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ANTICIPO DEL PLAN DE VIVIENDAS QUE PREPARA ECONOMIA
Uso útil para fondos de AFJP

El programa prevé financiarse mediante fondos capitalizados en AFJP. También, beneficios fiscales para constructoras.

Recursos: Los cavallistas le reconocen a Gallo haber promovido el sistema inglés para la obra pública, por el cual se construye con recursos privados.

Eduardo Baglietto, titular de la
Cámara Argentina de la Construcción.
El plan responde a la demanda de la
entidad desde hace años.

Por Cledis Candelaresi

Los cimbronazos políticos preelectorales demoraron el anuncio de un paquete para estimular la construcción y la demanda de viviendas para la clase media, que Economía alista. La batería de medidas, que podrían darse a conocer en los próximos días, contempla beneficios fiscales para los constructores así como la posibilidad de utilizar los fondos capitalizados en las AFJP para la compra de unidades, idea alentada por la Cámara Argentina de la Construcción. Con esta estrategia, el Gobierno intentará resucitar un sector muy golpeado por la recesión sin necesidad de que el famélico erario desembolse dinero.
Quizás el punto más novedoso del paquete es el que permitiría a los beneficiarios del sistema de jubilación privado destinar una proporción de lo capitalizado en su cuenta para pagar un anticipo del precio de la vivienda que compra. Este monto sería luego restituido por el titular, pero a largo plazo y con un interés muy inferior al de los préstamos hipotecarios del mercado.
Según el borrador oficial, el resto del préstamo para completar el valor de la unidad podría ser otorgado por la propia AFJP, que luego comercializaría la hipoteca en el mercado secundario. O bien, por un banco, al que la Administradora en cuestión podría comprarle el título hipotecario con el mismo propósito de titulización.
La idea de utilizar parte del ahorro previsional para la compra de casas o departamentos fue planteada por la CAC como parte de un complejo plan de viviendas que serviría para movilizar la construcción con escasos recursos públicos. De inmediato la alternativa sonó bien en los oídos oficiales, donde ya se barajaba una alternativa similar. Economía e Infraestructura –básicamente el cavallista Carlos Bastos– comenzaron a precisar el diseño del sistema y analizar si éste requeriría una modificación a la Ley 24.191 de Reforma Previsional.
El otro capítulo fuerte del plan de viviendas cavallista podría incluir un decreto con ventajas impositivas para las empresas constructoras. Seguramente, entre ellas estará la posibilidad de aplicar el crédito fiscal del IVA pagado sobre todos los insumos a obligaciones impositivas inmediatas. Pero a este beneficio fiscal podría añadirse algún otro, en particular para las que construyan unidades para los sectores menos pudientes.
El estímulo a la construcción es concebido por el Gobierno como un recurso para generar empleo y reavivar una serie de actividades ligadas a ésta. Ese efecto multiplicador resulta un anzuelo tan eficaz como el lobby de los constructores, que aún no gozan de los prometidos beneficios del Plan de Infraestructura, diseñado por el secretario de la Presidencia, Nicolás Gallo, y perfeccionado por su sucesor en Infraestructura, Bastos. Los cavallistas reconocen a Gallo el mérito de haber promovido el sistema inglés para la obra pública, capítulo fuerte de ese Plan Federal. Se trata de un mecanismo de financiamiento por el cual éstas se construyen con recursos privados: el Estado sólo ofrece garantías para que las constructoras consigan financiamiento más barato y repaga los emprendimientos después que éstos fueron concluidos.
Pero las iniciativas para fomentar la construcción de viviendas que anunció desde su anterior puesto el actual secretario general de De la Rúa resultaron totalmente ineficaces. Tampoco es muy prometedor el decreto del cavallismo que permite desgravar de Ganancias los intereses que se pagan por los créditos hipotecarios: este mecanismo sólo puede servir al segmento de ingresos medios altos de la población, pero deja afuera a un sector importante de la demanda potencial.
El Central ya flexibilizó las exigencias a los bancos para que éstos puedan admitir como deudores hipotecarios a clientes que no tienen ingresos blanqueados, siempre y cuando tengan buena conducta probada en la institución. En los próximos días podría añadirse alguna otra normatécnica para fomentar aún más los préstamos hipotecarios a menor tasa. Para reactivar, cualquier intento vale la pena.

 


 

REEMPLAZA A BONOS PROVINCIALES
Lecop para todos

Domingo Cavallo se llegó ayer hasta la Casa de la Moneda para ver el nacimiento de su última criatura: las Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (Lecop), que empezarán a distribuirse entre las provincias como un nuevo medio de pago. La primera emisión fue de 560 mil billetes, cada uno equivalente a 50 pesos, es decir, por 28 millones de pesos, como anticipo de un programa que alcanzará hasta 1300 millones. La pretensión es que las Lecop reemplacen a los distintos bonos provinciales, como los patacones bonaerenses y jujeños, los quebracho chaqueños o los bocanfor formoseños.
Las Lecop aparecieron ante la sequía fiscal, tanto de la Nación como de las provincias. Para cumplir con el Déficit Cero, Cavallo cortó las partidas hacia los distritos del interior, desconociendo el Pacto Fiscal vigente, que lo comprometía a remitir 1364 millones de pesos mensuales. El ministro espera que la distribución de Lecop haga más tolerable el tijeretazo que aplicó a los fondos provinciales.
La nueva seudomoneda también surgió ante la proliferación de bonos en el interior, que ahora quedarían resumidos en un solo instrumento con mayor respaldo y, por tanto, con menor riesgo de desvalorización. Un grupo de provincias acordó con el Gobierno que eventualmente utilizarían las Lecop, mientras otras las esperan ansiosas. Entre estas últimas figuran Jujuy y Formosa. Carlos Ruckauf también anticipó que quiere las Lecop para reemplazar a los patacones, pero eso ocurriría recién a partir del mes que viene. En tanto, se sumarían Chaco, La Rioja, Río Negro, Neuquén, Chubut, Corrientes, Misiones, San Juan, Entre Ríos, Salta y Tierra del Fuego. Por ahora no está previsto que lo hagan Córdoba y Santa Fe. Los Lecop servirán para pagar impuestos nacionales, y los gobernadores lo entregarían a empleados públicos y proveedores.

 

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