A
última hora del domingo, Domingo Cavallo terminó de convencer
a Fernando de la Rúa de que, pese al duro mensaje de las urnas,
no quedaba otra que perseverar. Así, entre el jueves
y viernes, al regreso del presidente de su visita a España, el
sobreviviente ministro de Economía anunciará un nuevo paquete
de medidas para ratificar el rumbo trazado con el Déficit Cero.
El Plan Z del ministro como lo califican irónicamente
los consultores de la city, aludiendo a que ya no le quedan más
oportunidades ni políticas que sacar de la galera se basará
en cuatro puntos principales: reestructuración de la deuda en poder
de las AFJP a tasas más bajas; recorte de los fondos girados a
las provincias a cambio de ayuda financiera y bonos para pagar sueldos;
más ajuste en partidas de la administración nacional, y,
finalmente, tibias medidas para alentar el consumo.
Previo al anuncio del paquete, el miércoles, Cavallo y De la Rúa
se reunirán con todos los gobernadores para negociar un apoyo fundamental
para concretar las medidas. Cavallo quiere que los gobernadores acepten
el recorte en las transferencias a las provincias, de 900 millones en
el último trimestre, que de hecho viene realizando la Secretaría
de Hacienda, violando así el Pacto con rango de ley que habían
firmado los mandatarios provinciales y el ex ministro José Luis
Machinea. Pero también, el ministro busca respaldo político
para continuar con la política de Déficit Cero, consciente
de que para aplicar el ajuste en ciernes no bastará con el apoyo
de un debilitado De la Rúa; en tanto que en el radicalismo no encontrará
otra cosa que resistencia.
Vale recordar que si la recaudación de octubre no repunta de manera
considerable, el Gobierno no tendría otra alternativa, si quisiera
cumplir con el Déficit Cero, que suspender el pago de aguinaldos
de diciembre -una medida que se estudia en Economía hace más
de un mes e incluso ampliar el recorte salarial para los empleados
públicos. Ayer, el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, desmintió
que se vaya a aplicar alguna de esas dos medidas y aseguró que
la recaudación de las dos primeras semanas de octubre viene
bien (ver aparte). Sin embargo, en la primera mitad de octubre sólo
suele ingresar el 25 por ciento de la recaudación habitual del
mes y nadie salvo Baldrich confía en que las cosas
vayan a mejorar sustancialmente en relación a septiembre, ya que
todos los indicadores del nivel de actividad siguen en baja.
El ministro también necesitará un mínimo guiño
de los hombres del interior si pretende avanzar cuanto antes con el proyecto
de Presupuesto 2002 en el Congreso, que fue presentado el 15 de septiembre
último, pero quedó congelado en medio de la campaña
electoral. Los números fiscales del proyecto enviado originalmente
por el Ejecutivo están confeccionados sobre la base de una meta
de crecimiento del año próximo del 6 por ciento, algo que
ni el más optimista de los analistas considera viable. Y, ya se
sabe, si se ajusta ese pronóstico a la realidad entonces también
habrá que ajustar todavía más el gasto público
en relación al ajustadísimo presupuesto de este año
para cumplir con la meta de déficit cero.
A cambio de recortarles fondos que les corresponden y una última
carta de respaldo político, Cavallo propondrá a los gobernadores
dos cosas. Por un lado, emitir Letras de Cancelación de Compromisos
Provinciales (Lecop) por unos 1500 millones de pesos, para que las provincias
puedan pagar sueldos y jubilaciones con esos papeles, ante la menor cantidad
de pesos que les enviará el gobierno nacional. Por otro lado, la
refinanciación de las deudas que mantienen con los bancos locales.
Para ello, se instrumentaría un canje de deuda provincial por unos
8000 millones de pesos, que refinanciada a una tasa sustancialmente menor
significará un ahorro en intereses para los presupuestos provinciales
de unos 300 millones de pesos este año y unos 700 millones el próximo.
Claro que, para lograrlo, el ministro también les pedirá
que apoyen una ley que garantice la emisión de nuevos bonos nacionales
y provinciales con la recaudación impositiva, lo que mejoraría
la posición negociadora ante los acreedores. Precisamente, una
ley de garantía de la deuda con la recaudación tributaria
futura le permitiría a Cavallo, además, avanzar con el canje
de títulos públicos en poder de las AFJP. La idea es canjear
la mayor cantidad de títulos posibles que vencen en el 2002, y
pagan una tasa de interés superior al 14 por ciento a sus tenedores,
a una tasa patriótica del 8 por ciento. Pero la operatoria
no es sencilla, porque de hecho será la primera reestructuración
forzosa de deuda que instrumentará el ministro, que desde marzo
viene predicando que lo último que haría en el mundo sería
instrumentar una reprogramación de las condiciones de la deuda
que no fuera voluntario.
En el frente fiscal, Cavallo completará su estrategia para aspirar
a la meta lejana del Déficit Cero en el último trimestre
del año profundizando la subejecución del gasto público.
Así, la secretaría de Hacienda continuará con la
política de congelar los créditos presupuestarios que necesitan
diversas reparticiones públicas para funcionar. A estos recortes,
notorios en áreas como Educación, Salud y Desarrollo Social,
seguirá provocando tensiones entre ministros, funcionarios y beneficiaros
de la asistencia oficial. De hecho, la poda del 90 por ciento de los recursos
requeridos por el Ministerio de Desarrollo Social hasta fin de año
ya puso a Juan Pablo Cafiero a un paso de dar el portazo.
Entre las medidas para promover el consumo y encontrar así alguna
chispa que encienda el motor de la economía para salir de la recesión,
se descuenta que Cavallo anunciará un mecanismo para devolver a
los consumidores una parte del IVA pagado en sus compras, siempre que
las realicen con tarjetas de crédito o débito. Sin embargo,
el reembolso sería de apenas 2 o 3 puntos porcentuales. El gobierno
pondrá en práctica una tarjeta de débito para aquellos
desocupados que cobran planes Trabajar, a la cual se cargará el
subsidio de unos 150 pesos mensuales. Con esta tarjeta también
podría aprovecharse el beneficio de la devolución del IVA.
Sin embargo, ésta última medida está pensada principalmente
para reanimar el consumo de la clase media. En cambio, medidas más
audaces, como ser la suspensión transitoria de la mitad de los
aportes personales (11 por ciento) de los asalariados a las AFJP, para
reconstituir los salarios de bolsillo, también están muy
verdes.
La
recaudación viene bien
La
recaudación de octubre viene bien, de acuerdo a nuestras proyecciones,
afirmó Baldrich, aunque evitó mostrar los números
para sustentar esa apreciación. La recaudación se ha
transformado en casi una obsesión entre los funcionarios del
Palacio de Hacienda y los analistas económicos, después
de la caída del 14 por ciento en setiembre. A menor recaudación,
mayor el ajuste necesario para alcanzar el déficit cero. Por
otro lado, Baldrich dijo que no se registrarán mayores
recortes a los proyectados en el último trimestre de este año;
es decir que se mantendrá el recorte del 13 por ciento
en los salarios públicos y jubilaciones. En tanto, negó
que se vaya a suspender el aguinaldo, una medida que analizan hace
más de un mes en Economía. |
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