Por Adriana Meyer
María Julia Alsogaray
ya está acostumbrada a entrar y salir de Comodoro Py. Ayer continuó
prestando declaración indagatoria durante nueve horas en la causa
que podría llevarla a la cárcel, pero no perdió la
calma y salió rumbo a su casa. Tendrá que seguir declarando
el lunes. Está acusada de haber liderado una asociación
ilícita que presuntamente pagó sobreprecios, adjudicó
obras y designó funcionarios en forma irregular para la refacción
de las oficinas del Programa de Desarrollo Institucional Ambiental (Prodia),
cuando ocupaba el cargo de secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo
Sustentable. En su extenso descargo aseguró que los hechos que
se le imputan fueron actos administrativos reservados al criterio
de oportunidad y conveniencia que tenga quien ocupa el cargo político.
La ex polifuncionaria más cercana a Carlos Menem todavía
no empezó a responder el interrogatorio que tiene preparado el
juez Rodolfo Canicoba Corral. Su indagatoria había comenzado el
miércoles y se extendió más de cuatro horas, hasta
que el magistrado resolvió pasar a un cuarto intermedio. Ayer,
a las 9.45, vestida con pollera negra, blusa y el mismo chal rojo que
había usado en su primera aparición, llegó en un
automóvil gris metalizado con vidrios polarizados e ingresó
directamente al subsuelo del edificio de los tribunales federales de Retiro,
evitando cámaras y micrófonos. Junto a la defensora oficial
Perla Martínez de Buck se dirigió al despacho del juez,
en el tercer piso.
Alsogaray continuó desmenuzando la acusación de la Oficina
Anticorrupción (OA), tratando de negar hechos e imputaciones, con
detalles y precisiones. La OA había denunciado que en 1995 pagó
dos millones de dólares por refaccionar un piso de una oficina
céntrica y construir un entrepiso destinados al Prodia. Esa cifra
incluiría sobreprecios y la ex funcionaria habría firmado
varios contratos separados para evitar llamar a licitación y adjudicar
las obras en forma directa a distintas empresas y profesionales, con algunos
de los cuales mantenía relación personal. La ex funcionaria
aportó documentación referida a un fideicomiso del Banco
Ciudad que también figura en la denuncia. La OA indicó que
los asuntos públicos fueron manejados entre un grupo de conocidos,
algunas obras se encargaban a contratistas amigos en aras de alcanzar
ganancias personales.
Pero la jornada terminó sin que el juez haya podido empezar a hacerle
preguntas, lo que ocurrirá el lunes a partir de las 10.
El fiscal federal Miguel Osorio la imputó como jefa de una asociación
ilícita, delito no excarcelable, argumentando que cuando
alguien desembarca en un organismo con gente conocida, de su confianza,
cuando se gambetea la normativa jurídica que mínimamente
da transparencia a la gestión pública, eso no es otra cosa
que la concertación de un grupo de personas para cometer un delito.
Sin embargo, Canicoba Corral no sólo no ordenó la detención
preventiva de Alsogaray antes de interrogarla sino que tampoco lo haría
cuando concluya.
Fuentes judiciales explicaron a Página/12 que el magistrado le
enrostra determinados hechos y no calificó qué tipo de delitos
habría cometido. Esto puede ocurrir dentro de los diez días
que establece el Código o después de que el juzgado ordene
una serie de medidas y que declaren el resto de los imputados: su ex subsecretaria
de Coordinación, Mabel Behal, el marido de ésta y ex coordinador
de créditos internacionales Oscar Banchio, el ex delegado en Parques
Nacionales, Santiago Bignoli y su padre, Arturo Bignoli. De todos modos,
la posibilidad de que termine presa sería concreta aunque no inmediata.
La presencia en el juzgado de efectivos del escuadrón Buenos Aires,
de la Gendarmería, y de un camión celular perteneciente
a esa fuerza en la playa de estacionamiento de los tribunales hicieron
sospechar que era inminente su detención pero, en realidad, respondieron
al encarcelamiento de un ciudadano bengalí. Pasadas las 19, Alsogaray
se retiró del edificio, escoltada por un par de policías
que la acompañaron hasta que salió por una puerta lateral,
evitando una vez más la guardia periodística.
Además de esta acusación, Alsogaray sobrelleva una decena
de causas judiciales y en una de ellas está procesada y sufre un
embargo de 3 millones de pesos porque supuestamente se enriqueció
en forma ilícita tras su paso por los cargos que ocupó durante
los diez años de presidencia de Carlos Menem. Antes de ocupar la
Secretaría de Recursos Naturales fue interventora de Somisa y ENTel.
ACLARACION
DEL EX VICECANCILLER EN EL CASO AMIA
Petrella suma más confusión
El ex vicecanciller Fernando
Petrella intentó aclarar ayer los términos de la declaración
que hizo el jueves ante el juez federal Juan José Galeano en la
causa AMIA. No quiso aparecer descargando la responsabilidad en su antiguo
jefe, el ex canciller Guido Di Tella. Pero sólo aportó confusión:
Al canciller no le fue enviado el cable y no lo envié yo,
dijo en referencia al documento de la embajada argentina en Teherán
que aportó indicios sobre la participación de Irán
en el atentado.
De las palabras del ex funcionario no quedó claro si el cable no
fue enviado o si fue enviado por otra persona que no fue él. Lo
cierto es que el jueves, bajo juramento, Petrella afirmó que recibió
copia del cable en el que el encargado de negocios de la embajada argentina
en Irán informó el 31 de julio de 1994 que un piloto comercial
de esa nacionalidad se había presentado en la delegación
diplomática para manifestar sus sospechas sobre la participación
de Brat Alí Badesj Abadi nombre de un correo diplomático
iraní en la voladura de la AMIA. El ex funcionario aseguró
que sabía que ese cable había sido retransmitido a Di Tella,
quien estaba en Estados Unidos para analizar si el Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas podía colaborar con la Argentina.
Ese cable yo no lo recibí, no fui el receptor, nunca le fue
transmitido al canciller Di Tella, y la retransmisión no la hice
yo ni mi oficina, porque no correspondía, afirmó Petrella.
Estas palabras son confusas, pero quienes estuvieron en el despacho de
Galeano durante el testimonio del ex funcionario no tienen dudas: allí,
el ex vicecanciller dijo claramente que vio el cable y que éste
le llegó a Di Tella, aunque aclaró que no fue él
quien realizó el trámite. En cambio, sugirió que
esa tarea estuvo a cargo de la Dirección de Africa del Norte y
Medio Oriente. Petrella fue interrogado por ese cable y otra comunicación
cifrada que no fue remitida de inmediato a la Justicia. El primero se
conoció en 1998 y el segundo hace pocos meses. El ex funcionario
aseguró que la asesoría jurídica de Cancillería
era la oficina que debió haber informado a Galeano. Cuando le retrucaron
que esa repartición no estaba al tanto de las comunicaciones, apuntó
al gabinete del ministro. Para aclarar si Di Tella tuvo acceso a la información,
el juez lo citó para el jueves próximo.
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