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DINAR LINEAS AEREAS

LA AGENCIA STANDARD & POOR’S
AMENAZO CON CALIFICAR EN DEFAULT A LA ARGENTINA
Van a colgar el cartel de cesación de pagos

En un oportuno comunicado, para
los bancos que manejan las AFJP, la evaluadora de riesgo Standard & Poor�s adelantó que la Argentina será señalada con la nota �SD�, que traducido significa �Default Selectivo� si hace el canje de deuda con las Administradoras.

Daniel Marx, secretario de Finanzas, reaccionó con otro comunicado
criticando a S&P.

Por Claudio Zlotnik

Domingo Cavallo corre serios peligros de que su estrategia para sacar a la Argentina de la crisis se convierta en un fracaso rotundo. La calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) declarará a la Argentina en cesación de pagos en caso de detectar que el inminente canje de la deuda con bancos y AFJP sea forzoso. La advertencia, efectuada ayer mediante un comunicado redactado por los analistas de S&P en Nueva York, pone una piedra en el camino del ministro de Economía. Y en caso de concretarse, la decisión de la agencia estadounidense colocaría a la Argentina en un escenario más complicado que el actual: provocaría turbulencias en los mercados y ahondaría la incertidumbre económica. Pero la novedad de S&P no fue el único trago amargo para Cavallo. Anoche también se enteró de que las negociaciones con las AFJP para llevar a cabo el canje están estancadas. Pese a este clima de derrota, hubo una fuerte recuperación de los mercados, recorrido por la versión de una inminente dolarización (ver aparte).
La cornisa por donde transita el Gobierno es cada vez más angosta. Cavallo corre contrarreloj para presentar un plan que asegure el cumplimiento del déficit cero. Con la estrepitosa caída de la recaudación de septiembre y que se repetiría en este mes, el ministro se vería obligado a profundizar el ajuste durante el último bimestre del año para equilibrar las cuentas públicas. La única manera de esquivar ese destino sería bajando el costo de la deuda y, muy posiblemente, recurriendo a la cosmética fiscal para barrer bajo la alfombra algunos desvíos. Por otra parte, una versión que ayer se hizo fuerte en el mercado dio cuenta de que el Gobierno analiza implementar la dolarización de la economía.
Durante toda la jornada, funcionarios de la secretaría de Hacienda intentaron en vano acordar el esquema de un trueque de deuda con los fondos de pensión. A las cuatro de la tarde, la severa advertencia de S&P terminó por embarrar la cancha.
Desde Wall Street, la calificadora de riesgo advirtió que existen dos maneras para declarar en default a un deudor:
- Si directamente éste deja de pagar.
- O bien si, con tal de evitar una cesación de pagos, el deudor reestructura sus pasivos en condiciones menos favorables para el acreedor que en la versión original. En este caso, la nota sería “SD” (Default Selectivo) ya que los problemas no afectarían a todas las emisiones de deuda. Por otra parte, el país podría recuperar su nota anterior no bien comience a pagar los vencimientos de los nuevos bonos. En un comunicado de por sí contundente, S&P aclaró la situación al ejemplificar que bajo circunstancias similares a las que ahora se plantearían en la Argentina hace algunos años se degradaron las calificaciones de Rusia, Pakistán e Indonesia. Hace una semana, S&P redujo la calificación de la Argentina a “CCC+” con perspectivas negativas, a un paso de la cesación de pagos.
Si bien la decisión de Standard & Poor’s no sorprendió a los funcionarios de Economía, Cavallo ordenó a los miembros de su equipo económico a mantener silencio. Y el Palacio de Hacienda se limitó a fijar posición a través de un escueto comunicado de prensa de la secretaría de Finanzas. Claramente, la estrategia de Economía apunta a demostrar que no habrá una reprogramación forzosa de la deuda. Tras admitir que se mantuvieron reuniones con inversores institucionales (bancos y AFJP) para efectuar un canje “voluntario” de la deuda, reconoció que “se está evaluando el valor económico de ciertas garantías” que serían incluidas en las nuevas emisiones. Una de las variantes analizadas es garantizar el cobro de las nuevas emisiones con la recaudación del impuesto a las transferencias financieras (ITF). Según el argumento oficial, la tasa de interés de los nuevos títulos se daría gracias a la utilización de esas garantías y no a que la reestructuración haya sido obligatoria. Por las dudas, S&P adelantó que “se vería obligada a bajar las calificaciones” anivel de default aun en caso de que “los acreedores manifiesten que el canje es voluntario”.
La aplicación de garantías a los nuevos bonos formó parte hasta anoche de las negociaciones entre el Gobierno y las AFJP. Pero no hubo acuerdo. Básicamente porque los fondos de pensión no creen que el Congreso pueda aprobar una ley garantizando con la recaudación el repago de los títulos públicos. Pero además, según comentó el gerente de una AFJP a Página/12, existen disidencias entre las propias compañías. El principal temor de las AFJP es que si trocan bonos de alto rendimientos por otros de menor atractivo podrían llover juicios en contra de parte de afiliados disconformes. “La cuestión legal es muy complicada”, señaló un directivo de una AFJP a este diario. En este contexto, “sería remota” la posibilidad de que Cavallo formulara estos anuncios durante esta semana, según la apreciación de los dirigentes consultados.
En el borrador que maneja Economía, el canje se dividiría en tres tramos: 3000 millones con las AFJP. Otros 2700 millones con los bancos. Y, el tramo más importante, 10.000 millones de la deuda que las provincias mantienen con las entidades financieras.
–¿Cuál sería la consecuencia de que S&P declarara a la Argentina en default? –preguntó Página/12 a Pedro Rabassa, economista jefe del Scotiabank Quilmes.
–Serían dos. Por un lado, se desataría una venta masiva de activos por parte de los asustados inversores. Si bien la cesación de pagos recaería sólo sobre una parte de la deuda, muchos financistas podrían pensar que es inminente incumplir con el resto. Por otra parte, pasaría mucho tiempo hasta que la Argentina pueda volver a financiarse en los mercados internacionales.

 

“Amenaza para la región”

Aunque la guerra de Estados Unidos contra Afganistán ocupa el centro de la escena, Argentina sigue ocupando un espacio en la discusión internacional. El diario chileno La Tercera también se dedicó ayer a analizar la crisis del gobierno de Fernando de la Rúa, al igual que el matutino The Financial Times (ver aparte). En el caso del diario del país vecino, se advierte que “la implacable derrota del Gobierno está llevando a la Argentina a una situación política cuya complejidad agrava aún más el escenario, marcado por un fuerte y persistente deterioro de la economía del país”. Y advierte que esa situación “transforma al caso argentino en una virtual amenaza para toda la región”. En otro párrafo, sostiene que “parecen justificables los temores de la banca de que vuelva a aumentar la tendencia a la fuga de depósitos, hasta ahora levemente controlada, lo que puede generar el colapso del sistema financiero”. Respecto a la influencia de la crisis local en la región, La Tercera advierte que “una moratoria decretada en Buenos Aires tendría fuertes y casi inmediatos efectos en América latina, sobre todo encareciendo los créditos”.

 

Pese a todo, subió la Bolsa

En la misma jornada en que Standard & Poor’s advirtió sobre un posible default de la Argentina, los mercados registraron una notable recuperación. Las acciones subieron 5 por ciento, mientras que el riesgo país declinó 60 puntos, hasta los 1770. Los bonos remontaron hasta 4,6 por ciento, como fue el caso del Global 2008. En tanto, la tasa interbancaria se desplomó al 9,5 por ciento anual en pesos. El rally alcista se dio por una versión de que el Gobierno conseguiría fondos adicionales para garantizar nuevas emisiones y reestructurar la deuda. Además, según pudo saber Página/12, Economía gestiona el adelantamiento de los 3000 millones prometidos por el FMI para antes de fin de año. Y que los 1260 millones que el organismo debe otorgar como parte del blindaje dentro de un mes lleguen antes de fin de mes. La idea de Cavallo es utilizar ese dinero para pagar los abultados compromisos de deuda del mes que viene y acercarse al déficit cero.
Por ahora, Economía cuenta con los 3000 millones de dólares prometidos por el Fondo Monetario que serían utilizados para comprar bonos del Tesoro americano y garantizar nueva deuda. Iban a acreditarse en marzo de 2002. Pero Cavallo instruyó a su equipo para adelantar el envió para antes de fin de año.
No obstante, el propio FMI y el gobierno estadounidense consideraron que ese monto es insuficiente para solucionar el problema de la deuda argentina. Y que Domingo Cavallo debería gestionar dinero adicional. El rumor que ayer recorrió la city dio cuenta de que Economía estaría a un paso de conseguir el objetivo.
Miguel Bein, ex secretario de Programación Económica, brindó otro elemento relacionado con el auge en los mercados. En diálogo con este diario reveló que existen fondos internacionales invirtiendo en activos de mercados emergentes. “Después de las sucesivas bajas de la tasa de interés, la rentabilidad en Estados Unidos ha caído en picada. Los inversores van a la búsqueda de mercados más atractivos. Por eso hay subas no sólo en la Argentina sino también otros emergentes”, explicó Bein.

 

“Sería tirar dinero en vano”

El influyente y conservador diario inglés The Financial Times publicó ayer un editorial lapidario sobre Argentina. Con un tono general despectivo, sostiene que “no tiene sentido avanzar sobre nuevos préstamos a un país que no tiene chance de restaurar su acceso a los mercados”. Y agrega: “Dado el régimen monetario, las previsiones de un crecimiento pobre y la carga de la deuda, prestarles más sería tirar buen dinero en vano”. Para el gobierno, la aparición de ese editorial es catastrófico. The Financial Times es seguido con atención por inversores de todo el mundo, y expresa la visión de los economistas ortodoxos.
El editorial reflexiona y aconseja sobre lo que debería hacer el Fondo Monetario Internacional con los países emergentes en crisis. Y particulariza en los casos de Argentina y Turquía. “El problema inmediato de la Argentina es la fuga de liquidez del sector bancario. Pero la inhabilidad del gobierno para mejorar su sistema bancario refleja la contención en la que se encuentra: su tipo de cambio y su imposibilidad de adquirir préstamos en los mercados globales”, señala. “La situación de Turquía es un poco mejor”, aclara, y remarca que en parte se debe a “su autonomía monetaria”, contra las complicaciones que le genera la convertibilidad a la Argentina.
“La probabilidad de que Turquía pueda reestructurarse y crecer son mayores que en la Argentina”, afirma. “Muchos podría discutir que Turquía es estratégicamente más importante que la Argentina. Esto es verdad, particularmente ahora. Eso mismo puede impulsar a los políticos a ayudar a Turquía. Pero el FMI debería prestar dinero sólo si es económicamente justificable. Y en el balance, lo es”, insiste.
Finalmente, el editorial remarca que “el FMI debería darle otra oportunidad a Turquía. Pero es difícil creer que la Argentina pueda crecer y volver a ser solvente: la crisis se profundizó demasiado y las restricciones de sus políticas son muy estrechas”. “En cualquier caso, es imposible manejar un mercado con un riesgo del 18 por ciento, como en Argentina, sin aceptar por lo menos un default ocasional”, concluye.

 

INFORME DE STANDARD & POOR’S SOBRE LAS PROVINCIAS
Alto riesgo de incumplimiento

Un informe de la calificadora estadounidense Standard & Poor’s destaca que, como consecuencia de la escasez de fondos para cumplir con las transferencias comprometidas a las provincias, podría agravarse la relación institucional con la Nación. El nuevo panorama estará caracterizado por la profundización de la iliquidez, la que se traducirá en “dificultades en el cumplimiento” del cronograma de servicios de deuda. La preocupación de S&P se debe a que “las autoridades federales (gobierno nacional) están imponiendo ajustes fiscales a través de recortes en las transferencias fijadas por ley”. Y, se sabe, esta situación puede redundar en que los bancos, poseedores del 55 por ciento de los pasivos provinciales, no puedan cobrar sus acreencias. Proveedores y asalariados, en tanto, podrán cubrirse con la segura expansión de la emisión de nuevos medios de pago provinciales.
La deuda consolidada total de las provincias alcanza, según S&P, los 21.200 millones de dólares, un monto bastante menor a los 132.100 millones que, sólo en concepto de capital, adeuda el Estado nacional. Estas cifras indican que, mientras la Nación debe destinar el 21,8 por ciento de su presupuesto (en 2001) al pago de servicios de intereses, las provincias sólo deben reservar a ese fin el 5,8 por ciento del total de sus presupuestos.
Sin embargo, la uniformización estadística encubre la gran heterogeneidad de las realidades de las distintos distritos, donde hay:
- Estados cuyo endeudamiento es mayor que sus presupuestos mientras el pago de servicios de deuda supera el 15 por ciento, como las 8 provincias que firmaron a fines de 2000 el pacto para acceder a los recursos del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial (Formosa, Jujuy, Río Negro, Tucumán, Chaco, Misiones, Tierra del Fuego y San Juan),
- Provincias como Salta y Mendoza, que pudieron administrarse sin ayuda del gobierno federal.
- Y también distritos con “un sólido desempeño financiero y niveles de deuda muy bajos o moderados con costos de servicio de deuda no significativos”, entre las que se cuentan San Luis, la Ciudad de Buenos Aires, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y La Pampa.
El informe de S&P destaca además que los problemas fiscales de la Argentina “están vinculados a desequilibrios acumulados en un extenso período de tiempo más que puramente al desempeño actual (de hecho el gobierno central incluso cuenta actualmente con superávit primario)”. Y aunque la carga de la deuda a nivel provincial todavía no es comparable a la del gobierno central, para la calificadora aparecen algunos signos preocupantes, en particular por las contradicciones en las decisiones de política fiscal de los últimos dos años.
Así “la combinación de menores transferencias por coparticipación, interrupción de los desembolsos del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial y las mayores tasas de interés locales ejerce mayor presión sobre las provincias”. Al 3 de octubre de 2001, “el gobierno central había acumulado moras por un total de 488,1 millones en pagos debidos a las provincias; la mayor parte de esta deuda se acumuló desde julio, con una aceleración de las demoras en septiembre”, mes en el que el gobierno transfirió “alrededor de 300 millones por debajo de los exigidos”.
S&P concluye que además “los marcos institucionales y legales no permiten recortes unilaterales”, por lo que corresponderá a la Corte Suprema la decisión final sobre este tema. No obstante, en el corto plazo podría existir un acuerdo “a través del cual las provincias acepten reducciones a cambio de asistencia del Gobierno Federal en la refinanciación de futuros pagos de deuda”.

 


 

Pelea con las provincias en clave post-electoral

El Plan de 10 Puntos de
reformas estructurales es la carta que juega el Gobierno a cambio de refinanciar deudas provinciales. Rechazo por anticipado.

Los gobernadores justicialistas
reanudan la pelea por los fondos.
Exigirán que se respete el Pacto
Fiscal. No aceptan negociarlo.

Por Raúl Dellatorre

El gobierno nacional hará hoy su primer intento por acercarse a los gobernadores provinciales, para salir de la parálisis y superar el mal trago de las elecciones del domingo. Lo hará a través de un Plan de 10 puntos, que refiere a otras tantas medidas que el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, comenzó ayer a poner en conocimiento de los mandatarios provinciales reclamando su respaldo. A juzgar por la primera reacción de los gobernadores justicialistas, no le será fácil a la Administración De la Rúa alcanzar su objetivo: voceros de los mandatarios de la oposición, que hoy se reunirán en Buenos Aires, anticiparon que habrá una contrapropuesta de tres puntos que coloca, en primer lugar y en condición “no negociable”, la exigencia de reestructurar las deudas provinciales y el cumplimiento del Pacto Federal, es decir, el envío de los 1364 millones de pesos mensuales por coparticipación de impuestos.
El Poder Ejecutivo confía en que su carta fuerte en la negociación será la propuesta de refinanciación de las deudas provinciales, que ya tendría acordada con los bancos locales. Sin embargo, un vocero justicialista adelantó que no se aceptará como moneda de cambio. “La reestructuración de deuda es buena, pero no podemos aceptar que nos pidan nada a cambio”, adelantó a Página/12 un vocero justicialista. “Si el gobierno no cumple con el Pacto Fiscal, girando los 1364 millones de pesos por coparticipación mensualmente, y define cómo va a liquidar la deuda acumulada, que ya supera los 2000 millones, no hay más nada que discutir”, agregó. Además de la reestructuración de la deuda y el cumplimiento del Pacto Fiscal, los justicialistas reclamarán la implementación de un amplio seguro de desempleo. Esta era la postura que, hasta anoche, se esperaba que surja del encuentro de gobernadores justicialistas de hoy a las 17 horas en el Consejo Federal de Inversiones.
Básicamente, el esquema de reestructuración de deuda contempla un período de gracia para el pago de capitales de 15 meses –hasta principios de 2003– y se financiaría a una tasa muy inferior a la que pagan actualmente las provincias, del orden del 20 por ciento o más. Según fuentes bancarias, el pasivo que se ofrecería refinanciar asciende a poco más de 7500 millones de pesos, que corresponde a la deuda de las provincias con los bancos locales (nacionales y privados). El resto de la deuda de las provincias, unos 16 mil millones, está colocada en títulos que pagan una tasa inferior a la que le cobran los bancos locales.
Aislado de las fuerzas que conformaron la Alianza que lo llevó al poder, con un socio como Acción por la República desgastado por los fracasos de Cavallo y la pobre elección que hizo el domingo último, y con las dos cámaras legislativas en manos de la oposición justicialista a partir del próximo 10 de diciembre, el gobierno tiene como única alternativa de supervivencia un acercamiento a los gobernadores provinciales. Con ellos buscará acordar el programa de reformas que lanzará junto a la recomposición del gabinete. El Plan de 10 puntos, enmarcado en los compromisos asumidos ante el FMI a los que aún no dio cumplimiento, es el siguiente:
1 - Reforma de la Ley de Obras Sociales, para llevar a cabo la prometida desregulación;
2 - Modificación del Estatuto del Docente;
3 - Profundización de la Reforma del Estado, a través de la fusión o eliminación de áreas y reducción de planteles;
4 - Achicamiento del gasto público, a través de la reducción o eliminación de partidas presupuestarias que permitan mantener vigente el Plan de Déficit Cero;
5 - Reducción del “gasto de la política”, que también alcanzaría a una reestructuración en los presupuestos provinciales y municipales;
6 - Unificación de los programas sociales, a través de la creación de una Agencia que concentraría las funciones que actualmente cumplen tres ministerios (Desarrollo Social, Salud y Trabajo);
7 - Crear un Plan Alimentario, con un subsidio a hogares pobres conforme a la cantidad de hijos;
8 - Meta de Déficit Cero para 2002 en las provincias;
9 - Tratamiento parlamentario de una nueva Ley de Coparticipación antes de fin de noviembre;
10- Refinanciación de las deudas provinciales.
Todavía no está planteada formalmente la negociación, pero a lo largo de la jornada de hoy habrá intensos contactos entre la Jefatura de Gabinete y los gobernadores justicialistas. A mediodía está previsto un almuerzo del Frente Federal, que conforman las 11 provincias justicialistas “chicas”. Por la tarde, se sumarán Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, para reunirse en el CFI. En paralelo, el jefe de Gabinete tiene planificada una reunión con los gobernadores aliancistas. Anoche no se descartaba que Colombo pudiera concurrir al encuentro justicialista, quizás junto a Cavallo, para acercar posiciones. En el gobierno, incluso, se ilusionaban con tener al conjunto de los mandatarios reunidos con De la Rúa, en Olivos, el jueves por la mañana. Todo dependerá de cómo evolucionen las difíciles negociaciones. Y, por lo que se sabe, las elecciones del domingo último endurecieron las posturas de los justicialistas más intransigentes.

 

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