, no habría lugar para que continúe Juan Pablo Cafiero, el último ministro del Frepaso. Pero el futuro de Cafiero es objeto de las más variadas suposiciones en la Rosada. Hay quienes entienden que el presidente Fernando de la Rúa está muy interesado en mantener la coalición con el Frepaso y que en ese esquema quiere que siga Cafiero. Y, en igual proporción numérica, están los funcionarios que sostienen que con sus protestas por los recortes de presupuesto, Cafiero rompió los últimos lazos que lo ataban a la gestión delarruista.
Juampi ayer se reunió con el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, para discutir la reducción de fondos que sufrió en su cartera y que le impide cumplir con el reparto de asistencia social prevista para el último trimestre. A la salida, Cafiero le dijo a un diputado amigo que la conversación lo había dejado “muy satisfecho” y que, por lo tanto, su idea original no se había modificado: quiere continuar como ministro después de las elecciones. Lo mismo piensan los otros funcionarios frepasistas que quedan: los secretarios de Empleo, Enrique Martínez, y de Ciencia, Adriana Puiggrós, que quieren seguir dentro de la gestión delarruista.
En su primera aparición, el vocero Baylac se hizo eco de algunas de estas versiones. Aseguró que Patricia Bullrich seguirá en el gabinete aunque no podía asegurar si “como ministra de Trabajo o de otro”. De Cafiero dijo algo similar: que va a continuar pero no sabe dónde. En tanto, el ministro del Interior, Ramón Mestre, no se mostró muy seguro de su futuro inmediato. Piensa que se va a mantener en el cargo, opinó, pero no descartó que el Presidente pueda convocarlo para “otra función”. Otro de los rumores de los últimos días era que Carlos Bastos finalizaría su opaca gestión al frente de Infraestructura y que sería reemplazado por el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo. Sin embargo, cerca de Gallo sostenían que “sólo volvería a Infraestructura si De la Rúa lo obliga por ley”. En este tironeo en el que cada cual puja hacia su lado, el jefe del bloque de diputados de la Alianza, el frepasista Darío Alessandro, también se mostró convencido de que habrá cambios pero no en el área de su compañero Cafiero sino en Economía y en Salud.

Plazo fijo

Pasado el mediodía, Baylac recorrió los despachos del segundo piso y se encontró con que –por decir lo menos– la recepción a sus palabras no había sido la esperada. Lo que hizo entonces fue ir a la sala de periodistas de la Rosada y desbaratar lo que había armado unas horas antes. “No pongan más en boca mía que va a haber cambios en el gabinete porque no va a haber cambios”, se desdijo. En la Secretaría de Comunicación decían que Baylac había advertido sobre novedades “entre lunes y viernes” y no entre “viernes y lunes” como había salido escrito. Y que las novedades no necesariamente tenían que ver con nuevos ministros.
Para entonces, había otra versión circulando en Gobierno que advertía sobre la posibilidad de que De la Rúa opte por dejar las modificaciones para más adelante. Según este criterio, el lunes o, a más tardar, el martes el Gobierno daría su respuesta al veredicto de las urnas que no sería un nuevo gabinete sino el muy anunciado nuevo plan económico de Cavallo, que incluirá la reformulación consensuada de la deuda externa y una propuesta para saldar la deuda que el Estado tiene con las provincias (ver página 12) . Negociando con las Aseguradoras de Fondos de Pensión (AFJP) una reprogramación de intereses y vencimientos.
A partir de ahí, entonces, se abrirá un último período de gracia para que Cavallo consiga de una vez encauzar la situación económica, que un ministro de pura cepa delarruista calculó ayer en “unos 45 días”. Otro funcionario, muy cercano al Presidente y con despacho en la Rosada, adhirió a esa posibilidad. “Como consecuencia de las elecciones va a haber cambios pero no necesariamente tienen que darse todos la semana que viene. Se van a dar en un período que podría extenderse hasta el 10 de diciembre, cuando asuman los legisladores electos”, calculó.
Es que en la lógica de un plazo fijo a Cavallo no tenía sentido realizar un cambio de gabinete ahora si en un mes y medio habría que volver a meter mano para suplir a su integrante más notorio. Ergo, lo más sencillo es hacer una única y profunda modificación en el momento adecuado.
La contradicción –que toda versión circulante en gobierno por estos días tiene– es que los dos funcionarios que la sostenían también daban por seguro que Bullrich y Cafiero no seguirían al frente de sus ministerios. Es más, uno de ellos también creía que ninguno de los dos –es decir, ni Bullrich ni Cafiero– se harían cargo de la futura política social. El funcionario, del círculo íntimo del Presidente, se jugaba por una nueva gestión capitaneada por las ONG. “Ningún político resiste la tentación de convertirse en Evita. Ahí hay que poner alguien con perfil ejecutivo y que no le interese hacer política”, remarcaba.

 


 

EL JUEGO DE LA SILLA EN EL GABINETE AMAGA PERO NO EMPIEZA
Juan Pablo Cafiero divide al Gobierno

Por José Natanson

La posible salida de Juan Pablo Cafiero del Ministerio de Desarrollo Social divide al Gobierno. El influyente secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, es señalado como el principal motor de la movida junto a Patricia Bullrich, a quien todos mencionan como su seguro reemplazo. Crhystian Colombo defiende, en cambio, la permanencia del frepasista, aunque propiciaría otros cambios: Bullrich lo ha acusado de impulsar su renuncia al Ministerio de Trabajo. Más allá de las acusaciones, el Gobierno ha caído en un estado de rumor permanente que ha puesto a los funcionarios al borde de un ataque de nervios.
Las versiones sobre inminentes cambios ministeriales vienen desde hace quince días. Lejos de despejar la incertidumbre, Fernando de la Rúa se obstina en el silencio. Desconcertados, sus funcionarios no sólo caen en declaraciones contradictorias y confusas (ver aparte). También se han embarcado en un juego de operaciones y rumores que sólo acabará cuando el Presidente tome una decisión.
Gallo es señalado como el impulsor principal de uno de los movimientos claves: la salida de Cafiero, el último frepasista en un Ministerio. El secretario general de la Presidencia estaría disconforme con lo que considera una actitud “individualista” por parte de Juampi. Como antecedentes, podría mencionarse la decisión de Cafiero de viajar a Tartagal a dialogar con los piqueteros sin consultar al Presidente, y sus últimas declaraciones públicas para que no corten los fondos de su cartera. Ayer fue justamente el vocero Juan Pablo Baylac, alter ego mediático de Gallo, quien se apuró en anunciar que los cambios se definirían antes del domingo.
Pero Gallo no sería el único. En el Frepaso sospechan de los integrantes del Grupo Sushi –que, aunque debilitados, siguen gravitando cerca de De la Rúa– como propulsores de la renuncia de Cafiero. Apuntan a Bullrich, el nombre que más suena para ocupar el cargo de Juampi.
La posición de Colombo es diferente. Impulsa la creación del superministerio o Agencia Social, que fusionaría las carteras de Desarrollo Social, Salud y el resto de los planes asistenciales dispersos por el Ejecutivo. Pero no comulgaría con la idea de expulsar a Cafiero. “Lo considera un buen funcionario”, explican en la Jefatura de Gabinete. Ayer, los dos hombres mantuvieron una reunión que fue definida como “satisfactoria” por ambas partes (ver aparte).
El jefe de Gabinete no sería el único defensor de Juampi que, insospechadamente, habría encontrado un aliado en Cavallo. Un hombre cercano a Cafiero aseguraba ayer que, aunque no ha hecho mucho por acelerar las partidas, el titular de Economía prefiere que el frepasista permanezca en su cargo. “Cavallo siempre critica el clientelismo de los radicales y por eso prefiere que Juampi maneje esos fondos”, decía.
Para Colombo, en cambio, el eje debería ponerse en Trabajo. Como informó este diario, Bullrich lo acusó el miércoles, en un tenso encuentro a solas, de propiciar su salida de la cartera para designar en su lugar a un hombre más afín a las exigencias de los gremialistas.
La ministra sostiene que su reemplazo significaría un doble error: sería leído como una claudicación de De la Rúa frente a los gremialistas y no alcanzaría para garantizar una paz social duradera. A pesar de los argumentos de Bullrich, en la Rosada algunos creen que sus objetivos son otros. “Sabe que tiene posibilidad de quedar a cargo de la Agencia y quiere que Trabajo quede bajo su órbita”, evaluaba ayer un funcionario cercano al Presidente.
Pero Gallo, Cafiero, Colombo, Cavallo y Bullrich no son los únicos actores de este embrollo. El jefe de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual, es mencionado como posible reemplazante un Ramón Mestre cada vez más devaluado en el Ministerio del Interior, aunque algunos creen que podría desembarcar en Trabajo. En cualquier caso, son pocas las certezaspara un recambio que cada vez está más cerca y que ha reavivado como nunca las internas de la Rosada.

 

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