Por Irina Hauser
y Raúl Kollmann
Se quitó los anteojos,
se restregó los párpados, y anunció que iba a hablar
pero no respondería preguntas. Juan José Ribelli, un acusado
central en el juicio oral del caso AMIA, señalado como cerebro
y líder de la banda de ex policías procesados por la entrega
de la camioneta con que se cometió el atentado, dijo ser víctima
de una conspiración del gobierno de Carlos Menem. La Trafic
nunca pasó por mis manos, dijo en su discurso de inocencia.
Nadie puede responsabilizarme de este horrendo hecho, enfatizó.
Como todo el mundo preveía, Ribelli negó cualquier vinculación
con el reducidor de autos Carlos Telleldín, acusó al juez
Juan José Galeano de haber manipulado la causa y pidió que
lo careen con él. Su monólogo fue intrincado, pero no titubeó
ni dejó una idea sin hilvanar. Lo interrumpió sólo
para mostrar escuchas y el famoso video en el que se ve a Galeano negociando
con Telleldín su declaración. En cambio, frente a la acusación
de que extorsionaba a delincuentes, entre ellos a Telleldín, Ribelli
fue poco sólido. No explicó la historia de los misteriosos
2.500.000 pesos que heredó de su padre días antes del atentado.
Yo también quiero la verdad, porque la verdad es mi libertad,
dijo el ex comisario bonaerense, quien durante la exposición defendió
a los demás policías. Lo que quedó claro de ayer
es que fue a defenderse ante el Tribunal Oral 3 de la acusación
que lo vincula con el atentado a la mutual judía y las extorsiones
a Telleldín. En el capítulo de los aprietes,
Ribelli está muy comprometido, a pesar de sus explicaciones. En
cuanto a su vínculo con el atentado que también niega
hay que ver qué pruebas aparecen durante el debate oral y cómo
se lo vincula con la Trafic.
Vestido con saco beige y corbata de colores, Ribelli descargó en
el escritorio junto al banquillo una pila de carpetas. Para hablar de
sí mismo eligió, varias veces, la tercera persona. La
causa AMIA fue una hecatombe para la policía bonaerenses porque
se simbolizó la corrupción en la persona de Ribelli,
se quejó. Y, con cierto cinismo, pidió leer una por una
las cien condecoraciones que recibió como policía.
Ribelli está acusado de haber supervisado el retiro de la casa
de Telleldín, el 10 de julio de 1994, de la camioneta con el motor
que se encontró en el lugar del atentado. Testigos que declararon
en la causa lo vieron a él mismo manejando una Trafic blanca aquel
día. Y, al día siguiente, está fechada una escritura
con la extraña donación de su padre un jubilado ferroviario
de 2.500.000 pesos para sus cinco hijos, algo que para los investigadores
fue un blanqueo de dinero por los servicios prestados para el atentado
terrorista. El ex comisario está sindicado como el cabecilla de
una banda de policías que, entre otras cosas, le ofrecían
impunidad a El Enano en sus actividades ilícitas en
ese entonces armaba vehículos con partes robadas a cambio
de alguna ganancia. Los hombres de Ribelli llegaron a extorsionarlo y
secuestrarlo cuando no les pagaba. La Trafic, según los fiscales,
fue parte de pago de las deudas.
En el expediente está probado que los policías detuvieron
a Telleldín ilegalmente el 4 de abril de 1994 junto con su entonces
pareja, Sandra Pertucci, como parte de las extorsiones. Ribelli, que era
entonces jefe de operaciones de Lanús, eligió empezar por
aquel episodio alegando que fue una detención totalmente legítima
y que pudo haber visto a Telleldín en la brigada como a cualquier
otro preso que ingresa. Nada más. Minimizó, en la misma
línea, algunas escuchas telefónicas.
La realidad es que hay varios policías confesos en el tema de las
extorsiones. El testimonio de Pertucci, relatando cómo los detuvieron,
que les pidieron dinero y que Telleldín terminó pagando
40 mil pesos. Y otros testimonios que acreditan que también pagó
con una auto y una moto, hasta la declaración del abogado que medió
en la transacción. Ribelli, además, está procesado
por múltiples extorsiones en una causa que tramita en Lomas de
Zamora, en la que constan escuchas en que él aparece como el claro
organizador que dice hasta cuánto hay que cobrarle a los extorsionadas.
Hay, en la causa AMIA, escuchas de los días previos al aniversario
del atentado donde el ex comisario instruye a los demás policías
para aparentar la mayor inocencia, limpiando y ordenando las oficinas.
A pesar de que su testimonio abarcó toda la audiencia, hasta cerca
de las diez de la noche, Ribelli no se refirió ni a lo que pasó
el 10 de julio, el día que se concretó la entrega de la
Trafic, ni el 14 de julio, cuando sus huestes perpetraron un nuevo intento
de extorsión a Telleldín. Tampoco se explayó sobre
la herencia anticipada de su padre. Lo haré después
de que los fiscales prueben cómo, según ellos, los terroristas
me pagaron ese dinero, dijo.
Ya sobre la noche, Ribelli demostró con bastante contundencia que
a Telleldín le pagaron por su testimonio. Mostró fragmentos
del video por el que él está acusado de extorsionar a Galeano,
que muestra al juez negociando con él el pago de 350 mil
girados a Colonia y 50 mil acá. También exhibió
escuchas telefónicas con diálogos entre Telleldín
y su mujer Ana Boragni, que según explicó Ribelli reflejan
los preparativos para el pago por parte de la SIDE, días antes
de que El Enano acusara a los policías bonaerenses.
Como broche, sacó a relucir un libreto que ya se le conoce: acusó
al gobierno de Menem de conspirar en su contra junto con Galeano, el ex
ministro del Interior Carlos Corach, los fiscales de la acusa, y la camarista
Luisa Riva Aramayo.
Apoyo frepasista a
Garré
Repudiamos el tratamiento dado a la doctora Nilda Garré,
que se vio obligada a renunciar a su cargo de Secretaria Ejecutiva
de la Unidad de Investigaciones Especiales para el esclarecimiento
del atentado contra la sede de AMIA-DAIA. No nos cabe duda que habrá
molestado la firme voluntad de la doctora Garré para llegar
a la verdad, mérito que sí fue reconocido por la AMIA
y Memoria Activa. Los diputados del Frepaso Irma Parentella,
Rafael Flores, María América González, María
Elena Barbagelata, Rodolfo Rodil, Carlos Raimundi, Fernando Melillo,
Gustavo Galland, Atilio Tazzioli, Ricardo Vago y Bárbara
Espínola expresaron de esta manera su apoyo a Garré,
que debió renunciar a su cargo del Ministerio de Justicia
la semana pasada.
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EL
EX VICECANCILLER PETRELLA DECLARO ANTE GALEANO
Se manejaron al más alto nivel
Por A.M.
El ex vicecanciller Fernando
Petrella reconoció ante el juez federal Juan José Galeano
que tras la voladura de la AMIA, en 1994, tuvo acceso a un cable confidencial
mediante el cual la embajada argentina en Teherán aportó
indicios sobre la posible responsabilidad de Irán en la masacre,
y aseguró que sin demora reportó el asunto al entonces canciller
Guido Di Tella. Esa información fue recibida por el anterior gobierno
doce días después del ataque contra la mutual judía.
Petrella declaró que los datos se manejaron al más
alto nivel, según fuentes consultadas por Página/12.
El ex funcionario también habló sobre la política
exterior de Argentina en relación a Medio Oriente y Siria, y describió
cómo se tensaron las relaciones con Irán. Declaró
que recibió sólo uno de los dos cables oficiales que, procedentes
de la capital iraní y de Damasco, Siria, abonaron las sospechas
sobre Irán. Petrella admitió haber tenido acceso a un cable
cifrado mediante el cual el encargado de Negocios de la embajada argentina
en Irán, Antonio Rivarola, informó el 31 de julio de 1994
que un piloto comercial de esa nacionalidad se había presentado
en la delegación diplomática para manifestar sus sospechas
sobre la participación de Brat Alí Badesh Abadi en la voladura
de la AMIA. Ante la novedad dijo haber retransmitido el mensaje a Di Tella,
que se encontraba en Nueva York gestionando la colaboración internacional
para esclarecer el ataque.
Página/12 pudo saber que Galeano no citará por ahora a Di
Tella, como tampoco al ex presidente Carlos Menem, tal como solicitó
la DAIA. Los investigadores bajo su mando están recabando información
de otras fuentes que no son testimoniales. Por ahora no es necesario,
comentaron fuentes judiciales en relación a la declaración
de Menem. La abogada de la DAIA, Marta Nercellas, estuvo presente durante
la declaración de Petrella e interpretó que el ex vicecanciller
aludió también en forma indirecta al ex presidente
al opinar que por el contenido de ese cable debió haberlo
conocido.
Otro de los cables que llegó a la Cancillería fue emitido
desde Damasco el 24 de octubre de 1994 y su contenido era similar al anterior.
Pero Petrella dijo que lo desconocía y que no recordaba haberlo
visto. Un tercer mensaje provino del embajador argentino en Túnez
que, tras el atentado, buscó información en sus fuentes
habituales que le aseguraron que el Hezbollah había estado tras
el ataque a la AMIA.
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