Por Eduardo Tagliaferro
A los vivos bárbaros
los sigue buscando la Justicia. La Gendarmería está detrás
de Angel Papito Ramini, del arquitecto Alberto Rossi y de
Antonio Aguirre. El juez federal Jorge Urso quiere indagarlos como coorganizadores
de la asociación ilícita que realizó la venta ilegal
de armas. A Ramini lo busca Interpol, ya que extraoficialmente se supo
que después de dirigirse a Londres, el Ladilla como
lo definieron sus socios frente a la cámara oculta por su capacidad
de meterse en todas partes estaría en Suiza.
Según pudo saber este diario, tanto Rossi como Aguirre estarían
en la Argentina y la Gendarmería especula con su pronta detención.
El ex presidente Carlos Menem no pudo ocultar su enojo por la investigación
de Telenoche Investiga y en una carta pública sostuvo
que el video televisivo forma parte de una campaña de presión
orquestada por el dúo Stornelli-Urso para condicionar
al Tribunal que tiene pendiente de resolución su futuro
procesal.
La búsqueda de los tres mosqueteros comenzó
antes de que la investigación periodística fuera emitida.
En los allanamientos a oficinas de la firma Express se secuestró
numerosa documentación. Tanta que fue depositada en dos habitaciones
de la Gendarmería, responsable de su custodia. Luego de sus confesiones
ante la cámara oculta, el equipo de Telenoche entrevistó
a los muchachos de barrio devenidos en exitosos empresarios
de la fiesta de la última década. La precisión de
las preguntas obviamente puso en alerta a los socios de International
Waste Group. El primero en tomar conciencia fue Papito Ramini,
quien el pasado lunes se subió a un avión rumbo a Londres.
A pesar de que su secretaria ayer le respondió a este diario que
no tiene un horario fijo, por lo cual no podía responder
cuándo se lo podría ubicar, este diario pudo saber que el
autodeclarado dueño de Express se encuentra fatigando las calles
suizas. Quizás buscando los ahorros de toda su vida de trabajo.
El arquitecto Rossi no se encontraba en su lujoso chalet del exclusivo
country Tortugas. Los encargados de la pesquisa repararon en la considerable
cantidad de armas que había en la finca. Si bien todas declaradas,
los gendarmes no pudieron menos que sorprenderse por el valor de algunas
piezas. Algunos de los miembros de la comitiva repararon en la enorme
piel de oso que los miraba desde el piso. Quizás fuera un souvenir
de su amigo Ramini, un aficionado a la caza que, junto a Menem, Alberto
Kohan y José Alfredo Martínez de Hoz, se enrola en el Safari
Club International.
El fatigoso allanamiento a la casona de Rossi hizo transpirar a la comitiva
de Gendarmería, que después de unas horas reparó
que el motivo del calor que sufrían era la presencia de un termostato
que mantiene la casa a temperatura constante, con el exclusivo propósito
de ayudar al cuidado de las orquídeas de Zoraida Awada, su mujer.
Precisamente por estar casada con una Awada, Rossi construyó una
fluida relación con Menem. Zoraida es sobrina de su médico
personal, Alejandro Alito Tfeli. Los Awada no sólo
fueron el puente que llevó a Rossi hacia Menem, sino que también
pudo ser la piedra basal de contactos con el traficante sirio Monzer Al
Kassar. Tal como lo reveló ayer este diario, en el entorno del
menemismo se afirma, con cierta seguridad, que tanto Zoraida como Tfeli
son parientes de Al Kassar, cuya madre sería una Awada.
Del único vínculo del que no renegó Menem en su carta
pública, fue de su relación con Rossi. Soy amigo del
arquitecto Rossi, quien además efectuó reparaciones en la
quinta de Olivos y en la casa de Anillaco. No es ni tengo testaferros,
dijo. La aclaración del ex presidente era pertinente, ya que el
verborrágico Ramini le había reconocido a la cámara
oculta que Alberto está subido a la loma: es el testaferro
de Menem. Incluso había rematado la afirmación con
su sonrisa canchera como quien le dice a su interlocutor: te suena el
Arquitecto Rossi eh, eh.
Un allegado al ex presidente, que lo visitó ayer mismo en la quinta
de Don Torcuato, comentó a este diario el fuerte malestar y enojo
que teníael riojano. Estos tres boludos fue, según
el colaborar menemista, la constante frase que utilizaba el ex presidente.
Su enojo se trasluce en la misiva en la que denuncia a sus investigadores.
Además de calificar a los cargos que lo llevaron a prisión
como ilegales, se quejó de que Stornelli y Urso se dedican
a investigar a mis parientes cercanos y lejanos, amigos etcétera.
Si hay algo que puso nervioso al ex presidente fue precisamente la investigación
sobre su patrimonio. Este fue el punto que más cuestionaron sus
abogados e incluso fue uno de los que empujo a su hermano Eduardo a formular
las declaraciones más encendidas. Uno de sus defensores, Oscar
Salvi, volvió a negar lo que el juez suizo Claude Wenger insiste
en ratificar: De ninguna manera Menem admite ser titular de una
cuenta en Suiza. Puede ser una cuenta de un tercero y él sea el
beneficiario. Menem jamás abrió una cuenta ni hizo un depósito,
a lo mejor lo hizo un tercero.
Por las dudas, Salvi no se olvidó de afirmar que la cuenta encontrada
en una filial de la Unión de Bancos Suizos con un depósito
de un millón de francos suizos fue abierta en 1986 y no tiene
nada que ver con la venta de armas. En ese momento era gobernador de La
Rioja. El letrado aprovechó para desacreditar la investigación
de Telenoche, diciendo que no tienen trascendencia y
no son pruebas.
Urso no opinó lo mismo. En declaraciones a La Red afirmó:
Se van reconstruyendo las pocas incógnitas que quedan sin
develar. El magistrado recordó que en los anteriores allanamientos
a la empresa Express se habían secuestrado documentos que no derivaron
en acusaciones. Sin embargo, al evaluar la investigación televisiva
no dudó en afirmar que se abre un canal de indagatorias que
vamos a empezar a trabajar. Prueba de ello lo entregó el
listado de diligencias reclamadas por Stornelli, que incluye: los legajos
de Ramini, Aguirre y Rossi, así como de Claudia y Zoraida Awada;
informes a la Presidencia de la Nación sobre las empresas integradas
por Rossi que oficiaron de contratistas del Estado.
DENUNCIARON
A RIVA ARAMAYO ANTE LA MAGISTRATURA
El costo de una larga amistad
Pertenecer tiene sus privilegios,
pero cuando se trata del círculo áulico del detenido
ex presidente Carlos Menem también tiene sus costos. Si no
que lo diga la camarista Luisa Riva Aramayo, una confesa amiga de Carlos
Corach y miembro estratégico de la Sala I Criminal y Correccional
Federal, el mismo tribunal que le revocó la prisión preventiva
a Amira Yoma en pleno Yomagate y que ahora quedará a cargo de la
causa por presunto enriquecimiento ilícito de Menem. Riva Aramayo
o La Piru, como le dicen sus amigos, fue denunciada ante el
Consejo de la Magistratura por el abogado Ricardo Monner Sans, quien ayer
la acusó de violar el Código Procesal Penal y el Reglamento
para la Justicia Nacional, que disponen que un juez debe inhibirse
cuando tenga interés en el proceso y tener conducta
irreprochable.
Monner Sans basó su escrito en una nota publicada ayer por Página/12,
en la que se informaba que Riva Aramayo había visitado a Menem
dos meses antes de su detención, y donde también se recordaba
que el 9 de abril último, cuando Emir Yoma ya estaba en prisión,
la jueza había concurrido al estudio jurídico de Corach,
en Belgrano al 600, donde casualmente se encontraban también
los abogados de Emir, Mariano Cúneo Libarona y Julio César
Coco Ballestero, información que también reveló
en exclusiva este diario.
Hay un artículo del código procesal penal que dice
que son causas de excusación argumentó Monner Sans
a este diario. Hay tres o cuatro incisos que aparecen infringidos,
cuando ella (Riva Aramayo), como integrante de la sala I, le pide al juez
(Jorge) Urso el expediente sobre posible enriquecimiento ilícito.
Por estas razones, el abogado destacó que están dados
los elementos suficientes para que un abogado pida al Consejo de la Magistratura
que se la investigue.
En su presentación, Monner Sans menciona el misterioso encuentro
de Riva Aramayo con Corach, pero también pone el acento en una
visita previa que la camarista había hecho a la casona de Menem,
en Belgrano R., en abril de este año. Por ese entonces, La
Piru intentó defenderse diciendo que había visitado
a Corach para saludarlo por las pascuas judías. Un
día después de su aparición por las oficinas del
ex ministro del Interior, admitió a Página/12 que había
cometido una estupidez y argumentó que Cúneo
Libarona y Ballestero son personas que conozco desde hace muchos
años.
Sin embargo, este diario pudo saber a través de un allegado muy
cercano a Menem que, antes de visitar a Corach, La Piru pasó
por la casona de Echeverría 3535 que estaba destinada a Zulemita,
pero hospedó a su padre hasta la boda con Cecilia Bolocco
y se reunió allí con el ex presidente, quien por entonces
aún estaba en libertad. En ese diálogo, Riva Aramayo le
habría transmitido su preocupación al ex mandatario, a quien
veía muy poco concentrado en su suerte y demasiado ocupado en el
destino de su ex cuñado. Carlos, vienen por vos, dejate de
joder con Emir, lo habría alertado Riva Aramayo, según
el ya citado colaborador. La misma fuente aseguró que la camarista
continuó su periplo en el estudio de Corach, donde le pidió
al anfitrión que hiciera entrar en razones al Jefe.
Todos estos antecedentes fundamentan la denuncia de Monner Sans. Esta,
además, se produce en un momento muy especial de la investigación
por el posible enriquecimiento ilícito de Menem. El miércoles,
Urso envió dos oficios a los defensores del riojano, que en diez
días deberán justificar por escrito el origen de varios
bienes del ex mandatario procesado como jefe de una asociación
ilícita. Esas propiedades tienen un valor cercano al millón
de pesos. No será tarea fácil probar que su origen es legítimo,
pero un recurso de último momento podría facilitar la tarea:
justo el mismo día que Urso firmó los dos oficios, la Sala
I a cargo de Riva Aramayo y Vigliani pidió la remisión de
la causa. Otra coincidencia que despertó suspicacias. No
lo calificaría de maniobra, pero es un hecho muy sugestivo afirmó
Monner Sans, tras presentar su denuncia. Justo cuando el juez Urso
está despachando el pedido del fiscal, dándole diez díashábiles
para contestar, la Sala I pide la causa. Me llama la atención,
y a mi juicio no llama bien la atención. Que cada uno saque sus
conclusiones.
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