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Algunos de los que entraron y otros que quisieron pero no pudieron

Muchos de los nuevos legisladores batallaron años en la la política o el sindicalismo. Y varios de los que no llegaron buscaron afanosamente ese lugar. Son historias de la política.

- Alberto Piccinini: Empezó a trabajar como metalúrgico a los 19 años y se convirtió en dirigente combativo de la Unión Obrera Metalúrgica de Villa Constitución, opositor histórico al oficialismo de Lorenzo Miguel. Estuvo preso cinco años y medio durante la dictadura y en democracia volvió a ganar en las elecciones de su gremio y fue uno de los fundadores de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Encabezó la listas de diputados de Alternativa para una República de Iguales (ARI) en Santa Fe y logró entrar al Congreso al sacar poco más de 12 por ciento.

- Antonio Rattin: El ex jugador de fútbol pasó a la historia porque en la copa del mundo de 1966 se sentó en la alfombra de la reina de Inglaterra. Hace tres años confesó que en 1980, cuando era técnico de Boca, recurrió al doping de sus jugadores para salvar al equipo del descenso. Entró a la Cámara de Diputados, desde su puesto como primer candidato de la provincia de Buenos Aires por el PAUFE (Partido Unidad Federalista) del ex comisario acusado en España por genocidio, Luis Patti. “Cualquier comisario tiene siempre denuncias por torturas porque los abogados de los presos lo primero que hacen es decir que torturaron a sus clientes para hacerlos salir”, argumenta cuando se sacan a relucir los antecedentes de su padrino político.

- Luis Barrionuevo: Si pone en práctica la frase que no permitirá que sea olvidado por un buen tiempo –”hay que dejar de robar por dos años”– tendrá otros cuatro para sopesar qué hacer con la Banelco. Durante la campaña, el dirigente gastronómico acuñó otra expresión célebre: “habría que meterle balas a todos los que robaron el país”. Fue lavacopas, cadete, peón de albañil, cafetero y mozo de albergues transitorios antes de convertirse en un próspero gremialista menemista. Llegó al Senado luego de ganarle la interna a Ramón Saadi en Catamarca –que luego armó una estructura paralela para impulsar la candidatura de su hermana– y perder frente al radicalismo.

- Raúl Baglini: Era presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados y ocupará el mismo cargo en el Senado, donde entró por la minoría de la provincia de Mendoza. Si el proyecto de presupuesto se manda al Congreso según los tiempos establecidos, el legislador radical tendrá que defenderlo en ambas cámaras. Es el hombre de confianza del Gobierno para tratar los temas económicos en el Congreso: fue el encargado de defender la ley de déficit cero. En 1987 perdió la posibilidad de consagrarse gobernador de su provincia a manos de José Octavio Bordón.

- Ricardo Bussi: El hijo del dictador tucumano renovó su banca como diputado nacional por Fuerza Republicana. El partido que fundó Bussi padre puso en juego dos puestos y perdió uno: ese fue ganado por el representante del PJ disidente José Ricardo Falú, que tiene un hermano desaparecido. Ricardo nació en Kansas en 1963, mientras su papá realizaba cursos en Estados Unidos y aunque la sangre no condena, el vástago no reniega de su progenitor, sino todo lo contrario. Más bien lo admira y reivindica, eso sí, previo paso por el diván del psicoanalista. En 1997, al ser electo por primera vez como diputado nacional fue denunciado por haber falsificado su documento para acreditar los dos años de residencia en Tucumán que necesitaba. En 1999 intentó llegar a gobernador pero se quedó en el camino.

- Ariel Basteiro: Secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), que fundó –entre otros– su padre y lideró su hermano. Se opuso a la privatización de Aerolíneas Argentinas y encabezó las protestas que protagonizaron durante este año los trabajadores de la empresa. De hecho, fue detenido por intentar impedir el despegue de un vuelo de Iberia. Es del Partido Socialista Democrático de Alfredo Bravo y de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Entró como diputado por la provincia de Buenos Aires por la lista del ARI que encabezaba el socialista Jorge Rivas.

- Luis D’Elía: A diferencia del otro líder piquetero con el que trabaja en conjunto –Carlos Alderete de la Corriente Clasista y Combativa– eldirigente de la Federación Tierra y Vivienda de la CTA no le rehuye a los cargos políticos. Actualmente es concejal de La Matanza por el Frepaso y acaba de ser electo diputado provincial para la legislatura bonaerense por la tercera sección electoral por el Polo Social. En los 80 conoció a Carlos Auyero, de la Democracia Cristiana y siguió sus pasos. Durante la gobernación de Antonio Cafiero fue consejero general de Educación y en 1995 se integró al Frente Grande. En 1997 fue electo concejal luego de enfrentar a Mary Sánchez en una interna pero no se quedó en el sillón, salió a la ruta con los desocupados de su distrito.

- Oscar Massei: En 1985 renunció a su banca de diputado por el justicialismo por sus diferencias con los métodos de Herminio Iglesias y Vicente Saadi. En el ‘97 anunció: “volvería a ser rebelde si la Alianza (UCR-Frepaso) no cumple con lo que prometió hacer”. En estas elecciones fue el único frepasista que encabezó una lista de senadores. En 1999 fue nombrado para ocupar el cargo que en el menemismo ostentó María Julia Alsogaray. Para asumir en la secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental no pidió licencia sino que renunció a su banca de legislador. Procedió de igual forma para encarar su campaña a senador por Neuquén pero perdió. Quedó atrás del Movimiento Popular Neuquino y del peronismo.

- Joaquina Moreno: Integrante de Mujeres Agrarias en Lucha, que se oponen a los intentos de rematar campos con el cuerpo y con el himno nacional. Era la apuesta fuerte de Elisa Carrió en La Pampa, donde encabezó la lista de senadores. “Si veo el barro en el tanque de los animales me tengo que mojar los pies para sacarlo, no puedo hacerlo desde afuera, hay que meterse”, definió la chacarera para justificar su incursión en la política. Estuvo cerca pero no puedo entrar, le faltaron un dos mil votos para convertirse en primera minoría.

- Soledad Silveyra: “¿Yo entrar?, nunca pensamos en que iba a entrar” , le contestó el domingo la conductora del reality show Gran Hermano a un periodista que la encaró en medio de una nube de movileros en el Hotel Castelar, bunker del ARI. A cara lavada, la actriz que iba en el puesto número nueve a diputados en la Capital Federal –y es cierto, sin posibilidades de ser electa– afirmó que iba a seguir militando en el partido que lidera Elisa Carrió. Su candidatura fue criticada por formar parte del aluvión de “famosos” que aparecieron en las listas. Para hacer frente a sus detractores reivindicó su trayectoria de compromiso social: trabajó con las Madres de Plaza de Mayo, los familiares de AVISE (Víctimas de la Impunidad sin Esclarecer). Dijo que aceptó la propuesta que le hizo Alfredo Bravo porque “Elisa Carrió es la mujer con los ovarios más grandes” que conoció.

- Luis Farinello: Es cura desde los 27 años y fue parte del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo. Durante la dictadura fue detenido y ametrallaron el frente de su templo. Actualmente es párroco en la capilla Jesús Libertador de Quilmes y encabeza la fundación que lleva su nombre y administra doce comedores populares en el sur del Gran Buenos Aires. A pesar de haber sido tentado por la Alianza y por el peronismo para integrar sus filas, el cura formó su propia agrupación a la que se sumaron Patria Libre, agrupamientos de la izquierda peronista y el Frente para el Cambio, de Alicia Castro. Durante la campaña se especuló con que podía pelear el segundo puesto en la provincia de Buenos Aires y desbancar al ex presidente Raúl Alfonsín, pero quedó lejos.

- Norberto La Porta: Renunció a la secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires para postularse como candidato a diputado por el ARI. Fue uno de los pocos miembros del ex Concejo Deliberante –donde estuvo entre 1989 y 1997– con imagen de político honesto. Fue candidato a jefe de Gobierno porteño por el Frepaso y perdió contra Fernando de la Rúa En 1998 aspiró a convertirse en el Ombudsman porteño pero fue impugnado por el PJ y Nueva Dirigencia. Además, también fue rechazado dentro del Frepaso por haber apoyado a la última dictadura militar desde las páginasdel periódico La Vanguardia. El tercer lugar en la lista que en Capital encabezó Héctor Polino no le alcanzó para convertirse en diputado nacional.

 

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