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VILMA IBARRA, CANDIDATA A SENADORA
“No basta con no robar, el ARI no hizo propuestas”

Confía en ganar y apunta sus críticas hacia su contrincante del ARI, Susana Rinaldi, convencida de que la verdadera elección será entre ellas y no entre Terragno y Bravo, quienes según las encuestas ya tienen un pie en el Senado.

La abogada frepasista Vilma Ibarra aspira a pasar de la Legislatura
porteña al Senado de la Nación.

Por Santiago Rodríguez

Está cansada y se le nota. Se le nota también que la exposición pública no es algo que la fascine, pero que en el último mes ha aprendido que en campaña hay que aprovechar todos los medios al alcance para “darse a conocer y demostrar que uno es solvente”. Por eso cuando termina de grabar su última aparición en un programa de televisión antes de la veda, Vilma Ibarra accede a dialogar con Página/12 y busca un bar para hacerlo. Aunque con el café con crema se relaja un poco, no pierde su línea discursiva y gasta sus últimos cartuchos contra el ARI y, en particular, contra Susana Rinaldi. Es que la segunda candidata a senadora por la Alianza en la Capital Federal no pierde de vista las encuestas que dan por hecho que Rodolfo Terragno y Alfredo Bravo ya tienen un pie en el Senado y sabe que la pelea es entre ellas dos. “Decir que uno no va a mentir ni robar no alcanza. Además de compromisos éticos y denuncias la gente necesita alternativas concretas y el ARI no aportó ninguna”, advierte Ibarra y señala que Rinaldi no debatió y que todos los candidatos de esa fuerza “se han colgado de alguien que ni siquiera lo es, como Elisa Carrió”.
–¿Qué evaluación hace de la campaña electoral?
–Fue una campaña corta y austera. El debate económico ocupó una parte muy importante porque el país está muy mal y porque la gente percibe que este modelo económico está agotado y que la política del ajuste permanente ya no lleva a nada. Hubo también por parte de algunos sectores ausencia de propuestas y se basaron sólo en lo ético.
–¿Se refiere al ARI?
–Sí. Decir uno no va a mentir ni robar no alcanza; somos muchos los que no vamos a mentir ni robar. Además de compromisos éticos y denuncias la gente necesita alternativas concretas acerca de cómo vamos a generar empleo, reactivar la economía, fortalecer el consumo interno, a redistribuir la riqueza que se concentró brutalmente y el ARI no trajo ninguna propuesta sobre eso ni sobre ninguna otra área. Yo no pude debatir con Susana Rinaldi y hay una cosa vergonzosa: se ha hablado infinitamente de terminar con las listas sábana, con esto de que hay un candidato detrás del que se cuelgan los demás que nadie sabe quiénes son. En este caso los candidatos se han colgado de alguien que ni siquiera lo es, como Elisa Carrió. Rinaldi está peleando para ingresar al Senado y hasta dijo en una revista que no tenía propuestas concretas y que la mitad del año no vivía en este país. No sabemos cuáles son sus proyectos ni qué solvencia tiene para debatir las leyes de presupuesto, de coparticipación, de traspaso de la policía, la de seguridad.
–¿Le parece que la gente va a distinguir eso?
–La campaña fue corta y hubo poco tiempo para poder instalar este tema, pero me parece muy malo que una fuerza política que habla de la “verdad” y que dice que quiere llevarla al Congreso esconda los candidatos detrás de ese discurso; los candidatos somos parte de la “verdad” y tenemos que demostrar quiénes somos, qué solvencia tenemos, qué capacidad de generar propuestas y debatir poseemos. Cuando uno hace una exención impositiva, por ejemplo, para determinado sector industrial hay que discutir alícuotas, ver cómo impacta en la recaudación y por eso tenemos que demostrar un mínimo de solvencia. Como presidenta de la Comisión de Presupuesto de la Legislatura puedo decir que fue muy arduo el debate para el cierre de un presupuesto que tiene la mayor asignación de la historia para educación, que mantiene el equilibrio fiscal y a la vez contempla obras. Además de buenas intenciones hay que saber cómo hacer las cosas.
–¿Por qué habría que votar a Vilma Ibarra y no a Susana Rinaldi?
–Porque tengo una trayectoria y pertenezco a una lista que ha planteado desde la década del ‘90 un camino alternativo a este modelo económico del ajuste permanente. También tengo proyectos para la ciudad, como la transferencia del puerto y de la policía. Además, dijimos que de ningún modo vamos a votar bajas de salarios y jubilaciones, pero también qué vamos a hacer para reactivar la economía porque en la Ciudad de Buenos Aires lo estamos haciendo. Nuestro banco oficial se puso al servicio del desarrollo productivo y ofrece créditos baratísimos para Pymes, generamos exenciones impositivas para la zona sur; demostramos un camino de un Estado presente y activo entre medio de los mercados y la gente.
–¿Qué les faltó en la campaña para lograr una diferencia que les diera mayor tranquilidad a la hora de los comicios?
–Lo que pesó fue la situación muy mala del gobierno nacional y además hay una situación muy compleja: representamos una coalición progresista de la ciudad, donde gobernamos frepasistas, radicales, socialistas y tenemos incorporados peronistas en el gabinete porque creemos en la transversalidad para la construcción, pero la verdad es que la Alianza que la gente votó en el ‘99 no está en el gobierno nacional. Es muy difícil transmitir a la gente que estamos representando oposición clara y concreta a la política económica de este gobierno nacional. La sensación de la gente de que el gobierno nacional no cumplió con sus promesas genera mucho desencanto que se está viendo en el voto en blanco y las pocas ganas de votar que tiene mucha gente.
–A propósito de eso, ¿qué opina del voto negativo?
–Lo respeto. Escuché a muchos políticos que se enojan y dicen que es antidemocrático, pero no tengo esa opinión. Yo invito a votar por nuestra lista porque sé que estamos planteando alternativas viables y concretas para poder hacer arrancar este país y es importante que una figura como Terragno, opuesta a Domingo Cavallo, pueda acceder con mucha fuerza al Senado, pero me parece que ese voto en blanco se ha convertido en buena parte en un voto militante y en un voto apático del no me importa. La mitad de los argentinos votamos esperanzados a la Alianza en el ‘99 por lo que había prometido, el gobierno nacional fue definitivamente para otro lado y entonces la gente se pregunta para qué sirvió mi voto.
–¿Realmente cree que un triunfo de la Alianza porteña se traducirá en un cambio de rumbo de la política económica?
–El tema es que básicamente la política económica la implementa un presidente con sus ministros. Sí creo que el voto a nosotros deja un tablero político muy fuerte para marcar que la gente definitivamente no quiere más esta política de ajuste. Dijimos que si ganamos vamos a pedir, con la legitimidad de las urnas, el cambio rotundo de la política económica a partir de una reestructuración consensuada y responsable de la deuda; este nuevo tablero político genera la necesidad de cambios en la política económica y en el equipo que la implementa. Sería muy grave que el Presidente no leyera el mensaje de las urnas.
–Como dirigente del Frepaso, ¿qué hará su partido a partir del lunes? ¿Seguirá en la Alianza?
–A nivel nacional la Alianza no existe; Juan Pablo Cafiero es un ministro que está peleando con uñas y dientes que no le recorten el presupuesto social, que ha sido muy solidario con los pobres, que se ha ganado un lugar y que la gente pide que no se vaya porque defiende el presupuesto social y lo gestiona honesta y dignamente. En la ciudad hemos ampliado la Alianza porque creemos en la transversalidad. En otros distritos puede tener sentido el ARI, pero aquí gobierna el progresismo y una propuesta que vuelve sólo a lo testimonial es retroceder.
–¿Cómo sobrellevó en lo personal su primera campaña en un rol protagónico?
–Tengo muchos años de militancia, desde el ‘73, y algunos cargos importantes, pero nunca tuve mayor exposición pública. Me tuve que acostumbrar a eso, pero me hice cargo de que si uno se propone como candidato tiene que darse a conocer y demostrar que uno es solvente, idóneo y que tiene una trayectoria. Fue un esfuerzo aprender a enfrentar a los medios, a las preguntas de los oyentes, a los debates con gente tan solvente como (Horacio) Liendo.
–¿Cree que el domingo a la noche podrá hablar ya como senadora electa?
–Sí. Creo que hay que esperar los resultados, pero tengo la impresión de que sí porque estamos bien en la mayoría de las encuestas y tengo la impresión de que la gente percibe que se está necesitando solidez.

 

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