Por Marta Dillon
Desde La Rioja
La amenaza fueron trescientas
mujeres. Trescientas docentes que tomaron las calles de Chilecito guiadas
por la bronca que encendió no haber cobrado sus sueldos. Como rehén,
liberada por la tarde en una abrupta toma de conciencia, la jornada electoral,
a la que por la mañana del sábado se apuntó directamente:
la intención de las maestras era quemar las boletas oficialistas,
retirar cada pasacalle que anunciara a esos candidatos y olvidar las responsabilidades
que muchas de ellas tenían como presidentes de mesa. Aunque más
tarde, cuando estaban a punto de tomar la sede local del Partido Justicialista,
la moderación haya volcado la movilización hacia un modesto
corte de calles frente a la plaza Caudillos Federales, una marcha de antorchas
por la noche y un intervalo en las medidas de fuerza hasta el lunes, cuando
las cartas para la hegemonía menemista desde 1973, puesta en jaque
por el frente que dirige el disidente peronista Jorge Yoma y su aliado,
el también disidente, pero radical, Gastón Mercado Luna,
estén echadas.
El lugar común de la tensa calma podría haber sido útil
para describir el clima electoral en La Rioja si no hubiera sido por el
incidente en la segunda ciudad de importancia en la provincia, Chilecito,
conocida como la perla del oeste. Es justamente esa cuenta la primera
que se desprendió del collar de intenciones de Eduardo Menem, quien
enfrenta su primera elección democrática para conservar
la banca en el senado que ocupa desde hace 18 años. En ese distrito,
según la última encuesta de Mora y Araujo, el Frente para
Todos que lidera Yoma llevaría una ventaja del 25 por ciento. Las
interpretaciones sobre la fugaz revuelta difieren. Para el hermano del
ex presidente, que cerró allí su campaña flanqueado
por Cecilia Bolocco de Menem, se han aprovechado los opositores
por un atraso en los sueldos que no es responsabilidad del gobierno provincial;
la Nación debe 28 millones y sólo se necesitan 3 o 4 para
pagar el 15 de octubre que es cuando vence el plazo. El también
senador justicialista y candidato a igual puesto Jorge Yoma, tiene su
versión: Es la estupidez de Eduardo Menem de decir, no me
vas a votar, no te pago. Y justo relegaron a los de Chilecito. Lo que
buscaron es una convulsión para suspender el comicio. Resulta que
antes de ayer regalaban nafta en la caravana oficialista y hoy no tienen
para pagar a los docentes ...
La amenaza se diluyó. Aun cuando buena parte del electorado sienta
presiones tan omnipresentes como ese cielo plomizo que parece haber aplastado
a la capital provincial. ¿Cómo sé que usted
es periodista? ¿cómo sé que no viene a ponernos la
soga al cuello? Porque si decís lo que se vota después no
te dan nada. El hombre, 63 años, desocupado, se sincera a
medias en una rueda de vecinos en el barrio 20 de mayo, un grupo de casillas
al este de la ciudad, que en una visión estadística podría
calificar como sector popular. El miedo es tan evidente como la tradición
clientelista del sistema político de La Rioja. Recibir parece ser
el sentido único de cumplir con el deber cívico. ¿Cuántos
años llevo de votar? Ni me acuerdo, pero soy siempre la misma,
un poco peor. Ellos cada vez tienen más. Pero opino que hay que
votar al que te da, si no después te cierran la puerta en la cara,
dice Miriam Luna, de 63, que no piensa contradecir el mandato de quien
hoy la pasará a buscar para acudir a las urnas. En los barrios
del este, la elección pasa desapercibida. Pasa por esos personajes
que acercan bolsones de comida, chapas o materiales, y que se presentan
con sublemas, según lo habilitó la modificación a
la ley electoral que suspendió las internas del peronismo en marzo.
Fue entonces cuando Yoma, simplemente el Negro, decidió
competir por fuera del PJ en la provincia y comenzó los acuerdos
que cerrarían el Frente con Todos, hace apenas dos meses, junto
con radicales y frepasistas. El clientelismo no es un método que
deseche la flamante oposición. Gastón Mercado Luna, candidato
a diputado nacional por el Frente para Todos, no sólo justifica
la entrega de mochilas con la imagen de Jorge Yoma, incluso piensa que
Carlos Ruckauf copió la idea para las famosas zapatillas
con su firma. La necesidad es mucha y en los recorridos de campaña
tomamos conciencia del requerimiento, no hacer entregas sería iluso,
argumenta el radical disidente, resignado a quedar ramaleado
después de esta apuesta por el resto de su partido del que espera
no ser expulsado, ya que de conseguir la banca, el bloque radical sería
su lugar natural.
El problema no es entregar mochilas o conseguir chorizos para los
fiscales de mesa. El problema es que eso se haga con fondos públicos,
dice Jorge Yoma que encuentra su principal obstáculo, hoy, en la
ley de lemas. Porque con la estructura del gobierno pueden bancar,
por ejemplo, 14 listas en la capital y todas ellas llevan a los Menem,
14 listas de diputados provinciales y yo tengo cinco nada más,
porque se necesita una estructura económica y de medios para abrir
tantas listas. Desde los votos que es carísimo imprimir hasta los
famosos chorizos. Su coalición, en cambio, asegura Yoma,
tuvo que pedir créditos. El mismo, dice, hipotecó su casa.
La infinidad de sublemas podría tener un efecto rastrillo que mejoraría
las chances de Eduardo Menem y su hermano preso, que posa en todos los
afiches para donar algo de su charme al opaco candidato. Nadie en
el país tiene el carisma del ex presidente, es ridículo
comparar. No estamos usando a Carlos, él tuvo un gesto de humildad
que aceptamos. Pero no es fundamental, nadie duda que el peronismo es
leal y no admite aliarse con un antiperonista, dijo el senador por
teléfono ya que, aseguró, tenía muchas visitas en
el último día de veda electoral. Entre ellas seguramente
contaba al hijo del histórico candidato radical a senador, Raul
Galván, el tercero en cuestión de estas elecciones. Gustavo
Galván, jefe de campaña de su padre -con una intención
de voto menor al 15 por ciento-, llegó al mediodía a la
casa de Eduardo, aunque no hubo datos sobre la conversación. Por
primera vez desde hace casi treinta años la seguridad de la familia
Menem tambalea y el fantasma del fraude echa más sombra que el
mismo cordón montañoso que cerca la capital riojana. Los
rumores hablan de sumas mayores a los 50 pesos para los fiscales y presidentes
de mesa, la mayoría docentes, muchos que ni siquiera han cobrado
su sueldo. Los mismos que, según el diario El Independiente, único
en La Rioja, recibieron instrucciones del secretario de Educación,
Miguel Asís, de no firmar las actas de escrutinio. Sólo
queda enunciar otro lugar común: habrá que esperar que hablen
las urnas.
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