Las dietas de nombre propio,
avaladas por supuestos expertos en adelgazamiento y que prometen rápidas
pérdidas de peso, no dejan de recibir golpes de los científicos.
Ahora les toca el turno a las populares dietas hiperproteicas, cuya eficacia
no ha sido demostrada a largo plazo, y además presentan riesgos
potenciales para la salud cuando se siguen durante mucho tiempo, según
un informe del Comité de Nutrición de la Asociación
Americana del Corazón (AHA).
El informe, que se publica en el último número de la revista
Circulation, se refiere expresamente a algunas dietas para la pérdida
rápida de peso (entre ellas, las dietas Atkins, Zone, Protein
Power, Sugar Busters y Stillman) y da normas para que los profesionales
de la salud las evalúen. Los alimentos ricos en proteínas
pueden ser también ricos en grasas, dicen.
Algunas de estas dietas aumentan la ingesta de grasa y reducen la
de otros alimentos, como las frutas y las verduras, lo cual no es bueno
para cubrir las necesidades nutritivas a largo plazo, advierte Robert
H. Eckel, uno de los autores. Muchas de estas dietas no aportan
las vitaminas, los minerales, las fibras y otros elementos nutritivos
esenciales, y tienen además un alto contenido en grasas.
Las dietas ricas en proteínas inducen una disminución rápida
del peso, principalmente por la pérdida de líquidos corporales
causada por el efecto diurético que tiene eliminar la mayoría
de los carbohidratos, explica Eckel. Es importante que la opinión
pública entienda que no hay pruebas científicas que respalden
la afirmación de que las dietas ricas en proteínas permiten
a las personas mantener su pérdida de peso inicial, recalca.
En general, las dietas de pérdida rápida de peso no
funcionan.
Los estudios han demostrado en repetidas ocasiones que el mantenimiento
de la pérdida de peso se da principalmente cuando las personas
siguen una dieta equilibrada desde el punto de vista de la nutrición
y aumentan la actividad física para quemar más calorías
de las que consumen, afirma Eckel, profesor de medicina del Centro de
Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado, en Denver (EE.UU.).
La carne y los huevos, alimentos habitualmente muy potenciados en estas
dietas, y otros similares, son de origen animal y ricos tanto en proteínas
como en grasas saturadas. Al mismo tiempo, algunas de las dietas limitan
drásticamente el consumo de alimentos ricos en carbohidratos, como
los cereales, las frutas, las verduras y los productos lácteos
desnatados, dice Eckel, lo cual puede tener consecuencias para salud a
medio plazo.
El informe señala que una dieta rica en proteínas animales,
grasa saturada, aumenta los niveles de colesterol, un efecto que se multiplica
cuando se limitan o eliminan los alimentos vegetales, ricos en carbohidratos
y fibras, que ayudan a reducir el colesterol.
Este tipo de dietas supone un especial riesgo para los pacientes
con diabetes, se dice en el informe. Además, comer grandes
cantidades de alimentos animales ricos en grasa durante mucho tiempo aumenta
el riesgo de padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales y diversos
tipos de cáncer.
El País, especial para Página/12
ENCONTRARON
RESTOS DE UN NIÑO DEL SIGLO XVIII
Un chico que tiene tres siglos
Los restos de un niño
que vivió en la época colonial fueron hallados en las ruinas
de la basílica de San Francisco, en Mendoza, en pleno centro de
la ciudad capital. Después de conocerse la noticia, desde la Municipalidad
local se informó que en los próximos días arribarán
al lugar especialistas noruegos que participarán en la investigación
que viene realizando un grupo de arqueólogos de la Universidad
Nacional de Cuyo.
En la mañana del jueves, un grupo de científicos comandado
por Horacio Chiavazza trabajaba en la excavación de una de las
zonas aledañas a las ruinas de la basílica destruida por
un terremoto en 1861, en el marco de una nueva etapa de la investigación
cuyo objeto es determinar las características de los cimientos
del templo construido por los jesuitas en el siglo XVII.
Mientras se realizaban las excavaciones se encontró el cuerpo del
niño junto a la base de la primera iglesia. Se trata de un cuerpo
casi intacto de un menor de 4 o 5 años que vivió entre fines
del siglo XVII y principios del XVIII. Según los investigadores,
los restos óseos encontrados parecen estar intactos a cierta
distancia, aunque el cráneo y el húmero derecho
están desintegrados por efecto del tiempo.
Aparte de este cadáver, fue hallado, a menos de un metro, un ataúd
de madera que contenía otro cuerpo. El descubrimiento del ataúd
podría permitir a los investigadores determinar con mayor precisión
la fecha en que fueron enterrados los cuerpos, mediante la observación
del tipo de clavo utilizado para la fabricación del cajón.
Es probable que los restos pertenezcan a individuos criollos o españoles
ya que los hallazgos tuvieron lugar dentro del perímetro del primer
templo, y, según las costumbres de la época, los esclavos
negros y los huarpes eran enterrados fuera del templo. Además,
como indican los arqueólogos, la presencia de un ataúd da
indicios claros sobre las condiciones sociales de los enterrados, puesto
que no cualquiera podía acceder a un cajón.
En cuanto a que el hallazgo producido haya sido de un niño, esto
no es una novedad para los investigadores. En palabras de Chiavazza:Está
registrado que los índices de mortalidad infantil en esa época
eran altos ya que las condiciones sanitarias y las dietas no eran buenas.
Este es uno de los 40 entierros que hemos descubierto en las ruinas y
el cuarto infantil.
Ahora en más se comenzará un delicado trabajo que incluye
registros fotográficos, dibujos y una costosa limpieza, en espera
de los especialistas en el estudio de restos humanos de la Universidad
Nacional de Noruega.
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