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COMO ES EL NUEVO PLAN DE EE.UU. PARA MEDIO ORIENTE
Sharon negocia para negociar

La pulseada entre Washington-Londres e Israel ya comenzó. El plan de paz de EE.UU. en Medio Oriente avanza sobre cuestiones que el premier Ariel Sharon se niega por el momento a ceder.

El premier israelí Ariel Sharon escucha a su rival en el gobierno, el canciller Shimon Peres.

Por Ewen MacAskill, Suzanne Goldenberg y Michael White *
Desde Londres, Jerusalén y El Cairo

Estados Unidos debe hacer un esfuerzo para obligar a Israel a volver a las negociaciones de paz con los palestinos, ante el temor de que Occidente pueda perder la guerra de propaganda con Osama bin Laden. En un intento por enfrentar uno de los principales motivos de resentimiento entre los musulmanes, el presidente George Bush usará todos los medios financieros y políticos a su alcance para impulsar a los israelíes y los palestinos a la mesa de negociaciones. Bush, cuya paciencia con el primer ministro israelí –Ariel Sharon– finalmente se acabó, está armando un detallado plan para publicarlo en las próximas semanas con la esperanza de poder resolver 53 años de conflicto. Sharon está en tratativas dentro de su propio gobierno para analizar qué posición lleva a Washington el mes que viene. En respuesta a Bush, los asesores de Sharon dijeron ayer que Israel acepta la existencia de un Estado palestino pero pone algunas condiciones.
Sharon, cuya base política está desconcertada por lo que está pasando, no cambiará de opinión fácilmente, y la escena está lista para una batalla política importante. El primer ministro británico Tony Blair que regresó anoche a Londres de una visita de dos días a los Emiratos Arabes Unidos, Oman y Egipto, destacó la preocupación creciente en Estados Unidos y Gran Bretaña al respecto. Sólo cinco días después que comenzaran losbombardeos en Afganistán, Blair admitió, para sorpresa de muchos, que Occidente estaba en peligro de perder la guerra de propaganda en los Estados musulmanes. Dijo: “Algo que me resulta cada vez más claro es que necesitamos mejorar nuestra imagen en los medios y en la opinión pública en el mundo árabe y musulmán. Tenemos la necesidad de comunicarnos efectivamente”.
Bin Laden electrizó a varios sectores del mundo musulmán a las pocas horas del primer bombardeo sobre Afganistán, dando a conocer un video en el que trataba de polarizar el conflicto entre Occidente y el Islam, enfocándolo especialmente en la crisis israelo-palestina. Un alto asistente de Blair reconoció que la emisión había encontrado una audiencia receptiva en Medio Oriente. La mayor preocupación de Occidente es el potencial cisma entre los líderes árabes, que básicamente apoyan a Occidente y están indignados con Bin Laden, y sectores de su gente para quienes él se ha convertido en un potente símbolo de desafío. Reconociendo esto, Blair dijo: “Todas las partes moderadas y sensatas de la opinión árabe saben que lo que estamos haciendo en Afganistán está bien y lo apoyan. Pero nos señalan que tienen un problema general con su propia gente, que nosotros hemos perdido interés en el proceso de paz. Es una percepción a la que debemos atender”.
En una serie de entrevistas en la región y un artículo firmado que ofreció a los periódicos árabes, y como parte de una nueva batalla de opinión pública de Londres, Blair enfatizó la necesidad urgente de “convencer a la gente de que somos sinceros en nuestro deseo” en conseguir que el proceso de Medio Oriente vuelva a su carril. El nuevo pensamiento en Estados Unidos es el mismo, y Arabia Saudita y Egipto lo están apoyando con entusiasmo. Está basado en las propuestas que israelíes y palestinos pusieron en la mesa de negociaciones cuando se reunieron en enero en Taba, Egipto, y que fue lo más cercano que se llegó a un acuerdo. Contempla a Jerusalén como la capital compartida de los Estados Judíos y palestino.
Se espera que las ideas, que debían ser anunciadas en un discurso por el secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell y que fueron pospuestas por los ataques del 11 de septiembre, sean divulgadas formalmente más tarde este mes. Las filtraciones en la prensa norteamericana e israelí están causando temblores alrededor de Sharon, aunque los diplomáticos de Estados Unidos dicen que las propuestas podrían cambiar antes de ser emitidas públicamente.
“Este gobierno no va a dividir Jerusalén. Punto”, dijo el vocero de Sharon, Raanán Gissin. “Jerusalén seguirá siendo la capital del pueblo judío.” Sharon visitará Washington el mes que viene para presentar su caso, informó Radio Israel. Se sabe que está enojado porque Powell consultó a Arabia Saudita y a Egipto pero no a Israel cuando redactó el borrador de su discurso. Los funcionarios palestinos aplaudieron el plan, y más aún cuando Bush se expresó que está a favor de la existencia de un Estado palestino.
“El gobierno de Israel estaría dispuesto a negociar la creación de un Estado palestino, bajo condiciones, y siempre después de que ponga fin a la oleada de terrorismo y violencia”, aseguró Dani Naveh, portavoz de Sharon. “La propuesta de Bush no supone nada terrible ni nuevo para Israel”, declaró Avi Pazner, asesor de Sharon, quien además recordó que semanas atrás el premier israelí había defendido la instauración de un Estado palestino. Claro que hace una semana, en referencia a los intentos de Estados Unidos y Gran Bretaña de congraciarse con el mundo árabe, Sharon había asegurado que “Israel no seria una nueva Checoslovaquia”, refiriéndose al pacto que en 1938 suscribieron los británicos con los alemanes, permitiendo que Adolfo Hitler se anexionara sin un solo tiro Checoslovaquia.
Revelando el nerviosismo de los gobiernos árabes, se supo ayer que un plan tentativo para incluir a Arabia Saudita en el itinerario de Medio Oriente de Blair fue descartado a último momento. El gobierno saudita temela opinión del fundamentalismo islámico en el reino. El diario de Londres Asharq al-Awsat citó “fuentes informadas” en Londres diciendo que el reino le había dicho a Blair que no lo podía recibir porque estaba muy sensible sobre su rol y posición en el mundo islámico. Las fuentes del gobierno de Gran Bretaña le restaron importancia, insistiendo en que la visita no era posible logísticamente.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

 

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