Por Emanuel Respighi
La sinergia entre el cine y
la televisión es una combinación que la industria audiovisual
argentina aún no ha explotado lo suficiente. Más bien, a
lo largo de la historia, los dos sectores más relevantes de la
industria se limitaron a caminar por senderos paralelos, pocas veces convergentes.
En Europa, en cambio, existe una mayor relación entre la TV y el
cine, que suelen trabajar en proyectos conjuntos. Tal es el caso de los
telefilms, películas de más de una hora de duración
realizadas especialmente para la televisión, pero con la técnica
y la producción cinematográfica. Eso parece empezar a cambiar.
A partir de abril del año próximo, América proyectará
Amores ciegos, un paquete de telefilms que aunará por
primera vez las ventajas de los dos dispositivos audiovisuales, inaugurando
un nuevo camino para la industria. Los telefilms serán adaptaciones
de textos de escritores consagrados, realizado por directores de prestigio
y actores importantes, según consta en el acuerdo.
Creado por Pablo Bossi y Beda Docampo Feijóo, Amores ciegos
será una serie de doce telefilms basados en obras literarias de
autores hispanoamericanos (ver aparte), cuya temática común
será la del amor. Producido por el Instituto Nacional de Cine y
Artes Audiovisuales (aporta el 40 por ciento del presupuesto), el proyecto
es una realización argentina-española, ya que de los doce
telefilms seis se rodarán de este lado del Atlántico y la
otra mitad en la Madre Patria. Ojalá el proyecto permita
abrir una puerta en televisión a los directores de cine. Sería
misión cumplida. La unión entre el cine y la TV es beneficiosa
para las dos partes, de aprendizaje mutuo. Y, obviamente, alzará
la calidad de los productos televisivos, generando una nueva oferta para
los televidentes, remarca el escritor y director de cine Docampo
Feijóo.
¿Cuál es la principal diferencia entre realizar una
película para el cine y una para televisión?
La estructura es la misma que la de un largo, pero como tiene bajo
presupuesto, hubo que elegir historias acordes al dinero disponibles.
La idea original fue, al margen de la temática, realizar películas
para el lucimiento de los actores, con pocos escenarios. Pero, como se
van a rodar durante doce días, la diferencia con los programas
de televisión se va a notar. La gente que va a participar es gente
de cine, con la idea de ver si el cine puede hacer un maritaje con la
televisión. Algo que todavía acá es infrecuente.
¿Por qué cree que en Argentina el mercado aún
está vacante?
Probablemente porque en Argentina es muy difícil hacer cualquier
cosa, por la propia situación económica de nuestras y,particularmente,
de las televisoras. La respuesta es la misma que utilizaría para
explicar los motivos de la dificultad de rodar en el país una película
para el cine: por las condiciones económicas actuales. Aunque el
recelo artístico entre el cine y la televisión también
pudo haber influido.
¿El hecho de que sean productos cinematográficos acotará
el universo de televidentes?
En cierto sentido, puede ser que sí. Pero fijate que hubo
películas argentinas de calidad que tuvieron un rating considerable
cuando se emitieron por televisión. Claro que no va a ser lo mismo
que Gran Hermano. Tampoco pretende serlo. Pero creo que la
televisión necesita encontrar nuevos espacios para otro tipo de
público. Y Amores ciegos viene a cubrir ese espacio.
¿Qué atracción extra tendrá el programa
para el público?
Obviamente, este proyecto es para un segmento definido, que tenga
una cierta inquietud por la calidad de lo que ve. El hecho de que van
a ser historias de amor y de que los actores serán la principal
motivación, seguramente ampliará el número de potenciales
espectadores. Pero gustará más a las personas que busquen
calidad en su espectación. Además, el cicloposeerá
un corte generacional de manera transversal: desde jóvenes hasta
tradicionales.
¿Por qué decidieron hacer converger esta heterogénea
mezcla de guionistas, escritores y directores?
Fue una decisión unida al proyecto, con el fin de no aplicar
el viejo truco de abarca y devora, en el que todo lo hace
uno o con sus amigos. Hicimos algo democrático, con la idea puesta
en que estén representados varios estilos y generaciones. Todo
con la intención de abrir el espectro a tipos jóvenes que
tengan talento.
¿Por qué se eligió la temática del amor
y no otra?
Para darle la posibilidad de acceder a un público mayor en
la televisión, ya que la mayoría de los televidentes argentinos
no entran por los autores o por los directores, sino por los actores o
la temática. Además, otras temáticas hubiesen sido
más complejas de trabajar y de rodar para la TV. Pero además,
era muy difícil encontrar una circulación temática
en común entre autores tan diversos. Si hubiésemos querido
elegir historias fantásticas o intrigas policiales se hubiese acotado
el número de autores de calidad que hayan escrito ese tipo de relatos.
En cambio, la gran mayoría de los autores escribieron historias
de amor o desamor. Igualmente, en última instancia, en la elección
privilegiamos la calidad de los autores por sobre la temática.
¿Qué le modifica al director y guionista de cine realizar
un producto para el dispositivo televisivo?
El guionista cumple un engranaje fundamental, ya que los cuentos
tienen una extensión corta, de estructura clásica. Y con
eso no hacés un largo, por lo que el guionista tiene que, tomando
el núcleo dramático original, extenderlo a más de
ochenta minutos y convertirlo en un trabajo actoral. Y el director tiene
que darle una imagen que no sea convencional y lograr que los actores
le saquen todo el jugo a los personajes, pensando en realizar los encuadres
y la narración para la televisión, que difiere con la del
cine. En ambos casos, la clave será mechar recursos de una y otra
arte.
Los detalles del proyecto
Cada uno de los doce telefilms que se filmarán a partir
de enero del 2002 (en formato de 16 mm) tendrá un costo promedio
de 250 mil pesos, con un tiempo de rodaje de aproximadamente doce
días. Las seis películas que se realizarán
en la Argentina estarán basadas en los siguientes textos:
Un cuento de navidad, de Marcelo Birmajer; Un sueño realizado,
de Juan Carlos Onetti; Encrucijada, de Adolfo Bioy Casares; Las
dos Elenas, de Carlos Fuentes; Las penas del infierno, de José
Ovejero; Tarde en la noche, de Rosa Montero. Las producciones españolas
serán adaptaciones de los textos Amor ciego, de Rosa Montero;
Vieja moralidad, de Carlos Fuentes; El penal más largo del
mundo, de Osvaldo Soriano; Una mano en las cuerdas y su mejor negocio;
Raineses, el fachista, de García Ortelano; ¿Dónde
está el perro?, de Elvira Lindo. El ciclo incluye además
un amplio corte generacional de actores, guionistas y directores,
entre los que ya están confirmados Daniel Burman, Alejandro
Doria, Bruno Stagnaro, Fabián Bielinsky, Imanol Arias, Carmen
Maura, Luis Brandoni y Norma Aleandro, entre otros.
|
El beatle García
Charly García libró un duelo de guitarras
con el británico Tony Sheridan, el cantante de la primera
canción grabada por The Beatles, para sorpresa de los asistentes
a la 1ª Semana Beatle de Latinoamérica, que se desarrolla
aquí hasta mañana. No lo podemos creer. Vinimos
a concursar con la ilusión de cruzarnos con Sheridan y estamos
viéndolo tocar a dos metros de Charly, a quien escuchamos
desde que nacimos, dijo ayer un integrante del grupo costarricense
Revolution. La banda es una de las 22 procedentes de siete países,
que concursan en la competencia que incluye la Semana. Dos grupos
participarán en la Semana Beatle de Liverpool, el más
importante certamen de músicos que emulan al cuarteto. El
viernes, cuando estaban actuando Sheridan y su trío, García
se presentó en el escenario guitarra en mano y comenzó
a acompañarlos. Llegó un momento en que Sheridan dejó
solo a García y después ambos se enzarzaron en un
duelo de guitarras que duró más de dos
horas e hizo vibrar al público. Un testigo de excepción
fue Julia Baird, hermana menor de Lennon, quien asiste como invitada
a la Semana Beatle y hoy charlará con el público,
a las 15, en el Paseo La Plaza.
|
|