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elecciones 2001

EL VOTO EN BLANCO E IMPUGNADO SUPERO TODOS LOS PRONOSTICOS
Un país donde triunfa la desazón

Las urnas se abrían y los sufragios impugnados o en blanco se reproducían. En Santa Fe y en la Ciudad de Buenos Aires salieron como primera minoría y en Buenos Aires superaron a los electores de Raúl Alfonsín.


El hartazgo de los más jóvenes que optaron por impugnar se sumó el apoyo de más de un medio.
Las boletas mofándose de los políticos llenaron las urnas a pesar de la variedad de opciones.

Por Nora Veiras

Como suele suceder en la Argentina, la ficción hace tiempo que perdió la pulseada con la realidad: en la Ciudad de Buenos Aires, el voto nulo y en blanco sacó la primera minoría al igual que en Santa Fe. En la provincia de Buenos Aires el llamado �voto bronca� le quitó el segundo lugar al ex presidente Raúl Alfonsín. En los pagos del peronista Carlos Reutemann, la dirigencia casi entra en colapso cuando al escrutarse 12 mil sufragios se encontraron con 4 mil (el 36 por ciento) impugnados, y no podían superar la desazón a medida que avanzó el escrutinio y la tendencia se consolidaba. Desde el retorno a la democracia, el rechazo a todos los políticos es paradójicamente la fuerza que más creció. Hasta el habitualmente negador vocero presidencial, Juan Pablo Baylac, acusó recibo de la avalancha impugnadora que �golpea fuerte a la política� y concedió: �allí hay que poner atención�.
�El alto porcentaje de voto impugnado y en blanco es la demostración de que la gente está harta de que no le den respuesta�, explicó a Página/12 Artemio López, titular de la consultora Equis y comparó: �es lo mismo que sucede con las denuncias por robo, uno las hace por primera, por segunda vez, pero a la tercera se resigna�. López estimó que en el caso de la Ciudad de Buenos Aires de cada cien votos impugnados, sesenta votaban a la Alianza y cuarenta a Acción por la República (Cavallo)�. 
El sondeo a boca de urna realizado por Equis mostró un 23,3 por ciento de votos nulos y un 5,3 en blanco. En la zona sur, los sufragios en blanco treparon al 7,6 por ciento frente a un 3,6 en el norte porteño. Las proporciones se mantienen más o menos constantes según el género y el nivel socioeconómico pero entre los impugnadores se notaron diferencias entre los más jóvenes y los más viejos: casi el 30 por ciento de los votantes de 18 a 29 años optó por no elegir a ningún representante mientras que entre los de 60 a 74 años ese porcentaje bajó al 16,6 por ciento. Entre quienes no padecieron las sucesivas dictaduras militares, el escepticismo y el descrédito de los políticos pareció traducirse sin culpas en la opción de no elegir aunque eso implique el debilitamiento del Parlamento. 
Los radicales cercanos al gobierno se esforzaban por hacer una lectura optimista del voto nulo. �Hay muchos electores que perdió la Alianza y eso quiere decir que los podemos llegar a recuperar. Es evidente que los grandes responsables del escepticismo y el rechazo general son los políticos pero no podemos obviar la enorme campaña que comandaron gran parte de los medios para imponer el voto bronca�, repetían tratando de repartir culpas por la incongruencia entre la propuesta aliancista del �99 y la realidad de sus casi dos años de gobierno. 
Al abrirse las urnas se constataron los efectos de esa contracampaña mediática que, en algunos casos, tuvo por objetivo el debilitamiento de la democracia enmascarado en un supuesto repudio a la corrupción política. Las boletas de la fórmula �Kohan-Por el Ortis�, que repartió la producción del humorista Fernando Peña, parecieron reproducirse en más de un escrutinio porteño. Otros apelaron a la boleta artesanal y escribieron �Yo voto por las putas porque ya voté a los hijos y me cagaron� (ver aparte). En rigor, la decisión de impugnar el voto o elegir el blanco como referente encierra más de una contradicción:
* Consolida a los partidos mayoritarios �los más cuestionados por sus manejos� ya que se descuenta esa enorme porción y, por lo tanto, la torta se achica y se reparten los cargos entre los votos positivos.
* Fortalece el voto de la izquierda que se caracteriza por ser mucho más militante y no acepta resignar la oportunidad de pugnar por un lugar. 
* Es un alerta para los políticos que han traicionado las promesas electorales y han hecho de la política el medio más rápido para enriquecerse amparados en la impunidad. * Puede transformarse en un alarma para el sistema democrático si se traduce en una campaña por impugnar la representatividad de uno de los poderes del Estado.
Si bien las encuestas habían anticipado la estampida del voto castigo corporizado en la opción que representa la no elección, anoche más de un dirigente no podía ocultar su desazón ante los resultados. En la Ciudad de Buenos Aires se calculaba que el ausentismo trepaba a un 30 por ciento de los electores, lo cual sumado a un 23,13 por ciento de votos nulos, un 3,97 en blanco y un O,74 de impugnados muestra el deterioro electoral en el distrito con más alto nivel adquisitivo y educativo del país. 
En Santa Fe, la troupe del peronista Carlos Reutemann tuvo que aceptar que casi el 40 por ciento de los electores decidiera votar en blanco o anularlo. En Río Negro, llegó al 28 por ciento; en Tierra del Fuego y San Juan al 25 por ciento; en Buenos Aires y Neuquén al 24 por ciento; en Chubut el 23 por ciento; en Entre Ríos al 20 por ciento; en Mendoza al 19 por ciento; en Jujuy al 17 por ciento; en Tucumán al 16 por ciento; en La Pampa al 15 por ciento. En el resto del país, el voto nulo, en blanco e impugnado no superó el 10 por ciento.
La tendencia al rechazo de las distintas propuestas electorales por derecha, centro e izquierda fue una constante en todo el país que no se desdibujó ni siquiera en la Antártida: en las bases radicadas en el continente blanco hubo un 26 por ciento de voto nulo y en blanco. 
La protesta masiva sin alternativas de recambio es la gran contradicción de quienes apostaron a repudiar a todos sin distinguir a ninguno. Una práctica de condena indiscriminada que puede tener consecuencias indeseadas para muchos de los que en el cuarto oscuro jugaron a elegir no elegir. 
A la luz de algunos de los candidatos que entraron al Senado y a la Cámara de Diputados gracias al achicamiento de la torta de votos positivos parece evidente que la peor opción fue la no opción. Pero los comicios no tienen vuelta atrás. 
El vocero presidencial consideró que �hay que poner atención� en esa enorme porción de votantes �casi un cuarto del total del país� que le dio la espalda a los distintos candidatos. Sin embargo, de las palabras del presidente Fernando de la Rúa no se desprendió en qué consistirá esa �atención�. 
En un país donde se acumulan 15 millones de pobres, con una recesión que se arrastra desde hace cuatro años, una desocupación que trepa al 15 por ciento y la promesa de más ajuste, el rechazo a la política económica que encarna Domingo Cavallo es una de las causas del �voto bronca� que está asqueado por la falta de respuestas.

Claves

En Santa Fe, el voto en blanco y anulado trepó a más del 40 por ciento.
En la Ciudad de Buenos Aires, los electores que se decidieron por el �voto bronca� se convirtieron en la primera minoría con casi el 30 por ciento.
En la Provincia de Buenos Aires las impugnaciones y sufragios en blanco se colocaron en segundo lugar detrás del peronismo.
En el promedio del país, casi uno de cada cuatro electores se pronunció a favor de no elegir representantes.
El rechazo de los votantes a los políticos también se reflejó en un alto índice de ausentismo.


 

 

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