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La capital afgana cada vez más coronada de bombas

Ayer habría sido el día de los bombardeos diurnos más intensos desde el inicio de la ofensiva angloamericana. El blanco preferido es Kabul. Los talibanes desmienten deserciones en sus filas.

Noveno día de bombardeos anglonorteamericanos sobre Afganistán. Según los periodistas presentes allí y en Pakistán, fuentes de la antitalibana Alianza del Norte y de los propios talibanes, se trató de los ataques diurnos más violentos desde el domingo 7. Y con una particularidad: se concentraron, entre otros blancos, en las inmediaciones de Kabul, muy cerca de blancos civiles, presuntamente para vencer las defensas talibanas, lo que podría estar allanando el camino para el avance de la Alianza del Norte o aun la entrada de tropas terrestres. El régimen talibán desmintió la deserción de su canciller, Wakil Ahmed Muttawakil.
Los bombardeos se concentraron en Jalalabad (este), en Mazar-i-Sharif (norte) y sobre la capital afgana. La Alianza del Norte anunció avances significativos en varios frentes, todos ellos en el norte del país. Un portavoz de la Alianza, Mohammad Ashraf Nadim, dijo que están a punto de tomar Mazar-i-Sharif. Capturar esta ciudad sería muy significativo para la Alianza del Norte, ya que fue el último centro urbano importante en caer en manos de los talibanes, en 1997. El comandante de la Alianza en la región, general Rachid Dostum, declaró que sus fuerzas ya controlan las montañas que rodean la ciudad y que están a apenas 20 kilómetros del centro y el aeropuerto de la ciudad.
La oposición también está atacando posiciones de los talibanes en los cerros del este de la capital de la norteña provincia de Balj, fronteriza con Uzbekistán, precisó Nadim. En Jalalabad, una de las ciudades más castigadas por los bombardeos, y uno de los objetivos de la Alianza del Norte, se registraron ayer al menos diez explosiones. “Tres bombas cayeron en nuestro cuartel general al este del aeropuerto de Jalalabad”, declaró el ministro talibán Haji Attilá Azizi.
Según periodistas ubicados en el frente de combate, en algunos sectores, como el frente norteño de Kanizak, talibanes y mujaidines (combatientes islámicos) de la Alianza del Norte están a 350 metros de distancia: mientras disparan, pueden verse el rostro e incluso intercambiar insultos en nombre del Islam. La Alianza del Norte dijo que los bombardeos estadounidenses causaron la muerte de 50 soldados talibanes en la provincia de Badghis (noroeste). Pese a la imposibilidad de confirmar estas cifras por fuentes independientes, se trata del anuncio de bajas más elevado, en un día y en un lugar determinado, entre las filas de la milicia talibana desde el inicio de los bombardeos.
De todos modos, todavía no se sabe a ciencia cierta cómo ocurrirá la invasión terrestre sobre posiciones talibanas. Parece seguro que las tropas especiales norteamericanas y británicas, estacionadas fundamentalmente en Uzbekistán, ingresarán a territorio afgano para operaciones puntuales (como la detección de células o grupos afines a Bin Laden) con el apoyo aéreo de bombardeos de precisión, distintos a los de altura que se realizaron hasta el momento. Pero la duda es la Alianza del Norte. Varios informes indican que, por su misma composición, esta tropa no tiene la coordinación necesaria como para transformarse en un Ejército listo para tomar ciudades, sobre todo Kabul. Pero algo que tienen a favor los antitalibanes es la preeminencia, en el norte del país, de los grupos étnicos (tayikos, uzbekos, hazaras) que conforman la Alianza, mientras es en el sur donde se concentran los pashtunes, mayoritariamente talibanes. Por otro lado, voceros antitalibanes se han quejado desde hace unos días de que los bombardeos no apuntaron a todas las defensas terrestres talibanas, por lo que no ayudaron del todo a despejarles el camino. Pero los ataques de ayer parecen haber apuntado en esta dirección.
La Alianza del Norte continúa reportando deserciones masivas entre los talibanes, quienes tuvieron que salir a desmentir la renuncia de un dirigente “civil” como su canciller Muttawakil. “Esto carece de fundamento, son pura mentira y han sido inventadas”, dijo Mohamad Tayyab Aghal, portavoz del líder supremo de los talibanes, el mullah Mohammad Omar. Aghal también dijo, de paso, que Omar y bin Laden están sanos y salvos en algún lugar del país.
Los talibanes dijeron ayer que hay más bajas civiles, pero el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, dijo que muchos de ellos murieron en explosiones secundarias al ser alcanzados depósitos de municiones talibanes.

LONDRES A FAVOR DE UN ESTADO PALESTINO VIABLE
Ofensiva diplomática de Blair

Cuando ayer el premier británico Tony Blair se reunió en Londres con el líder palestino Yasser Arafat, dijo apoyar un “Estado Palestino viable” e instó a reactivar el proceso de paz con Israel. La negociación de paz en Medio Oriente se volvió un asunto de agenda no sólo para Estados Unidos –en tanto país tradicionalmente mediador– sino también para Gran Bretaña, aliada en la lucha contra el terrorismo. En Israel, el ejército se retiró de dos barrios de la ciudad palestina autónoma de Hebrón y comenzó a distender el bloqueo de otras ciudades, medida que ocasionó la renuncia de dos formaciones de extrema derecha de la coalición de gobierno del premier Ariel Sharon. El jefe del Estado Mayor israelí, el general Shaul Mofaz, también manifestó su oposición a esas medidas.
“Estamos convencidos de que éste es el momento adecuado para relanzar el proceso de paz”, dijo ayer Tony Blair, luego de reunirse con el líder palestino Yasser Arafat. Siguiendo los pasos de la administración Bush de hace una semana, apoyó “la creación del Estado palestino viable” y enfatizó que fuera como parte de “un acuerdo negociado y convenido, que garantice la paz y la seguridad a Israel”. Según Blair, los palestinos y los israelíes deben poder vivir “lado a lado con seguridad y prosperidad en sus propios Estados”, a lo que Arafat agregó que “es tiempo de terminar con la ocupación israelí y crear un Estado palestino independiente”. El líder palestino insistió en su compromiso con el alto en fuego acordado con Sharon. Y esto a pesar del retorno de los “asesinatos selectivos”, la política israelí de acabar con los líderes de los grupos extremistas, tal como sucedió este domingo con la muerte del dirigente de Hamas, Abdelrahmán Hamad, y ayer con Ahmed Mashud, muerto en su auto en la ciudad cisjordana de Nablus.
Mientras el ejército israelí salía de los barrios Abú Sneinah y al-Cheij que ocupó el 5 de octubre en la ciudad autónoma palestina de Hebrón, Sharon defendía esa medida y recibía la oposición de dos agrupaciones de ultraderecha en sesión parlamentaria. Israel Beitenu y Unión Nacional decidieron irse del gobierno de coalición nacional, reduciendo así la mayoría del Likud (de Sharon) de 84 a 76 diputados –sobre un total de 120–. Asimismo, la medida se extendía a aliviar un bloqueo en Cisjordania y la Franja de Gaza –zona de pleno conflicto–, como parte de las tentativas a llevar a la práctica el acuerdo de cese de fuego con los palestinos. El jefe de Estado Mayor israelí, el general Shaul Mofaz, también se manifestó contrario a esas medidas y se llevó la reprobación del ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer.
Importa a la aliados de Estados Unidos y Gran Bretaña sumar apoyos para una coalición global de lucha contra el terrorismo. Es en este sentido que se busca que las negociaciones de paz en Medio Oriente sean inminentes. No por casualidad, luego de esta reunión Blair-Arafat están previstos los encuentros de Sharon con Blair y con Bush, ambos a principios de noviembre.

 

 

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