Hemos logrado los objetivos
de la primera fase de ataques. Las palabras del presidente norteamericano
George Bush en su mensaje radial de los sábados sonaron ayer un
tanto contrastantes. Es que el Pentágono reconoció ayer,
por primera vez, desde los inicios de los bombardeos, que existieron los
famosos daños colaterales: en este caso, se trata de
un barrio residencial de Kabul, la capital de Afganistán, alcanzado
por error por bombas lanzadas desde aviones norteamericanos,
por lo cual Gran Bretaña, aliada de Estados Unidos, pidió
perdón. Los ataques continuaron ayer con intensidad en Kabul, Kandahar
(bastión de los talibanes) y Herat, en el oeste afgano, y avanzan
los preparativos para la segunda fase de ataques. En cuanto a la psicosis
de guerra, está garantizada su continuación: además
de los casos de ántrax (ver nota aparte), la organización
Al Qaeda de Osama bin Laden anunció a la televisión de Qatar
Al Jazeera que habrá más atentados terroristas en los próximos
días. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, viajará
mañana a Pakistán e India.
Un bombardero F/A-18 Hornet de la Marina estadounidense equivocó
el blanco y dejó caer por error una bomba de 900 kg de ataque directo
(JDAM) guiada por GPS sobre un área residencial cercana al aeropuerto
de Kabul en los ataques nocturnos de anteayer, señaló
el comunicado del Pentágono. También dijo que la bomba habría
provocado cuatro muertos y ocho heridos. Una portavoz del gobierno británico
declaró que obviamente, lamentamos toda víctima civil,
y estamos haciendo todo lo posible para evitar que se produzcan.
Al mismo tiempo, destacó que al menos Estados Unidos reconoció
su error, lo que es de nuevo una clara diferencia con la actuación
de la máquina de mentir de los talibanes. La vocera agregó
que nuestra guerra es contra las redes terroristas y contra quienes
las protegen, no contra la población afgana, y ésa es otra
diferencia con los responsables de los sucesos del 11 de septiembre, que
actuaron para causar el mayor número posible de muertes y víctimas
civiles. Según versiones de los talibanes y de organizaciones
humanitarias, este sería el tercer caso de una bomba que cayó
en un blanco civil en lugar de un militar, y aunque el Pentágono
no lo había reconocido, su jefe, Donald Rumsfeld, había
dicho que no puede descartarse totalmente la existencia de víctimas
civiles.
En todo caso, lo que parece inminente es el comienzo de la segunda fase
de ataques. El viernes, Rumsfeld había dicho que ya era hora de
que la antitalibán Alianza del Norte, convertida en una suerte
de infantería local de Estados Unidos y Gran Bretaña, comenzara
su ofensiva sobre las zonas controladas por los talibanes. La misma Alianza
del Norte dijo ayer que está avanzando rápidamente
sobre las capitales de las provincias afganas de Bamiyán y Samangán.
El Pentágono confirmó que la Alianza del Norte tomó
Changhcharán, capital de la provincia de Ghor, y que se está
verificando una deserción masiva de las fuerzas talibanas. Sin
embargo, el general Bagagjan, a cargo de la región de Bagram (35
km al norte de Kabul), criticó a Estados Unidos por no bombardear
las líneas del frente talibán.
La otra ofensiva que se espera es la de las propias tropas especiales
británicas y norteamericanas, que ingresarían en Afganistán
vía Uzbekistán, la ex república soviética
en la que están instaladas. El portavoz de la Cancillería
paquistaní, Riaz Khan, volvió a descartar cualquier posibilidad
de que estas tropas utilicen territorio de Pakistán. Anteayer,
el vicepresidente norteamericano Dick Cheney había reconocido por
primera vez que las tropas especiales de su país podrían
entrar en acción, mientras la ministra de Desarrollo Internacional
británica, Clare Short, descartó que la invasión
sea masiva.
En estas horas está llegando el portaaviones norteamericano Theodore
Roosevelt al Mar Arábigo, sumándose a los cuatro que
ya están allí (tres de Estados Unidos y uno de Gran Bretaña.
Y se están ajustando las fronteras. Mientras Pakistán detenía
a seis combatientes islámicos que intentaban entrar a Afganistán
para combatir con los talibanes, Tajikistán reforzó con
500 tropas especiales y 20 tanques su frontera con Afganistán,luego
de registrarse disparos y explosiones allí. Y previendo una eventual
incursión de grupos terroristas procedentes de Afganistán,
una fuerza de reacción rápida anti-terrorista de 3000 hombres,
creada en mayo pasado por Rusia, Tayikistán, Kazajstán y
Kirguistán, inició ayer maniobras en el esta última
ex república soviética, que no tiene límites con
Afganistán.
Del lado talibán, su líder, el mullah Mohammad Omar, reiteró
que no entregará a Osama bin Laden e instó a los musulmanes
de todo el mundo a tomar partido por su causa. Pero sin dudas lo
que más inquietud provocan son las amenazas de la red Al Qaeda.
El portavoz de Al Qaida, Sulaimán Abú Gaith, no dejó
tema para causar pánico sin tratar. La tempestad de aviones
no se calmará, si Dios quiere. Y no se calmará hasta que
ustedes (Estados Unidos y Gran Bretaña) no pongan fin a su apoyo
a los judíos en Palestina, no levanten el embargo contra el pueblo
de Irak y no abandonen la península arábiga, dijo
Abú Ghaith, quien recomendó a los musulmanes que no
tomen aviones y no vivan en torres o edificios altos. El portavoz
de Al Qaida continuó amenazando: Decimos a Bush padre, a
su hijo, a Clinton, a Blair y a Sharon, que están al frente de
los criminales sionistas, que han cometido los peores crímenes
contra millones de musulmanes. Su sangre no ha sido derramada en vano
y que les vengaremos. Para finalizar, la advertencia se extendió
a Arabia Saudita, principal aliado de Estados Unidos de la región
y patria de Bin Laden. Al Qaida insta a los estadounidenses, los
ingleses y sus cómplices árabes a abandonar la Península
Arábiga porque la tierra va arder bajo sus pies.
De rutina sobre Irak
Ayer, como ya se hizo rutina tras la Guerra del Golfo, aviones
de combate estadounidenses y británicos atacaron posiciones
de defensa antiaérea en el sur de Irak en sus operaciones
de vigilancia de las zonas de exclusión aérea norte
y sur, para proteger a las minorías kurdas y
shiitas respectivamente.
Según informó el Pentágono, el ataque se produjo
en reacción por las amenazas iraquíes
contra aeronaves militares estadounidenses y británicas.
Y agregó que la defensa antiaérea iraquí disparó
sólo en el curso de este año más de 420 veces
contra aviones de esos países, que patrullan las zonas de
exclusión aérea luego de la Guerra del Golfo.
El presidente de Irak, Saddam Hussein, se manifestó ayer
nuevamente incrédulo ante la promesa de que ningún
país árabe será atacado en la campaña
de represalias lanzada por Estados Unidos tras los atentados del
11 de septiembre. Pero es una promesa que la Casa Blanca ya se encargó
en más de una oportunidad de desmentir.
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DETUVIERON
A LO QUE SERIA UNA CELULA DE AL QAIDA
Durmiendo para Bin Laden
Por Oscar Guisoni
Desde La Paz
Una investigación que
publica hoy La Prensa de La Paz y a la que Página/12 tuvo acceso
exclusivo revela la existencia en Bolivia de lo que se considera una célula
dormida de Al Qaida. La integraban 25 paquistaníes que ingresaron
al país en los últimos meses, en grupos de seis o siete
personas, alegando ser turistas. El caso comenzó a salir a la luz
pública la semana pasada cuando la policía local arrestó
a una pareja conformada por un paquistaní y una estudiante de arquitectura
boliviana. En el domicilio de ellos encontraron planos de aeropuertos
y de aviones, que los detenidos no pudieron justificar satisfactoriamente
para las autoridades.
Los servicios de inteligencia locales trabajan intensamente en colaboración
con la CIA, el FBI y la DEA para determinar cuáles eran los objetivos
del grupo y qué participación tuvieron en la organización
de los atentados del 11 de setiembre. La advertencia la realizó
hace unos días el ex jefe de los servicios secretos peruanos, Vladimiro
Montesinos, preso en Lima, quien afirmó que los pakistaníes
llegaron a Bolivia procedentes de la Triple Frontera entre Brasil, Argentina
y Paraguay.
La comunidad musulmana local se queja por lo que considera una persecución
por parte de las autoridades locales hacia ellos y los organismos de derechos
humanos paceños han pedido informes al gobierno para que aclare
con qué pruebas cuenta. El primer grupo de sospechosos ingresó
a Bolivia en octubre, el segundo en noviembre, el tercero en enero y el
último en abril. Su procedencia era Ecuador, Perú y Chile.
El 21 de agosto el grupo fue parcialmente desarticulado cuando se detuvo
a seis de sus miembros, alojados en el Hotel Sagárnaga de La Paz.
Su presencia en el hotel llamó la atención: dijeron ser
turistas, pero no salían durante el día; por las noches,
sólo iban a locales de comida rápida, para luego volver
a encerrarse en sus habitaciones.
Cuando la policía los detuvo encontraron en sus habitaciones planos
de aeropuertos y aviones. El paquistaní detenido la semana pasada,
Muhammad Alí Irfán, tenía en su domicilio planos
similares. Su esposa, la boliviana Carmiña Patón, afirmó
que ella había utilizado esos documentos para una examen de la
carrera de arquitectura, que cursa en la Universidad Nacional.
En la investigación que publica hoy La Prensa, realizada por el
periodista Carlos Morales, se afirma que a los servicios de inteligencia
locales les sorprendió el grado de complejidad de esos planos y
que es muy difícil que se puedan conseguir simplemente por Internet,
según los detenidos afirmaron esta semana ante la Interpol. Muhammad
Alí Irfán tenía estrecha relación con los
otros seis pakistaníes detenidos en agosto en el Hotel Sagárnaga.
Las mismas fuentes de inteligencia dicen poseer grabaciones que prueban
que los sospechosos están directamente vinculados a los atentados
del 11 de setiembre y una versión no confirmada indica que incluso
tenían pensado secuestrar un avión en Bolivia para realizar
un atentado. Los otros 18 miembros de la célula habrían
abandonado el país durante la última semana, ante el temor
de ser detenidos, aunque la policía local piensa que podrían
llegar a realizar algún atentado contra edificios norteamericanos
o empresas de ese país en los próximos días, por
lo que se ha declarado la alerta máxima en todo el territorio boliviano.
Otros indicios que llevaron a la inteligencia local a sospechar de este
grupo de paquistaníes es que algunos recibían dinero habitualmente
a través de la empresa Western Union y hasta se sospecha de un
ciudadano peruano que les entregaba mensualmente 5000 dólares para
sus gastos. Además, para conseguir su permiso de residencia legal,
estos supuestos turistas recurrieron a certificados de trabajo falsos,
otorgados por empresas que ahora afirman que jamás los contrataron
ni los conocen.
Los seis detenidos en agosto fueron expulsados del país en un vuelo
que el 27 de agosto partió del aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra
con destino a Pakistán. Seis funcionarios policiales bolivianos,
entre los que se encontraba el director de Migraciones Oscar Jordan, los
acompañaron en el viaje que hicieron esposados. Pero al llegar
a Miami se produjo un extraño incidente entre los pakistaníes
y los miembros de la tripulación. Según la versión
de las autoridades bolivianas uno de ellos intentó fugar cuando
descendían de la aeronave. Fueron detenidos por el FBI apenas pisaron
suelo norteamericano. Actualmente los paquistaníes están
virtualmente desaparecidos: no se pudo constatar su presencia en ninguna
cárcel de Estados Unidos, por lo que se presume que se encuentran
en algún centro de máxima seguridad. Este incidente motivó
la protesta de la comunidad árabe boliviana, ya que los sospechosos
no fueron extraditados oficialmente a Estados Unidos.
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