La paranoia de un ataque bioterrorista en Estados Unidos deja de ser una pura fantasía a medida que se suman más y nuevos casos. Ayer se confirmó que otros cinco empleados de American Media Inc. –la editorial donde se detectaron los primeros tres casos, uno de los cuales terminó con la muerte de un editor de fotografía– estuvieron expuestos al ántrax. Además, un sobre recibido en la empresa informática Microsoft en Reno, Nevada, y otro que llegó a la cadena televisiva NBC de Nueva York, contenían ántrax. A la vez, el Miami Herald reveló ayer que Mohammed Atta, uno de los pilotos suicidas del 11 de setiembre, fue a fines de agosto a una farmacia a comprar medicamentos por una comezón en las manos presuntamente infectado de ántrax. George W. Bush aseguró ayer, en medio de una psicosis generalizada: “No podemos permitir que un par de terroristas atemoricen a todo el país”.
La sucesión de casos confirmados y falsas alarmas mantiene en estado de pánico a los norteamericanos que ya agotaron las reservas de la medicina más codiciada: la ciproflaxina, cuyo paquete de 60 tabletas cuesta 399 dólares; mientras, algunos ya cruzan la frontera para vaciar las farmacias mexicanas. El dueño de una farmacia del estado de Florida, Greg Chatterton, identificó ayer como su cliente a Atta, que se presentó con una irritación en las manos de la que se negó a responder sus causas. Según el farmacéutico, el hombre identificado como Atta habría estado junto a Marwan al Shehhi, otro de los secuestradores.
En Boca Ratón, Florida, los exámenes de otros cinco empleados de la editorial confirmaron que estuvieron expuestos a la letal bacteria aunque nada se dijo si habían contraído o no la enfermedad. El vocero de la empresa, Gerald McKelvey, dijo que fue notificado ayer por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Mientras, se siguen esperando los resultados de otros cincuenta análisis.
En el caso de Microsoft, los restos del bacilo se descubrieron en una foto pornográfica que acompañaba un cheque que había enviado, previamente, uno de los empleados a Malasia. Esta vez no hubo polvo alguno. El gobernador de Carson City, Kenny Guinn, precisó que se trataba de una forma menos peligrosa de ántrax, que no se contrae por inhalación, sino por vía cutánea. De todos modos, ya se dispuso que seis personas sean sometidas a análisis. Guinn alertó: “Todos los ciudadanos que reciban material sobre cuya seguridad no estén seguros deben tener cuidado, aún cuando ninguno de los empleados de Microsoft presenta síntomas de ántrax”.
La confirmación del sobre que llegó a la NBC la dio el propio alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, quien dijo: “Esa carta fue analizada anoche y resultó positiva para ántrax o por lo menos rastros de ántrax”. Y explicó que el sobre, dirigido al presentador televisivo Tom Brokaw, podría explicar el contagio que sufrió anteayer una de sus secretarias -Erin O’Connor de 38 años–, quien aún está en proceso de recuperación. Además, un total de 300 personas del mismo edificio fueron sometidas a análisis y unas 200 fueron tratadas preventivamente con antibióticos. Como el blanco predilecto parecen ser los medios de comunicación, las grandes cadenas mediáticas ya decidieron cerrar sus oficinas de correo.
Por otro lado, resultó negativa la prueba del sobre que recibió el viernes la redactora del New York Times especializada en Medio Oriente, Judith Miller. También se descartó la infección de un empleado de Sony Pictures Entertainment –aún internado– que abrió una carta que contenía un polvo blanco en Culver City tras ser examinado en el hospital local. Entretanto, tres personas que trabajaban en establecimientos en Estados Unidos en los que fue detectado ántrax –dos del complejo editor de Florida y una del Rockefeller Center de Nueva York– están siendo observadas, desde ayer, en Gran Bretaña. El Servicio de Salud Pública recalcó que no existen indicios de que los individuos estén infectados sino que “es solamente una medida de precaución”.
Asimismo, se está analizando una sustancia detectada en un avión de la compañía US Airways, que quedó aislado en un hangar del aeropuerto deIndianápolis, donde aterrizó de emergencia con sus sesenta pasajeros en un vuelo de Carolina del Norte a Colorado. Otro avión de la empresa United Airlines con 80 pasajeros fue bloqueado anoche en el aeropuerto de San Diego, California, porque un hombre denunció que otro había diseminado un polvo blanco en el sistema de ventilación de la nave. Mientras tanto, se descartó como falsa alarma una carta que en Italia había recibido una pareja y cuyo sobre había sido manipulado por tres carabineros que fueron internados de inmediato. A la vez se multiplicaron situaciones sospechosas en varios puntos del planeta, como la detención en Chile de un brasileño que pretendía alquilar una avioneta para fumigar sobre Santiago y una carta con polvo blanco que llegó a un diario regional de la ciudad alemana de Maguncia y cuyos resultados se conocerán hoy.

LA POLICIA SECUESTRO UN SOBRE LLEGADO A ROSARIO/12
Una carta sonó la alarma en la redacción

Como diario regional, es infrecuente que a Rosario/12 llegue correspondencia del extranjero, excepto a través de e-mails. Por eso, ayer por la tarde –cerca de las 18– sorprendió que en el buzón de la planta baja del edificio de la sede, San Lorenzo 1131, apareciera un sobre enviado desde Gran Bretaña, con un remitente desconocido. Siguiendo las medidas preventivas ante el bioterrorismo, se dio aviso a autoridades del Ministerio de Gobierno, quienes dispusieron la concurrencia de efectivos policiales de la Unidad Regional II para retirar el sobre, que será sometido a los correspondientes análisis para determinar la presencia de cualquier sustancia extraña.
Dirigido al “redactor jefe”, cargo inexistente en el staff de Rosario/12, el sobre marrón de 30 por 15 centímetros tenía como remitente a “Research Department, Waymaker Ltd., Chess House, 34 Germain Street, Chesham, Buckinghamsire, United Kindgom”. Nunca antes se había recibido correspondencia desde allí. A través de Internet, se localizó una firma denominada Waymaker, con una referencia a “Guía de periódicos”, pero sin más datos. También la dirección corresponde a una localidad existente en Inglaterra del sud, al noroeste de la capital Londres
El subjefe de la seccional 3ª, comisario Malaguerna, concurrió a la sede de este diario –junto a efectivos del Comando Radioeléctrico– y procedió a retirar el sobre, que ya había sido “aislado” con los recursos disponibles. La policía reveló la existencia de un caso similar también ayer por la tarde en Sarmiento al 400, a una cuadra de Rosario/12.
Cabe recordar que seis sobres fueron recibidos en los últimos días en Santa Fe y Reconquista, enviados desde Miami, por lo que fueron retirados para su análisis. Ayer el vespertino El Litoral de la ciudad de Santa Fe recibió un sobre destinado a María del Carmen Caputo, integrante del directorio. En el interior había un material que “podría ser aserrín o pan rallado”, dijeron fuentes policiales.
Ante tantas alarmas, la jefatura de policía de Rosario sugirió a la población que adopte ciertos recaudos al recibir correspondencia, para evitar de esa manera la potencial vehiculización de la bacteria del ántrax. La advertencia está dirigida a quienes reciban cualquier sobre o encomienda “de origen desconocido” o que pueda ser motivo de sospecha por “contener alguna sustancia de riesgo”, para lo cual se indicó una medida esencial: no abrirlo. Por cierto, es lo que hizo Rosario/12, que ahora está a la espera de los resultados que puedan brindarle los análisis.
En esas circunstancias, se sugieren medidas ya divulgadas en otras partes del país, como aislar el sobre o encomienda en una bolsa de plástico sellada con cinta y, en lo posible, introducirla en un recipiente de paredes rígidas o de plástico con tapa a rosca.
En el comunicado se deja en claro también que “toda situación de tales características debe ser puesta en conocimiento inmediato de las autoridades policiales”. Muchas veces, como ocurrió en Chubut y Neuquén (ver nota aparte), la policía ignora qué hacer o no tiene los medios para hacer lo que sabe, que entonces queda en las manos de un juez.

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