Por Mariano Blejman
Desde París
El periodista Christophe Debonneuil es una naciente estrella mediática en Francia y para llegar hasta ese lugar de privilegio en un medio tan poderoso como la televisión, y en el Primer Mundo, utiliza una receta argentina: ironía, sátira y humor político. Inspirado en el programa �Caiga Quien Caiga�, Debonneuil se propuso �desacartonar� al público francés, acostumbrado a seguir la ironía política en programas de marionetas, documentales y películas. Casi por azar descubrió hace cuatro años una emisión del �CQC� e inició el cambio. �Esa emisión argentina es lo mejor que he visto en cuanto a ironía política en la televisión del vivo y el directo�, asegura en diálogo con
Página/12. El estilo le ha traído algunos problemas públicos y también jurídicos, en este caso con el productor que había adquirido los derechos para la emisión del formato CQC en Francia. Pero eso no le importa.
Debonneuil llega a la zona del Arco del Triunfo, sobre la coqueta avenida Champs Elyseés, y se detiene justo a unos pasos de la estación de Metro que lleva el nombre �Argentine�. Tiene una cámara de video, oculta en un pequeño portafolio negro. Sus proezas televisivas son pequeños informes que se emiten frente casi un millón de franceses por día en el programa �Morning Live�, en el canal M6. Está conducido por Mickael Young, quien autodefine su ciclo como una �televisión de mierda, pero bien hecha�.
En este año Christophe ya lleva �al menos� tres victorias mediáticas siguiendo la receta argentina de los noteros audaces. Primero logró ingresar a los premios César (siempre considerados los �Oscar� franceses) sin acreditación, ni invitación, ni permiso. Tomó del hombro a un director inglés para ingresar a la fiesta privada, y se hizo pasar por un invitado de honor, tan creíble que ni los guardias lo miraron. Unas semanas después se coló en la conferencia de prensa que Bertrand Delanoë �el intendente de París� hacía para presentar un maratón, parte de los actos que impulsan la candidatura de la ciudad como posible Sede Olímpica de 2008. Christophe se acercó y puso en las manos del mandatario un par de zapatillas, que �le soltó en cámara y ante sus colegas� eran del campeón del año pasado. Delanoë tomó las zapatillas en sus manos y las mostró a la prensa: �¡Estas son las zapatillas del campeón!�, dijo entonces el primer intendente socialista y homosexual declarado que haya tenido París en toda su historia. Las zapatillas no eran del campeón, sino del camarógrafo que recuperó su calzado sobre el final. Más tarde logró sacarse el gusto de hacer un �servicio� en el �Court Central� del abierto de Roland Garros. Salto al terreno con la raqueta en mano y alcanzó a pegarle a la bola antes de que cinco guardias de seguridad se lo llevaran en andas. La escena se reprodujo en la televisión francesa y en la RAI italiana. Nada demasiado sorprendente para quien repase algunos videos de CQC, pero, sin duda, una pequeña hazaña para Christophe.
�Aquí es muy difícil hacer humor político�, confiesa el periodista. �Los franceses son muy estructurados, también en los medios. No aceptan los cambios fácilmente. No se sueltan, no explotan, no se distienden. La ironía política en la televisión y la sátira, aquí sólo son interpretadas por las marionetas�, asegura Christophe. Se refiere a �Les guignoles de l�info�, el único programa francés que invoca la ironía en cámara a partir de muñecos de trapo de figuras grotescas, que se emite por Canal Plus. Mientras habla con este diario, el periodista escupe las palabras rápidamente en un francés cerrado e ironiza ante cada comentario. No coordina ni dos palabras de castellano pero sin embargo, su mayor inspiración para llegar a la televisión francesa viene de la estética de CQC. Su tropiezo con el programa que conducían Mario Pergolini, Eduardo de la Puente y Juan Di Natale fue absolutamente casual. En 1998 estudiaba de cine y quería darle un nuevo giro a su carrera. Comenzó trabajando en unprograma denominado �Unisexe� haciendo �tests� de trabajos: hizo de bombero, mozo y cartero, entre otras cosas, hasta que en pleno Festival de Cannes consiguió un espacio como notero del programa y se lanzó -micrófono en mano� a la búsqueda de personajes famosos. Un amigo suyo hizo de camarógrafo. Su estilo era desestructurado y desafiante, en un país acostumbrado a los trajes de gala, a la puntualidad y al respeto por las formas. La primera vez que salió al aire, su amigo Marcelo Wesfreid -un francés de padres argentinos� lo vio en entrevistando estrellas de cine y lo llamó por teléfono. A pesar de la distancia, Marcelo había seguido el �Caiga Quien Caiga� argentino hasta sus últimas consecuencias y quiso mostrarle una grabación a Christophe. �Me dijo que lo que yo estaba haciendo era muy parecido a �CQC� �recuerda�. Me acercó unos programas y me dijo que tenía que verlos�.
El periodista observó el despliegue de CQC en escena y a sus noteros en la calle interpelando de manera cuanto menos �rara� a sus entrevistados, casi todos personajes públicos, y decidió implementar la fórmula, adhiriéndole su típico e inconfundible acento francés. Su trabajo se hizo notar en poco tiempo y a principios de año recibió una propuesta inesperada. Arthur, el mayor productor televisivo de Francia, había comprado los derechos de CQC en ese país que llamaría CIA. �Cuando atendí pensé que era uno de mis amigos, que siempre hacen esos chistes, diciendo �hola soy Bush, hola soy Bin Laden�. Pero Arthur no hablaba en broma: le ofrecía ser parte del proyecto de CQC en Francia. Christophe lo pensó una semana y luego desechó la propuesta: �no podía hacerlo porque tenía un contrato de exclusividad con mi canal, el M6�. El �notero� francés mantuvo su espacio en ese programa y Arthur salió a denunciar públicamente que Christophe le había robado la idea que él había comprado oficialmente en Argentina. El momento más tenso que tuvieron fue cuando Christophe logró colarse en el casamiento de David Douillet, judoka y uno de los personajes públicos preferidos de los franceses, amigo personal del presidente Jacques Chirac (que también estaba en la fiesta): inició una colecta para los novios. Luego, se convirtió en una especie de Marcel Marceau, un mimo parisino que imitó al presidente sobre sus espaldas, ante la carcajada de todos los concurrentes y la ignorancia del mandatario. Una irreverencia que molestó a Arthur más que al propio presidente. �En abril de 2001 Arthur me llamó para reiterarme que lo que yo hacía en �Morning Live� era una copia del programa que él había comprado. En todo caso me había inspirado en �CQC�, pero de Argentina, no en la emisión de Arthur, que tuvo una sola emisión�, se defiende Christophe. Arthur le contestó:
�¡Pero si CQC existe hace sólo dos años (sic)!
�Yo lo conozco desde hace cuatro años �respondió Christophe.
El proyecto oficial de �CQC� en Francia fracasó en la primera emisión bajo la producción de Arthur, también productor del reality show �Love Story� que hace furor en Europa. Para Christophe, Arthur no era el hombre indicado: �pertenece al establishment televisivo, es un hombre que vale 15 millones de dólares. Él no podría producir un programa ácido y sarcástico porque el primero en ser criticado iba a ser él. No puede hacer algo no oficial. Además, el equipo que realizó el programa no estaba bien preparado para llevar adelante la idea� explica. A Christophe tampoco le gusta demasiado la versión española, porque �le falta chispa�. Entre las versiones europeas del programa creado por Cuatro Cabezas prefiere la emisión italiana. �Es más fresca y espontánea�, asegura. Según Christophe son más las similitudes que las diferencias entre la televisión francesa y la argentina. �Tanto en Francia como en Argentina lo vulgar y lo básico siempre triunfa. Aquí en Francia el programa de más audiencia se llama �Big Deal� y no es para nada sutil, tal vez por eso ande tan bien. La sutileza se la siguen dejando a las marionetas. No se animan a la crítica en persona�. Christophe no se animó todavía a implementar el ritmo deedición que caracteriza a los productos Cuatro Cabezas. �Eso es menos aceptado aquí, la velocidad de los programas es mucho más lenta en Francia, que está acostumbrada a los largos documentales y películas interminables�. A partir de enero, el notero pasará a una emisión en directo al mediodía en Canal M6, mientras que la cadena TF1 (su directa competencia) ya desestimó la idea de volver a intentar con una versión francesa de �CQC�, al menos en la temporada fuerte europea que ya comenzó en setiembre. Ahora Christophe tiene �nuevas� ideas. Hace poco se enteró que antes de �CQC� existió un programa llamado �La TV Ataca� en la medianoche argentina, y está obsesionado con la difícil tarea de salir a hacer notas en las calles parisinas. Por lo pronto ya pidió que le acerquen unos videos, para luego intentar que �los franceses se rían un poco de sí mismos�.
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