Desde La Habana, Fidel Castro
provocó la polémica: ¿La Argentina va a estallar?
¿Somos un país dependiente, a punto de ser anexado por los
Estados Unidos? Ya han perdido toda independencia, sentenció
Castro el martes, delante de varios periodistas argentinos. Esa frase,
como otras tan drásticas, motivaron la consabida respuesta del
gobierno argentino. Pero también generaron un debate entre varios
dirigentes representativos de la izquierda, del peronismo y de la Alianza.
Jorge Altamira, Partido Obrero: Las declaraciones de Fidel
confirman una caracterización que viene haciendo el Partido Obrero
desde los sobornos del Senado: que en la Argentina hay una crisis del
poder. Pero a esa caracterización nuestra no la comparte el resto
de la izquierda. Ahora, Fidel Castro viene a apoyar nuestra declaración.
La frase del reportaje que más me interesa es la que dice Tienen
acumulada toda la dinamita y sobre todo una situación insoluble.
Eso tipifica una crisis de poder, significa que arriba no se puede mantener
la situación, como abajo no se banca. Y por lo tanto, nos plantea
la responsabilidad de plantear una alternativa de poder. Es lo que nosotros
venimos planteando, que se vayan el gobierno nacional y los provinciales,
y que el país sea dirigido por una asamblea constituyente electa.
Donde tengo una discrepancia parcial con Fidel es cuando dice ya
no se habla de estallido social, sino de la lucha por la independencia.
Me parece que separa el estallido de la lucha por la independencia, como
diciendo que hay un problema nacional y se ha desplazado el social. Pero
los dos, en realidad, están intrincados.
Alicia Castro, Frente Polo Social: Me parece una síntesis
de una gran lucidez. Argentina está en una coyuntura dramática,
a punto de hundirse definitivamente como los países hundidos de
Latinoamérica, los países andinos. Esto es objetivo: es
un país con 14 millones de pobres, 3 millones de excluidos sociales,
8 mil personas que caen por día de la línea de pobreza,
y un Estado que se ha retirado de sus funciones básicas. Este es
un país donde no hay más vigencia de los derechos constitucionales
y donde los millones de excluidos no pueden considerarse ciudadanos plenos.
¿Qué nivel de injusticia debemos tolerar hasta que nos demos
cuenta que se han trastocado los modelos más profundos? Hay que
cambiar el modelo. Hay que hacer un cambio integral del modelo económico,
que la Argentina deje de privilegiar la especulación financiera
y las privatizadas y que privilegie la producción y el trabajo.
Felipe Solá, vicegobernador bonaerense: Francamente,
admiro al comandante por muchas razones pero me parece demasiado que profetice
la posibilidad de una anexión de la Argentina a los Estados Unidos.
Sí coincido con Fidel en que el planeta está asistiendo
a una resistencia generalizada al neoliberalismo como panacea. Esto empezó
antes de los atentados y el freno al crecimiento en USA, Europa y, por
supuesto, América latina. Cuando estalló la inseguridad
a escala mundial ya era una realidad que no podía taparse. ¿La
Argentina? Nosotros no tenemos un día D del estallido. El estallido
es esto: haber perdido la alegría y las esperanzas, no creer en
nadie, que fracasen todos. Lo que venga no tiene porqué ser peor,
si somos capaces de reaccionar.
Vilma Ripoll, Izquierda Unida: Nosotros venimos planteando
que la deuda externa es el problema esencial al que tenemos que darle
una respuesta distinta a la que proponen el PJ, la Alianza y el cavallismo.
Es necesaria la suspensión inmediata de los pagos de la deuda:
es la única posibilidad de empezar a crecer. Coincido con el análisis
de Fidel Castro. Somos un país que ha perdido su independencia,
y las próximas medidas, como la dolarización, van a hacernos
perder hasta nuestra moneda. Lo que me parecería importante, entonces,
es que Fidel Castro convoque a un Frente de Deudores para que las medidas
que tomemos ayuden a Argentina y a toda América latina a salir
de la dependencia y a pelear contra el FMI.
DOCUMENTOS
DEL PLAN CONDOR EN LA CAUSA
Los claros memos de Kissinger
Por V.G.
El juez federal Rodolfo Canicoba
Corral recibió documentación del Departamento de Estado
de Estados Unidos relacionada con el Plan Cóndor. Entre los escritos,
que en gran parte provienen de las bibliotecas oficiales de los ex presidentes
norteamericanos Gerald Ford y James Carter, se menciona la existencia
de quinientos exiliados políticos bolivianos residentes en Argentina
y de cientos de uruguayos en las mismas condiciones. Los refugiados
están en una situación particularmente grave. Muchos del
grupo que queremos asistir fueron víctimas de secuestros, torturas
y muerte, escribió el secretario de Estado Henry Kissinger
al procurador de EE.UU. Mr.K, a quien Canicoba Corral quiere interrogar,
aclaró en el mismo documento fechado el 21 de julio de 1976
que no proponemos, por supuesto, que aceptemos personas que sean
comunistas, terroristas u otras no aptas bajo la ley o los que puedan
estar buscando escapar de penurias económicas más que de
la persecución política.
El 14 de setiembre de 1976, Harry Shlaudeman, secretario asistente para
Asuntos Interamericanos, le escribió al procurador que los uruguayos
y bolivianos exiliados en Argentina han sido los blancos de los
terroristas argentinos de derecha. En mayo, dos prominentes ex legisladores
uruguayos fueron secuestrados y asesinados. En julio, alrededor de 24
uruguayos fueron secuestrados y docenas de otros uruguayos desaparecieron.
Los documentos, que aún no fueron traducidos oficialmente, llegaron
al juzgado de Canicoba Corral a raíz de una solicitud hecha por
el ex juez Adolfo Bagnasco para las investigaciones sobre robo de bebés
durante la dictadura y el Plan Cóndor. En algunos de los papeles,
a los que tuvo acceso Página/12, se relata el peligro que corrían
los exiliados de otros países latinoamericanos en Argentina durante
la última dictadura y las gestiones del Alto Comisionado de Naciones
Unidas para los Refugiados.
En la causa que investiga la asociación ilícita establecida
por las dictaduras del Cono Sur durante la década del 70 el
Plan Cóndor fue procesado el dictador Jorge Rafael Videla
y se ordenó la detención con miras a extradición
del chileno Augusto Pinochet, el paraguayo Adolfo Stroessner y el uruguayo
Julio Vadora con cuatro de sus subordinados. Ayer, los abogados querellantes
Alberto Pedroncini, David Baigún y Marcelo Mónaco pidieron
que el juez resuelva la situación del dictador y luego presidente
constitucional boliviano Hugo Banzer Suárez.
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